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55. Estudio del patrón funerario en el Sureste Maya a través de la arqueología y antropología física – Akira Ichikawa Wataru Morita –

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Ichikawa, Akira y Wataru Morita

2011        Estudio del patrón funerario en el Sureste Maya a través de la arqueología y antropología física. (Editado por B. Arroyo, L. Paiz, A. Linares y A. Arroyave), pp. 681-696. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

55

ESTUDIO DEL PATRÓN FUNERARIO EN EL SURESTE MAYA A TRAVÉS DE LA

ARQUEOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA FÍSICA

Akira Ichikawa

Wataru Morita

PALABRAS CLAVE

Maya, Chalchuapa, Antropología Física, entierros

ABSTRACT

The transition from the Preclassic to Classic period is an important theme in Mesoamerican archaeology. In this work, we present the study of funerary patterns through archaeology and physical anthropology to clarify this transition. We first propose a vision of the funerary patterns of the Southeastern Maya. Secondly, we present the case of the archaeological site of Chalchuapa, El Salvador, from archaeological investigation and physical anthropology. Based on these studies and investigations, we propose a hypothetical interpretation. Finally, we consider the results, taking into account previous studies.

INTRODUCCIÓN

La transición del Período Preclásico al Clásico es un tema importante en la Arqueología Mesoamericana. El estudio del patrón funerario a través de la Arqueología y Antropología Física puede ayudar a entender la transición entre ambos períodos en Mesoamérica. En este artículo, en primera instancia, se propondrá una visión de conjunto del patrón funerario en el nivel sur maya. En segundo lugar, se presentará un estudio del sitio arqueológico Chalchuapa, El Salvador en cuanto a la transición de dichos períodos a través de la investigación arqueológica y de estudios de antropología física.

ESTUDIO DEL PATRÓN FUNERARIO EN EL ÁREA MAYA

Primero se debe comenzar con una revisión panorámica y general de los estudios relacionados a los patrones funerarios en el área Maya. El primer estudio significativo fue el que realizó Oliver Ricketson (Ricketson 1925). Ricketson recopiló todos los entierros encontrados en aquel momento y los clasificó. Luego, Michael D. Coe argumentó que los templos funcionaron para enterrar gobernantes, basándose en los estudios de la tumba encontrada en el “Templo de las Inscripciones”, en Palenque, México (Coe 1956). Además, añadió que los agrandamientos en la construcción significaban enterrar un nuevo gobernante fallecido. El Dr. Coe lo denominó como “Templo Funerario”. El Dr. Alberto Ruz publicó un estudio muy preciso llamado “Costumbres Funerarias de los Antiguos Mayas” (Ruz 1968), donde no solamente hizo una consideración e interpretación arqueológica en cuanto a entierros, sino que también se interesó por la iconografía, etnología, mitología, entre otros. Estos estudios confieren un gran desarrollo para la arqueología en dicha época e inclusivamente para el presente.

William Rathje analizó el cambio de la organización socioeconómica del Clásico Temprano al Clásico Tardío mediante el análisis de patrón funerario, tomando en cuenta la cantidad de ofrendas, ubicación del entierro, edad de los inhumados (Rathje 1970). W. Welth, 20 años después, realizó el análisis de los entierros de las Tierras Bajas Mayas y trabajó estadísticamente en varios aspectos relacionados a los patrones de enterramiento (Welth 1988).

En los últimos 20 años se han desarrollado estudios multidisciplinarios, enfocados especialmente en la Antropología Física, análisis químicos de huesos, etcétera. Por ejemplo, los análisis de los isótopos de carbono y nitrógeno sirven para conocer la alimentación del difunto cuyos restos puedan ser analizados. A través de los isótopos de oxígeno y estroncio se puede saber su origen y en donde habitaron en los últimos 10-20 años antes de su deceso (Wright 2005). Por lo tanto, no solo se estudian los materiales arqueológicos tales como cerámica, lítica, etcétera, sino que también se estudian los huesos humanos para conocer los estilos y formas de vida que ahora han quedado documentados en los materiales arqueológicos.

