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78 Diversidad cultural y jerarquía durante el Preclásico en las Tierras Altas del centro de Veracruz – Yamile Lira López – Simposio 18, Año 2004

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Lira López, Yamile

2005        Diversidad cultural y jerarquía durante el Preclásico en las Tierras Altas del centro de Veracruz. En XVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2004 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.812-821. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

78

DIVERSIDAD CULTURAL Y JERARQUÍA DURANTE EL PRECLÁSICO EN LAS TIERRAS ALTAS DEL CENTRO DE VERACRUZ

Yamile Lira López

Palabras clave:

Arqueología de Veracruz, México, Maltrata, Barriales de Las Besanas, entierro, Preclásico, figurillas, cerámica

El valle de Maltrata, enclavado en la Sierra Madre Oriental al oeste del estado de Veracruz, presenta una amplia variabilidad de elementos culturales que evidencian una larga ocupación desde el Preclásico hasta la actualidad. La ubicación geográfica lo convirtió en el paso obligado de distintos grupos humanos procedentes del Altiplano Central, sureste y suroeste de México, quienes dejaron su huella en la cultura local.

La exploración de 64 entierros humanos durante los trabajos del proyecto “Arqueología del Valle de Maltrata” (Universidad Veracruzana – Universidad Nacional Autónoma de México), confirmó que la diversidad cultural también se encuentra en las prácticas funerarias desde el Preclásico. En ese sentido, especialmente destacó el entierro del Pozo 22d en el sitio Barriales de Las Besanas, el cual apareció en posición de decúbito ventral flexionado, con dos vasijas sobre los pies, de formas muy semejantes a la cerámica gris fina de Oaxaca, tapando la entrada de una formación troncocónica que contenía figurillas del Preclásico con estilos del Altiplano Central y Costa del Golfo, además de cerámicas Gris Fina Oaxaqueña, Olmecoide y de tradición local (Lira 2002).

Junto con esta amplia muestra del intercambio en épocas tempranas, el hallazgo proporcionó información acerca de la organización social, pues se trata de un infante posiblemente femenino, entre 5 y 7 años de edad, con claros indicadores de un alto rango que no pudo alcanzar por sí mismo en tan corta edad y que necesariamente debió heredar; estos elementos conducen a retomar la hipótesis de Joyce Marcus y Kent Flannery (2001), en el sentido de que el cambio de la sociedad igualitaria a la sociedad jerárquica puede identificarse cuando se encuentran individuos infantiles con rasgos de diferenciación social heredados.

EL PROYECTO EN EL VALLE DE MALTRATA

El valle de Maltrata es un punto estratégico al funcionar como un lugar de tránsito y de comunicación entre la Costa del Golfo y el Altiplano Central. Desde 1999 se vienen realizando investigaciones arqueológicas sistemáticas, que han mostrado una intensa ocupación del valle y una diversidad cultural a lo largo de por lo menos 3000 años, diversidad expresada en vestigios humanos de las culturas Olmeca, Zapoteca, Teotihuacana, Azteca, de la región Puebla-Tlaxcala, entre otras, además de elementos de una cultura local, distribuidos en 14 asentamientos prehispánicos (Lira 2004).

LOCALIZACIÓN DEL SITIO

El valle de Maltrata se encuentra a 1700 m sobre el nivel del mar, en las tierras altas del actual estado de Veracruz, y en los límites con el estado de Puebla (Figura 1). Facilita el paso entre la barrera de montañas de la Sierra Madre Oriental, entre la Costa del Golfo y el Altiplano Central. El valle es un espacio amplio con recursos naturales suficientes para el desarrollo de diversos grupos humanos.

Entre los sitios identificados se registró con el nombre de Barriales de Las Besanas, un área de aproximadamente 550,000 m2 ubicada a 1738 m sobre el nivel del mar y en las coordenadas UTM 14 680 752 E y 2 079 196 N.

Se trata de terrenos amplios y planos que los lugareños llaman “Las Besanas” y también barriales porque son bancos de barro utilizado en la fabricación de ladrillos, actividad económica de gran importancia para la población actual.

En otras partes de estos terrenos se cultiva maíz de temporal, donde al realizar el recorrido no se halló material, pero donde los barreros explotaron el barro había abundante material arqueológico como cerámica, artefactos de molienda, obsidiana y hueso. Las excavaciones de los barreros alcanzan una profundidad de hasta 3 m y sólo a través de ellas se pudieron detectar los restos culturales a 1.50 m y 2 m bajo la superficie.