Por otra parte, revisando los estudios previos, se puede decir que pese a que, varios investigadores han señalado su importancia para reconstruir la historia y cultura humana, los estudios de los patrones de prácticas funerarias en sí a través del punto de vista de la arqueología son escasos y de los pocos que existen, todavía falta mucho por investigar. La mayoría de los estudios de patrones funerarios son a manera de reporte o están enfocados a la cantidad y la cualidad de ofrendas e identificar la posible procedencia de los difuntos enterrados. Es necesario realizar análisis más detallados a niveles regionales e interregionales para conocer las formas de las sociedades y etilos de vida en los tiempos prehispánicos a través de patrón funerario.

OBJETIVOS

Reflexionando en los estudios previos antes mencionados, se tratará comprender el patrón funerario en el sur del área Maya mediante el análisis de un total de 772 entierros encontrados en 73 sitios arqueológicos (Figura 1). Sin embargo, es bastante clara la dificultad de abarcar dicha cantidad en un análisis de manera completa.

Los objetivos de este trabajo son 1) comprender los cambios de los patrones funerarios y hallar el proceso de diferenciación social desde el Período Preclásico al Clásico Temprano, 2) proponer una interpretación del cambio social en el caso de Chalchuapa, El Salvador en base a los puntos de vista de la arqueología y antropológica física.

Es importante mencionar la idea de Tainter (e.g. Tainter 1978), la cual postula que los restos mortuorios reflejan un fenómeno social y que la energía invertida durante el rito habla de la importancia del individuo. El caso del presente estudio calcula dicha energía por medio de la dimensión del entierro, la cantidad de ofrendas y la presencia de materiales prestigiosos u ostentosos.

PATRÓN FUNERARIO EN EL PERÍODO PRECLÁSICO EN EL ÁREA SUR MAYA

En el Período Preclásico por lo menos 568 entierros fueron recuperados en 56 sitios arqueológicos. El sur del área Maya es geográficamente variada, a la vez los patrones funerarios son diversos, por lo que se tratará de mencionar la información más general en cuanto a ellos. Se observan entierros desde el Período Preclásico Temprano, aunque poca cantidad, encontrándose en la Costa Pacífica de Chiapas y Guatemala. El tipo de entierro es principalmente sencillo.

En el Período Preclásico Medio, comienzan a aparecer entierros en los que fue invertida más energía laboral, con elementos tales como cista y cámara, aunque todavía no poseían grandes dimensiones. Además, se tienen entierros en urna, especialmente en San Isidro, Chiapas. Los tipos de ofrenda son vasijas, jades, conchas, obsidianas, artefactos de barro, piedra y hueso, en las cuales el jade, concha y obsidiana se consideran materiales prestigiosos por la adquisición limitada debido a su yacimiento y sus significados simbólicos. Proporcional a las dimensiones de entierro, la cantidad de ofrendas aumenta. En cuanto a la posición del individuo, se observan principalmente la posición decúbito ventral y dorsal. La posición decúbito ventral se encuentra frecuentemente en la zona norte de altiplano Guatemala y El Salvador.

En el Período Preclásico Tardío, aumenta la cantidad de cistas, cámaras y aparece el tipo de fosa grande que se encuentra en Kaminaljuyu (Figura 2). Las dimensiones de los entierros se agrandan más que los anteriores de cada tipo. Los tipos de ofrendas son vasijas, jades, conchas, obsidianas, artefactos de barro y piedra, hueso y artefacto de pirita. Las dimensiones del entierro y la cantidad de ofrendas son proporcionales, por lo tanto, si las dimensiones del entierro son grandes, la cantidad de ofrendas es también grande.

Aplicando la idea de Tainter, el aumento de la inversión de energía y la variedad misma sugieren la presencia de diferenciación social. En cuanto a la posición del individuo, la mayoría corresponde a la posición decúbito dorsal, por lo cual presenta una alta cantidad de ofrendas. En este período se tienen varios sitios de la costa pacífica, tales como Izapa, Takalik Abaj, etcétera. Sin embargo, todavía es necesario obtener más datos, ya que algunos entierros no han sido registrados.

En el Período Preclásico Terminal, se tiene el decaimiento de diversos sitios del sur del área Maya. En el Altiplano de Guatemala se observa un descenso de la energía laboral gastada en el entierro, es decir las dimensiones y la cantidad de ofrendas disminuyen. Al contrario, en el área de Chiapas y el área occidente de Guatemala se observa una gran energía laboral, y continúan con la construcción de cistas y cámaras. En la zona occidental de Guatemala, surgieron repentinamente los tipos de entierros de cistas y cámaras con bóveda, tal como Las Victorias, aunque no se conoce mucho debido al saqueo. Los tipos de ofrendas son los mismos de periodos anteriores. La combinación de jades, conchas y artefactos de piritas se observan como ofrendas características encontradas en cistas y cámaras. En cuanto a la posición, se observa un aumento en la cantidad de la posición sedente o flexionada. La posición decúbito dorsal posee alta cantidad de ofrendas, más que otras posiciones y la mayoría de dichas posiciones se encuentran en los tipos de cista y cámara. En este período se encuentra el primer ejemplo de la posición sedente con piernas cruzadas en Chiapa de Corzo, la cual presentó diversas ofrendas.

En este período, la energía gastada al entierro es variada, por lo que se infiere que el proceso de la diferenciación social no fue uniformado a lo largo del sur del área Maya.

IV. PATRÓN FUNERARIO EN EL PERÍODO CLÁSICO TEMPRANO EN EL ÁREA SUR DEL ÁREA MAYA

El Período Clásico Temprano, es un período en el que emergieron grandes ciudades Mayas en el área del Petén y otras áreas mesoamericanas; sin embargo la mayoría de sitios ubicados en el área sur Maya declinaban. Para el Período clásico temprano se registraron 205 entierros en 34 sitios arqueológicos.

Se observan cistas, cámaras y grandes fosas más que en el Período Preclásico. Las cistas y cámaras se encuentran frecuentemente en la zona norte del Altiplano de Guatemala, como Zaculeu y Nebaj, etcétera. Las grandes fosas se encuentran solo en Kaminaljuyu, Guatemala. La dimensión promedio de dichos tipos de entierro es más grande que la del Preclásico. Es decir, se necesitaba una gran cantidad de energía laboral más que en el preclásico y se considera que estos reflejan la presencia de alto rango social en la diferenciación social.

En cuanto a las ofrendas, la mayoría es vasijas, entre las cuales se observan vasijas influenciadas por Teotihuacan, tales como vaso cilíndrico con trípode, Naranja Delgada y candelero, etcétera. Otras ofrendas son jades, conchas, obsidianas, artefactos de barro, piedras, huesos, huesos de animal y artefactos de piritas o hematites. Es importante notar la combinación de tres materiales importantes: jades, conchas y artefactos de piritas o hematites (espejos), que solo se observan en sitios relevantes, como es caso de Kaminaljuyu, Zaculeu, Chiapa de Corzo. Posiblemente, se difunde una ideología que dichos materiales indiquen poder religioso, político o económico.

En cuanto a la posición del individuo, en este período aparentemente aumenta la posición sedente y se observa una posición específica, la cual es sedente con piernas cruzadas, registradas en Kaminaljuyu y Mirador, etcétera (Figura 3). Esta posición del individuo se halló en el Entierro 5 de la Pirámide de Luna, Teotihuacan (Sugiyama 2007).

En el Período Clásico se observa una diferenciación social más avanzada que la del Preclásico mediante el punto de vista de la diferencia de la energía gastada al entierro y la presencia de combinación de materiales prestigiosos. En el sur del área Maya, este período se considera como el período de declinación. Sin embargo, la complejidad y diferenciación social avanzaron más que en el preclásico.

INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA Y ANTROPOLÓGICA FÍSICA EN CHALCHUAPA, EL SALVADOR

El sitio arqueológico Chalchuapa, El Salvador es uno de los sitios importantes en el área sureste Maya, ubicado en el occidente de El Salvador. Desde la década de los 40 hasta la fecha se han realizado continuamente investigaciones arqueológicas. Sin embargo, en cuanto al aspecto de la transición del Período Preclásico al Clásico todavía no se ha entendido suficientemente. Según Robert J. Sharer, después de la erupción del volcán Ilopango en el siglo III DC, Chalchuapa decayó sus actividades dinámicas y no se recuperó hasta el clásico tardío dada la reducción de tipos de cerámica (Sharer 1978:111). Sin embargo, en los últimos 10 años por los avances de investigaciones arqueológicas, se espera tener nuevas posibilidades e interpretaciones del tema de la transición del período preclásico al clásico temprano (Shibata et al. 2010). Por lo tanto, debe contemplarse brevemente el tema antes mencionado con el patrón funerario y los datos obtenidos por investigaciones recientes.