A principios del 2002 llamó la atención que en distintos puntos de los cortes se distinguían concentraciones de carbón, ceniza, piedras calizas, basalto y cerámica que podrían constituir fogones. Por lo mismo, se vio la oportunidad de recuperar muestras de carbón para obtener fechamientos. Se informó al Centro Regional de Veracruz del Instituto Nacional de Antropología e Historia y se propuso realizar el rescate de un posible fogón que se observaba en la pared de un corte.

Figura 1 Mapa de la República Mexicana ubicando el área de estudio y los sitios mencionados en el texto

LA EXCAVACIÓN

El rescate inició con un pozo de 2 m este-oeste por 1.50 m norte-sur, desviado 15º noreste, en el corte del barrial. Ahí había tres fogones: dos pequeños a los lados y uno en el centro más grande donde se observaba la huella del barro cocido y carbón y sobre éste, las piedras. Habiendo trazado el pozo y colocado el nivel cero, se determina que:

  • El Fogón 1, está de 1.60 m a 1.65 m del nivel cero, tiene 0.50 m de ancho y está formado por lajas y carbón debajo de ellas. No proporcionó mayor información.
  • El Fogón 3 estaba de 1.25 a 1.95 m del nivel cero, tiene 0.60 m de ancho con piedras de basalto y en la base carbón, distinguiéndose como paredes de barro cocido rodeando las piedras, éste es el que se excavó, junto al cual se encontró otro designado como Fogón 2.
  • Debido a los descubrimientos se realizaron varias ampliaciones marcadas como 22, 22a, 22b, 22c, 22d, de 1.5 m y 2 m por lado.
  • El área excavada total tuvo las siguientes medidas: del lado norte y sur 4 m, por el lado oeste 3 m de largo y por el este 6 m. El material se encontró desde el primer nivel hasta los 4.60 m de profundidad que fue hasta donde estaba el material de la fosa. La capa culturalmente estéril promedio inicia a los 3 m de profundidad.
  • Conforme se excavaba se descubrió que parte del fogón visible en el corte del barrial se delimitaba por un círculo de barro de 1 m de diámetro a partir de 1.23 m de profundidad hasta los 2 m. Junto a este fogón se descubrió en la pared del pozo uno más, por lo que se excavó una extensión al oeste designada P22b. Este fogón estaba completo, se encontró a partir de 1.60 m hasta los 2.70 m de profundidad. Se comprende que excavaron un hoyo y conforme se usaba para cocinar o hacer leña se fue cociendo el barro que circundaba el área donde se cocinaba. En el resto del área excavada se halló una capa de arcilla compacta o apisonada a 1.40 m de profundidad de 0.10 m de espesor y abajo una capa de tiestos y carbón hasta 1.60 m.
  • Al sur de estos fogones se sentía que la tierra estaba muy suave y se hundía la cucharilla al ir excavando a partir de 1.40 m de profundidad, lo que indicaba la presencia de otros restos culturales más abajo.
  • Todos los fogones tenían lajas de calizas, basaltos amorfos, algunos tiestos, carbón y ceniza.
  • Habiendo alcanzado los 3 m de profundidad y dado que se observaba la reducción considerable de material y la capa estéril en el corte de las partes excavadas por los barreros consistente en un barro muy compacto café oscuro, y al mismo tiempo continuaba la tierra suelta en la parte sureste, se realizaron calas en tres esquinas del pozo para constatar la esterilidad del terreno.
  • En una de ellas, la sureste, se encontró a 3.32 m de profundidad parte del cráneo de un individuo por lo que se decidió hacer una ampliación marcada con P22d para rescatar el entierro completo y tener el contexto integral de esta parte del asentamiento en Barriales de Las Besanas.

EL ENTIERRO

Los huesos presentan buen estado de conservación, se trata de un entierro primario, directo e individual, depositado en posición de decúbito ventral flexionado, correspondiente a un individuo infantil, posiblemente de entre 5 y 7 años de edad, con la cara inclinada ligeramente hacia abajo, hacia lo que sería el pecho, orientado 15º noreste, en un eje norte-sur. El cráneo inicia a 3.32 m y termina a los 3.56 m de profundidad y apuntaba hacia al norte. Carecía de deformación craneal.