PATRÓN FUNERARIO DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA CHALCHUAPA

Hasta el presente, en Chalchuapa se han registrado 89 entierros desde el Preclásico Medio hasta el Clásico Temprano, los cuales son: uno del período Preclásico Medio, 33 del Período Preclásico Tardío, 40 del Período Preclásico Terminal y 15 del Período Clásico Temprano.

En el Período Preclásico, Chalchuapa se desarrolló intensivamente. Este fenómeno se respalda por las siguientes evidencias arqueológicas: conjuntos arquitectónicos con gran plataforma como El Trapiche, Casa Blanca, esculturas sofisticadas, diversidad de tipos de cerámica, alta cantidad de obsidiana proveniente de Ixtepeque y/o El Chayal etcétera. En cuanto al patrón funerario de Chalchuapa, se observan las siguientes características: fosa sencilla, posición extendida decúbito ventral, ofrendas que consisten en vasijas, obsidianas, cuentas de jade aunque no en gran cantidad, sacrificios humanos para arquitectura ceremonial, etcétera (Figura 4). No se ha registrado la forma de entierro como cista y cámara con gran cantidad de ofrendas, a la cual se le gastara gran energía laboral. La posición extendido decúbito ventral, la cual se observa principalmente en el sureste maya, es caracterizada en Chalchuapa.

Es importante señalar aquí sobre el contenido de las ofrendas (Figura 5 y 6). En cuanto al tipo de vasijas ofrendadas, más del 50% de las vasijas son de color anaranjado o de color anaranjado con decoración negativa del estilo Usulután, los cuales son productos representativos en el sitio arqueológico Chalchuapa. Por otra parte, no se observan vasijas del color café-negro con decoración incisa y/o incisa fina (en Kaminaljuyu denominado Verbena Black-Brown), que es el tipo típico del Kaminaljuyu. A pesar de que se ha considerado que existió un fuerte vínculo cerámico entre Chalchuapa y Kaminaljuyú en el Período Preclásico Tardío, dicho vínculo no aparece en el patrón funerario de Chalchuapa. Cabe mencionar que podría ser que Chalchuapa mantenía su característica e identidad local en la parte del patrón funerario.

El Período Clásico Temprano de Chalchuapa se había considerado como el período de la decadencia (Ohi 2000). Sin embargo, al revisar los trabajos de las décadas de los 40 y 50 realizados por Stanley H. Boggs y nuevas investigaciones arqueológicas por PAES (Proyecto Arqueológica de El Salvador), se puede observar las actividades del período correspondiente al clásico temprano en el área Tazumal. Basándose en los datos obtenidos por dichas investigaciones, se observan las actividades dinámicas, tales como agrandamientos de estructura, actividades funerarias, producciones de nuevos tipos de cerámica, etcétera.

Comparando las características preclásicas, el conjunto arquitectónico de Tazumal cambió drásticamente en las partes del eje central, disposición, estilo arquitectónico. En cuanto al patrón funerario también cambió drásticamente, debido a que cuando se construía la arquitectura nueva, se hizo una fosa vertical que tiene unos metros de profundidad y podría ser que se colocaba individuos en posición sedente o flexionada, así como riquezas y ofrendas (Figura 7). Según las investigaciones de PAES, en el ENT-1 se encontró un agujero que tiene unos 2 m de profundidad, y en el cual reside un individuo en posición sedente con posibles piernas cruzadas. Además, se encontraron ofrendas que consisten en vasijas, pigmento rojo, una alta cantidad de artefactos de jades y posibles turquesas. Por lo tanto, comparando los entierros del período preclásico, la energía invertida al rito es más grande que la del preclásico. En cuanto a los tipos de vasijas se observan elementos nuevos, tales como soporte del tipo anular y vaso cilíndrico con trípode, etcétera. Las características de estas cerámicas parecen haber sido introducido por interacción interregional. La decoración del estilo Usulután es más simple que la del preclásico.