Los incisivos deciduales del maxilar ya se habían caído y estaban brotando los permanentes, están desordenados y encimados, el incisivo central izquierdo estaba saliendo de forma horizontal e inclinado, además los incisivos laterales tienen una conformación cilíndrica y estaban saliendo inclinados hacia el plano medio o sagital. En la mandíbula se encontró que el alveolo del canino está vacío con el borde por debajo de los demás y no se encuentra el canino decidual ni el permanente en formación, este fenómeno tiene las características de principios de una reabsorción alveolar por la pérdida de la pieza o es algún proceso patológico.

Los húmeros se encuentran en una posición vertical y laterales a las costillas, articulados con la escápula que se perciben frágiles; el húmero derecho se encuentra muy pegado a las costillas pues están en un nivel más bajo con respecto al otro húmero. Del lado izquierdo articulados con el húmero se aprecia la porción proximal del cúbito y el radio, que parece indicar una posición transversal, es decir atravesando el cuerpo. Ahora, con relación a los miembros inferiores, todos guardan su respectiva posición anatómica y articulados con los fémures; la posición de estos miembros inferiores es flexionada, se alcanza a distinguir que los fémures estaban sobre la tibia y el peroné, los huesos del pie fueron levantados durante la excavación. El individuo tenía como ofrenda un cuenco y una olla completos sobre los huesos de los pies.

Al retirar el húmero izquierdo para liberar las costillas izquierdas se notaron los huesos de la mano derecha con las falanges articuladas, pareciera que la mano la colocaron con los dedos extendidos y abrazando las costillas por abajo del húmero. Cúbito y radio derechos también tenían una posición transversal que atravesaba al cuerpo. Al ir descubriendo la porción proximal del cúbito derecho también se hallaron alrededor de este hueso las falanges articuladas de la mano izquierda, la posición indica que colocaron la mano izquierda agarrando el codo. También se encontró que desde la tercera a la séptima vértebra cervical, se observa una especie de comprensión en el cuerpo vertebral (Mendoza 2002).

Bajo el entierro se observa lo que podría corresponder a una formación troncocónica, es decir el entierro inicia la formación que se va agrandando hasta 1.60 m de diámetro a los 4.60 m de profundidad, bajo el entierro hay arcilla café y amarilla con fragmentos pequeños de carbón y tiestos con abundante material cerámico principalmente a partir de los 4 m de profundidad, son fragmentos grandes de vasijas entre arcilla compacta y fragmentos de carbón.

Resalta la variedad de figurillas modeladas y la cerámica del tipo Gris Fina y Baño Blanco. Los fragmentos de cerámica indican que por lo menos fueron depositadas 11 vasijas bajo el entierro: una olla o florero Gris Fino con incisiones, un cuenco Gris Fino con incisiones, una vasija con baño negro y pasta compacta rojiza, tres cuencos con baño blanco y doble línea incisa en el borde, una vasija con decoración rojo sobre blanco, tres ollas globulares de pasta burda quemadas y una olla globular con baño rojo y pasta granulosa, entre un número considerable de tiestos burdos (Figuras 2 y 3).

LOS MATERIALES CERÁMICOS

Se observa la distribución cualitativa y cuantitativa de los tipos cerámicos más abundantes identificados en el pozo 22d donde se encontró el entierro. En general se observa que hay varios tipos cerámicos agrupados por el tipo de barro: la cerámica burda alisada en barro de color negro (1a), café (1b), rojo (1c) y naranja; la cerámica con baño o pintura en los tipos cerámicos Baño Negro (2a), Baño Café (2b), Baño Rojo ( 2c), Baño Naranja (2d), Baño Blanco o Crema con incisiones en el borde (2e), cerámica con decoración rojo sobre blanco o crema de pasta burda (3a). Y el barro fino en los tipos cerámicos Gris Fina (4a) y Baño Negro (4b) o café de pasta fina compacta de pasta rojiza o negra, con formas y decoración muy semejantes a la Gris Fina.

Son interesantes por la temporalidad, relaciones e influencias culturales que pueden implicar su presencia en Maltrata los tipos 2e Baño Blanco, 4a Gris Fina y 4b Baño Negro de pasta compacta.

Figura 2 Dibujo de planta del pozo 22a: fogones, entierro, vasijas asociadas al entierro, a la troncocónica y figurilla

Figura 3 Dibujo de corte, pared este del pozo 22d

Llama la atención particularmente las dos vasijas depositadas sobre los pies del individuo, además de un fragmento de piedra de moler: una corresponde a una vasija de pasta compacta rojiza, tiene baño negro pulido, de paredes divergentes y borde plano evertido ondulado con decoración incisa. Pasta, forma y decoración son muy semejantes con las de la Gris Fina. La otra es una olla pequeña globular de la misma pasta y acabado que la anterior.

Los fragmentos de vasijas “matadas” localizadas en la formación troncocónica corresponden a varias ollas globulares, aunque predominan los tiestos de pasta burda alisada negra y café. Se tienen también varias vasijas del tipo cerámico Baño Blanco o Crema de pasta burda en forma de cuencos de paredes curvo convergentes y doble línea incisa paralela al borde; además, vasijas abiertas del tipo Rojo sobre Blanco o Crema y del Gris Fino; de este tipo existe una vasija en forma de florero con incisiones, el diseño semeja una cruz con un pequeño círculo en el centro, motivo que se repite tres veces en el cuello de la vasija, delimitado por dos líneas en la parte superior e inferior, y en el cuerpo presenta líneas verticales paralelas. El motivo es muy semejante a un ornamento de concha encontrado en Llano Perdido, Cañada de Cuicatlán (Spencer 1982:173).

Para ubicar el material temporalmente y su distribución, se tiene que en el valle de Tehuacan en la parte temprana de la fase Santa María (900-400 AC; Formativo Medio), los tipos cerámicos semejantes son: Canoas White, Coatepec White y Quachilco Gray, los cuales inician en esta fase pero son diagnósticos de la parte tardía de la fase Santa María, 550-150 AC (MacNeish, Peterson y Flannery 1970:58).

El Baño Blanco corresponde al Canoas White de MacNeish, con decoración incisa, es el sello del Formativo Medio en la cuenca de Tehuacan y del centro de Oaxaca. Tiene un amplio rango de distribución pues lo identifica en la fase Conchas de la Costa del Pacífico de Guatemala, Chiapa de Corzo II en la cuenca del río Grijalva en Chiapas, la fase Guadalupe de Oaxaca, la fase Aguilar en la región de Pánuco (Progreso blanco), Trapiche II en el centro de Veracruz, sitios de La Venta en Tabasco y Tlatilco, El Arbolillo y niveles medios de Puerto Márquez en Guerrero (MacNeish et al. 1970:59). Para la siguiente fase, es decir para la parte tardía de la fase Santa María, Canoas es sustituido por Coatepec White que corresponde al C5 de Monte Albán.

La Gris Fina, es la Quachilco Gray de MacNeish, que se relaciona a los tipos G5, G7, G12-18, G24, G26, G32 y G 33 de Monte Albán I principalmente (MacNeish et al.:120, 133), es un excelente marcador de tiempo para el Formativo Tardío en el Valle de Tehuacan mostrando similitud y conexión con la gris del valle de Oaxaca (MacNeish et al: 133), Chiapa de Corzo III-VI, Monte Albán I y II, Tres Zapotes Medio. Por lo tanto está ligada con el valle de Oaxaca, Chiapas y el centro sur de Veracruz.

Para Marcus y Flannery la cerámica gris del valle de Oaxaca era una cerámica lujosa que se comerció con San Lorenzo, con Aquiles Serdán en la costa chiapaneca del Pacífico y con Tlapacoya en la Cuenca de México. Tanto Tehuacan como Oaxaca poseían mayor cantidad de bienes importados sobresaliendo las escudillas o cuencos Gris Fino. Resumiendo, hacia 600-450 AC la cerámica de Tehuacan y Oaxaca era muy similar por lo que el contacto entre ambos valles fue intenso (Marcus y Flannery 2001:143, 165).

El Baño Negro de pasta fina de color rojizo y negro es la Quachilco Brown (MacNeish et al. 1970:114), de la última parte de la fase Santa María (550-150 AC). Semejante al tipo K6 de Monte Albán I y II que según Caso, Bernal y Acosta son intrusivas en el valle de Oaxaca.

Otros elementos culturales importantes encontrados en la formación troncocónica son diez fragmentos de figurillas (torsos y extremidades), una de ellas completa, pero encontrada rota en dos partes, es una figurilla femenina cargando un niño con el brazo izquierdo, y tres torsos esbeltos correspondientes a las figurillas C10 (Reyna Robles 1971), semejante a las figurillas encontradas en el Altiplano, dos fragmentos de pierna del estilo “pie arqueado” ubicado en la parte tardía de la fase Santa María, 50-150 AC, y un torso del tipo seated trackwoman bodies, ubicados en la parte tardía de la fase Ajalpan, 1100-850 AC (MacNeish 1970:140, 142).