Ahora bien, con los datos obtenidos arriba mencionados se puede suponer que en el Período Preclásico, Chalchuapa se desarrolló intensamente mientras mantenía sus características culturales y por otro lado en el Período Clásico cambiaron drásticamente las características culturales, tales como el conjunto arquitectónico y el patrón funerario, entre otros aspectos. Por el aumento de la interacción interregional y crecimiento de la energía gastada a los entierros se deduce la presencia de individuos con alto rango social y la diferenciación social en el período clásico de Chalchuapa.

Es necesario enfatizar que no se observa decadencia desde el Preclásico al Clásico aunque en Casa Blanca se observa el abandono de estructuras. Por lo tanto, se sugiere que esto podría haber sido  causado por el cambio de centro ceremonial, político y económico desde Casa Blanca a Tazumal.

ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO FÍSICO DEL PATRÓN FUNERARIO EN CHALCHUAPA

ANÁLISIS OSTEOLÓGICO

Los restos óseos disponibles para los análisis corresponden a 50 individuos en total. Se cuenta con 39 individuos que pertenecen al periodo Preclásico, seis al Clásico y cinco al Postclásico. Todos los 39 individuos preclásicos fueron excavados en el área La Cuchilla de Chalchuapa. Se determinó la existencia de cuatro individuos masculinos, tres femeninos y 32 desconocidos de sexo. En cuanto a la edad de los individuos al morir, diez eran adultos, un adolescente y 28 desconocidos. En cuanto a deformación craneal y mutilación dental se observan en dos individuos. Había ocho entierros asociados con huesos animales, por lo tanto se infirió que tenían costumbres de ofrendarlos a los difuntos.

Los esqueletos pertenecientes al periodo Clásico se encontraron en la Estructura B1-1 de Tazumal y de La Cuchilla. Uno de ellos (ENT-0) es entierro secundario y su esqueleto se encuentra casi completo, dispuesto de forma particular, reuniendo los huesos largos en un todo y sobre ellos se colocó el cráneo. Al parecer este individuo es sexo masculino y vivió hasta 30-40 años. Otro individuo encontrado, el ENT-1 aparentemente falleció a los 25 – 35 años, según la observación de desgaste de dientes. Se observaron los incisivos mandibulares, modificados en A – 1 del tipo de clasificación por Romero.

Es importante mencionar que se encontraron 4 esqueletos que corresponden al periodo posclásico encontrados enfrente de la Estructura 5 de Casa Blanca y de La Cuchilla. En algunos de ellos se observó huellas que parecen ser roeduras causadas por roedores en ambos fémures, así como en la tibia izquierda. Esto significa que los huesos estuvieron expuestos a la intemperie sin ser cubiertos con tierra. No se observan dichas huellas en los entierros preclásicos. Por lo tanto, existe la posibilidad de un indicio sobre el cambio de la costumbre funeraria en Chalchuapa.

ANÁLISIS MÉTRICO DENTAL

La morfología de los dientes es una característica altamente hereditaria y un buen indicador de las relaciones de afinidades entre grupos humanos. Por lo tanto, ha sido utilizada para aclarar la relación genética subyacente entre ellos (Larsen 1997). Particularmente, en la región Maya, no se puede utilizar los cráneos para el análisis, debido al mal estado de conservación, así que los estudios de diferencias genéticas han sido realizados mediante la morfología dental (Scherer 2007).

En el análisis, usando mediciones de las coronas dentales, se trató de inferir las relaciones genéticas entre diferentes grupos que principalmente componen Chalchuapa.

Se recolectaron datos métricos dentales de 54 esqueletos provenientes de Chalchuapa, La Libertad y Santa Emilia, los cuales se dividieron cuatro grupos formados por Preclásico de Chalchuapa, Clásico de Chalchuapa, Posclásico de Chalchuapa y Clásico de la Costa Pacífica.