Por otro lado, el hallazgo de una figurilla baby face implicaría la presencia Olmeca; es semejante a las encontradas por MacNeish en Tehuacan para la parte temprana de la fase Santa María (900-400 AC). Junto con estos materiales se encontraron también dos punzones de hueso de venado.

COMENTARIOS

El contexto y disposición de los materiales arqueológicos indican que se trata de un área habitacional en el nivel superior; la capa de arcilla compacta y tiestos de 1.40 a 1.60 m de profundidad correspondería a un apisonado de barro, carbón y tiestos. Interrumpido por la presencia de fogones alrededor de los cuales la proporción de tiestos es poca hasta que ya no hay evidencia de fogones a los 2.70; sin embargo, a partir de los 2.20 m de profundidad, aumenta considerablemente el número de tiestos en el resto de la excavación hasta los 3 m. Abajo del piso, la densidad de la tierra, muy suelta y fácil de excavar, anunció la existencia del entierro sobre una formación troncocónica excavada hasta los 4.60 m de profundidad; el inicio de esta característica desde el piso hasta la tumba troncocónica muestra que los habitantes del nivel superior realizaron el entierro.

Uno de los objetivos de este trabajo es mostrar la diversidad cultural. Sobre ello se ha visto, por la similitud de materiales como la cerámica Gris Fina, que la región Oaxaqueña y Tehuacan compartían con el valle de Maltrata, en el sitio Barriales de Las Basanas, un estrecho contacto probablemente desde 600-450 AC. Asimismo, con La Venta en el estado de Tabasco, Cuenca de México y valle de Morelos. De la Costa del Golfo con figurilla baby face y el tipo cerámico Baño Blanco con decoración incisa y figurillas del Altiplano, aunque ese tipo cerámico tiene un amplio rango de expansión, pues se ha encontrado en las regiones de la Costa del Golfo, Altiplano y Oaxaca, entre otras. Esto corrobora la función del valle de Maltrata como un lugar donde los rasgos culturales e ideas permanecían, a la vez que facilitó el paso e intercambio.

Luego de comparar los materiales con las regiones más cercanas, se puede decir que el asentamiento se ubica – cuando muy temprano – en el Formativo Medio.

El siguiente objetivo es la caracterización de un rasgo de la sociedad jerárquica en el Preclásico del valle de Maltrata, que es la jerarquía hereditaria. Para ello hay que buscar símbolos de la posición hereditaria y las maneras especiales en que se sepulta a las personas de elevada jerarquía (Marcus y Flannery 2001:109). Según Marcus y Flannery (2001:109), en Oaxaca en la fase San José (1150-850 AC), es cuando surgió la jerarquía hereditaria en el valle de Oaxaca.

Los estados arcaicos eran entidades políticas sumamente centralizadas cuyos jefes provenían de un estrato de nobles hereditarios. Antes de que surgiera la jerarquía, en las sociedades igualitarias las diferencias de posición se adquieren, se ganan pero no se heredan. Para la sociedad del Preclásico de Barriales de Las Besanas se plantea la existencia de una sociedad jerárquica comparando la fase San José, donde algunos indicios apuntan a que las diferencias de posición social podrían ser heredadas pues se presentan en entierros de niños demasiado pequeños como para haber alcanzado por sí solos una elevada posición social. En el caso de los entierros de la fase San José y sus materiales asociados indican diferencias de posición, sin embargo no se puede afirmar si las diferencias de posición eran heredadas y no adquiridas.

Para el caso de Barriales en Maltrata, no se habla de elegantes tumbas y entierros bajo los pisos del palacio, sino de una casa de habitación en donde se encontró un individuo en posición de decúbito ventral flexionado, posiblemente femenino de 5 a 7 años de edad (Carlos Serrano, comunicación personal), sobre una formación troncocónica con abundante material cerámico, sobresaliendo la cerámica Gris Fina y diversas figurillas. La posible “niña” – con dos vasijas finas como ofrenda – está sobre cerámica y figurillas, se puede decir que las figurillas eran sus acompañantes. La presencia de cerámica Gris Fina eleva en parte la categoría del individuo al ser considerada una cerámica de lujo y de importación. Por su corta edad, no pudo haber alcanzado por sí sola un elevado rango social, por lo mismo debió haber sido heredado, indicado por la posición y forma en que fue enterrada, aunque la riqueza de materiales para San José es mayor (Figura 4). Así, en los niveles inferiores de la excavación la posición del individuo recuerda vivamente las “posturas de autoridad estereotipadas” de la fase San José en los valles centrales de Oaxaca (Marcus y Flannery 2001:114).

Además de estos dos rasgos indicadores de jerarquía, como la disposición del cuerpo y la acumulación de bienes importados, está la presencia de las figurillas. La definición de una posición de autoridad está en estrecha relación con una “postura de obediencia”. Las investigaciones en los valles centrales de Oaxaca muestran que los individuos con “postura de obediencia” son numéricamente superiores en los entierros y se encuentran a mayor profundidad, quedando sus cabezas en un nivel inferior al de los individuos con postura de autoridad. De esta forma, el miembro de la élite fue colocado arrodillado, y tal vez originalmente sentado, sobre sus subordinados. El mismo concepto puede apreciarse en el pozo 22d en Las Besanas, pues la niña apareció sobre la entrada de una formación troncocónica en la cual hubo hasta diez figurillas. Retomando la posibilidad de que las figurillas hubieran sido utilizadas para representar “pequeñas escenas rituales” (Marcus y Flannery 2001:117), en los valles centrales de Oaxaca, puede aceptarse que las figurillas en la formación troncocónica representan sus subordinados. El enterramiento de figurillas y no de humanos tal vez se debió a la corta edad de la niña que no le permitió tener realmente subordinados propios, pero es precisamente su edad el factor que le otorga interés al hallazgo.

Figura 4 Entierro 11 de Tomaltepec, individuo masculino de elevada posición de entre 30 y 40 años (tomado de Marcus y Flannery 2001:114)

Marcus y Flannery (2001:123-125) aún cuando han demostrado la existencia de jerarquía y de diferencias sociales al interior de las aldeas aceptaron que no podían “demostrar que las diferencias eran heredadas, en vez de adquiridas. A fin de probar la desigualdad hereditaria se deben hallar diferencias de posición que se revelen en menores o niños pequeños, individuos demasiado jóvenes para haber logrado prestigio en vida” (Marcus y Flannery 2001:124).

El entierro de la niña apunta a que la conjetura de Marcus y Flannery era probablemente correcta pues sí se otorgaron, a la edad de 5 a 7 años, los atributos de rango expresados por la posición y los bienes materiales asociados, y que el infante sólo pudo obtenerlos al pertenecer al linaje de élite que habitaba la aldea.

AGRADECIMIENTOS

Se agradece a la Universidad Nacional Autónoma de México, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, a la Universidad Veracruzana y al Instituto Nacional de Antropología e Historia delegación Veracruz. Asimismo a Carlos Serrano Sánchez y Eira Atenea Mendoza Rosas por su colaboración en el estudio de los restos óseos, así como a Agustín García Márquez.

REFERENCIAS

Lira López, Yamile

2002        Diario de campo del rescate realizado en el sitio de Barriales de Las Besanas, pozo 22. En Proyecto Arqueología del valle de Maltrata, Veracruz, Informe Preliminar. Archivo del Proyecto Arqueología del valle de Maltrata, Veracruz.

2004        Arqueología del valle de Maltrata, Veracruz. Resultados preliminares. Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Veracruzana, México.

MacNeish, Richard, Frederick Peterson y Kent Flannery

1970        Ceramics. University of Texas Press, Austin.

Marcus, Joyce y Kent Flannery

2001        La civilización Zapoteca. Cómo evolucionó la sociedad urbana en el valle de Oaxaca. Fondo de Cultura Económica, México.

Mendoza Rosas, Eira Atenea

2002        Informe de excavación y limpieza del entierro del pozo 22d, de Maltrata, Veracruz. En Proyecto Arqueología del valle de Maltrata, Veracruz, Informe Preliminar. Archivo del Proyecto Arqueología del valle de Maltrata, Veracruz.

Reyna Robles, Rosa María

1971                Las figurillas Preclásicas. Tesis de Maestría, Escuela Nacional de Antropología y Historia, México.

Spencer, Charles

1982        The Cuicatlan Cañada and Monte Alban. A Study of Primary State Formation. Academic Press, New York.

 

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