Se utilizaron las mediciones mesiodistales y bucolinguales en los dientes (Buikstra y Ubelaker 1994). Sólo fueron medidos los dientes definitivos izquierdos. Si el diente izquierdo estaba ausente o con desgaste, se sustituyó por el diente derecho para maximizar el tamaño de las muestras. Antes de cualquier análisis estadístico, para eliminar cualquier fuente de error estándar, se examinó la distribución normal y se realizó el análisis de regresión lineal entre edad y medidas. Ya que se requieren los juegos completos de datos para análisis multivariante, las mediciones ausentes fueron sustituidas por un programa de estimación de regresión múltiple, llamado NORM. Equilibrando los datos disponibles, finalmente se usaron 14 medidas de 28 individuos. Los datos fueron transformados al modo-Q, para remover los efectos alométricos y de sexo. Se utilizaron dos diferentes métodos estadísticos. En primer lugar, se realizó el análisis de los Principales Componentes para examinar la variabilidad de los individuos de cada grupo. En segundo lugar, se obtuvieron parcialidad-corregido distanciamientos genéticos mínimos entre 4 grupos derivados de la matriz de R.

La distribución de cuatro grupos mediante los primeros dos del análisis de los Principales Componentes fue representada en la Figura 8. Aunque se observan unas tendencias, como gran varianza de población del Posclásico, o pequeña variabilidad de la Costa del Pacífico, las diferencias biológicas faltaron estadísticamente significativas entre los grupos temporalmente diferentes en Chalchuapa y la Costa del Pacífico (prueba de Levene y ANOVA). La diferencia de los individuos pertenecientes al Preclásico y el Clásico no se observa de manera marcada.

A continuación, se muestra el resultado del análisis de la matriz R (Figura 9 y 10). Enfocando grupos de Chalchuapa que consisten en la población del Preclásico y el Clásico, se localizaron cerca una a otra, lo cual significa que es posible que la población del Preclásico y el Clásico sea la misma. Sin embargo, el grupo del Posclásico se ubica lejos de los grupos preclásico y clásico. En cuanto al Posclásico en Chalchuapa, se ha deducido que otro grupo que tenía cultura diferente de la tradición Chalchuapaneca llegó al territorio actual de El Salvador (Ohi 2000). Es decir, lo que indicó antes la gran variabilidad de los individuos pertenecientes al Posclásico por el análisis de los Principales Componentes puede acreditar la llegada de una población que tenía genéticamente diferentes características de los chalchuapanecos pertenecientes a tiempos anteriores.

La población clásica de Chalchuapa se localiza relativamente más cerca de la Costa del Pacífico que la del Preclásico. Aunque durante el Período Clásico en sur de Guatemala la población del altiplano (Kaminaljuyú) y la Costa del Pacifico son biológicamente distantes (Scherer 2007), es posible que en el caso de la relación clásica entre Chalchuapa y la costa pacífica por medio del intercambio recíproco cultural, iba elevándose la homogeneidad entre ellos.

A pesar de que la interpretación arriba mencionada es preliminar, los datos obtenidos en este estudio pueden captar la tendencia sobre las relaciones genéticas entre diferentes grupos a través del tiempo, que componen principalmente Chalchuapa ubicado en el sur Maya. Si a futuro, se aumentara las muestras y se continuaran más investigaciones sobre el cambio cronológico en Chalchuapa, se puede entender la relación con otros sitios arqueológicos en el sur Maya y la relación entre la diferenciación social y la diferencia genética.

CONSIDERACIONES FINALES

Hasta aquí, se han mostrado la información general del patrón funerario del área sur Maya, y los datos de las investigaciones realizadas en Chalchuapa y otros sitios. En cuanto a la diferenciación social, por el punto de vista de la energía invertida a los entierros, podría ser que aunque se observa un indicio de diferenciación social, en el Clásico Temprano habría  una sociedad más estratificada que la del Periodo Preclásico.

En cuanto al caso de la transición del Preclásico al Clásico de Chalchuapa, arqueológicamente se indica un cambio de diversas características culturales y posibles políticas por la interacción interregional. Viendo la energía invertida a los entierros, el Periodo Clásico posee niveles altos y variables en comparación con el Preclásico. Podría ser que de cierta manera avanzara la diferenciación social. Por otro lado, desde el punto de vista de la Antropología Física, la diferencia genética entre el Preclásico y el Clásico no se observa en Chalchuapa. Por consecuencia, se podría sugerir que el cambio durante el Preclásico al Clásico sucedió por los chalchuapanecos mismos. Los chalchuapanecos contactaban con otros grupos exteriores, y recibían influencias exteriores. Aunque todavía no se puede concluir, el cambio no se debió a un control o invasión desde el exterior y no se observa la interrupción entre el Preclásico y Clásico.

COMENTARIOS FINALES

Cabe recalcar, que la interpretación propuesta es preliminar. Actualmente para verificar la relación entre el cambio cultural y el movimiento humano, se están realizando análisis de isótopos de estroncio. También, se está efectuando análisis de isótopos de carbonos y nitrógenos para conocer la alimentación antigua. Además, se plantean las investigaciones y las excavaciones del área Tazumal donde se encontrarán rasgos arqueológicos correspondientes al clásico temprano o más adelante. Durante la transición del preclásico al clásico en varios lugares de Mesoamérica se observa la decadencia o el abandono drástico. Sin embargo, Chalchuapa que se ubica en el área periférica de Mesoamérica al parecer, se adaptaría estratégicamente en la época de agitación.

AGRADECIMIENTOS

Este artículo tuvo un apoyo significativo del Departamento de Arqueología de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la República de El Salvador, la Universidad Tecnológica de El Salvador, la Universidad de Nagoya en Japón. Se agradece a las personas relacionadas con las investigaciones, quienes son el Dr. Nobuyuki Ito (Profesor asistente de la Universidad de Nagoya), Ma. Shione Shibata (Coordinador del Departamento de Arqueología de la Secretaría de Cultura).

REFERENCIAS

Buikstra, Jane E. y Douglas H. Ubelaker

1994   Standards for Data Collection from Human Skeletal Remains. Arkansas Archaeological Survey Research Series No.44. Arkansas Archaeological Survey, Fayetteville.

Coe, Michael D.

1956         The Funerary Temple among The Classic Maya. Journal of Anthropology, Vol.12 (4): 387-394. New Mexico.

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1997   Bioarchaeology: Interpreting Behavior from the Human Skeleton. Cambridge University Press, Cambridge.

Ohi, Kuniaki

2000         Chalchuapa: Memoria final de las investigaciones interdisciplinarias de El Salvador. Universidad de Estudios Extranjeros de Kyoto, Kyoto.

Rathje, William

1970        Socio-Political Implications of Lowland Maya Burials: Methodology and Tentative Hypotheses. World Archaeology Vol.1 (3): 359-374. New York.

Ricketson, Oliver.

1925   Burials in the Maya Area. American Anthropologist, New Series, Vol.27 (3): 381-401. Washington D.C.

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1968   Costumbres funerarias de los Antiguos Mayas. Universidad Nacional de Autónoma de México.

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2007         Population structure of the Classic Period Maya. American Journal of Physical Anthropology. 132:367-380.

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2010        Reconsideración de fechamiento de TBJ desde el punto de vista estratigráfico. En XXIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2009 (editado por B. Arroyo, A. Linares y L. Paiz), pp.829-842. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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Figura 1        Distribución de entierros recopilados por este estudio en el área sur Maya.

Figura 2        Estructura E-III-3, Kaminaljuyu (Shook y Kidder 1952: Fig.15).

Figura 3        Ejemplos de posición sedente con piernas cruzadas. a: Montículo B-II, Kaminaljuyu (Kidder et al. 1952: Fig.32); b: Entierro 5, Teotihuacan (Sugiyama 2007: Fig.7); c: Entierro 30, Mirador (Agrinier 1975: Fig.43); d: C-44, La Lagunita (Ichon 1985: Fig. 12); e: Entierro 66, Cuello (Hammond 1991: Fig.10.9).

Figura 4        Entierros encontrados en el área La Cuchilla.

Figura 5        Dibujos de cerámicas encontradas en el estrato-III de La Cuchilla.

Figura 6        Dibujos de cerámicas encontradas en el estrato-IIb en La Cuchilla.

Figura 7        Foto de ETN-0 encontrado en Tazumal.

Figura 8        Gráfica de los componentes principales de los individuos encontrados en los sitios arqueológicos de El Salvador.

Figura 9        Gráfica de los componentes principales basados en la matriz de R.

Figura 10        Distancia genético mínimo derivado de la matriz de R.

 

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