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51 Investigación arqueológica de rescate en Verapaz, San Vicente, El Salvador – José H. Erquicia – Simposio 18, Año 2004

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Erquicia, José H.

2005        Investigación arqueológica de rescate en Verapaz, San Vicente, El Salvador. En XVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2004 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.540-549. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

51

INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA DE RESCATE EN VERAPAZ, SAN VICENTE, EL SALVADOR

José H. Erquicia

Palabras clave:

Arqueología Maya, El Salvador, departamento de San Vicente, municipio de Verapaz, entierros, entierro múltiple, Preclásico Tardío, ofrenda cerámica

La presente reseña es el resultado del trabajo de investigación arqueológica de rescate realizada entre los meses de mayo y junio de 2001, por parte de la Unidad de Arqueología del Consejo Nacional para la Cultura y el Arte CONCULTURA, y con el apoyo de la alcaldía del Municipio de Verapaz, en el sitio arqueológico Verapaz, departamento de San Vicente, El Salvador.

Los dos terremotos ocurridos en el territorio salvadoreño durante el 2001 y principalmente el segundo movimiento telúrico ocurrido un mes después del primero, el cual tuvo una fuerza de 6.6 grados en las escala de Richter, dejó sentir su fuerza destructora durante 20 segundos en los departamentos de Cuscatlán, San Vicente y La Paz. Una vez llegaron las primeras lluvias del invierno, muchos de los barrancos, orillas de ríos y quebradas cedieron ante la fuerza de la naturaleza, resultando en desbordamientos de tierra en estos lugares. Tal fue el caso ocurrido en las laderas del río Verapaz, el cual arrojó los restos materiales de un asentamiento prehispánico del periodo Preclásico Medio (900 a 400 AC).

Este artículo resume los resultados de la investigación arqueológica de rescate llevada a cabo en Verapaz, la ubicación y el contexto geográfico, los antecedentes de investigaciones de entierros del Preclásico en El Salvador, los trabajos de prospección, la excavación, la estratigrafía, el análisis de la cerámica de Verapaz y las conclusiones.

CONTEXTO GEOGRÁFICO

Verapaz se ubica en el municipio del mismo nombre, situado a 610 m sobre el nivel del mar, en la zona paracentral del territorio de El Salvador, entre las coordenadas geográficas: 13º 38’ 4” N y 88º 52’ 21” W (Figura 1; Diccionario Geográfico de El Salvador 1971), a 9.3 km al oeste de la ciudad de San Vicente, hacia el noroeste del volcán Chinchontepec o San Vicente, en el valle de Jiboa, que comparte con otros cuatro municipios. Este valle es hoy en día uno de los principales centros de producción agrícola de El Salvador, gracias a lo fértil de sus tierras y abundantes mantos acuíferos. No cabe duda que los antiguos habitantes de este territorio conocían los beneficios del lugar. Sin embargo, el número de sitios arqueológicos que se han registrado en esta zona del valle de Jiboa y faldas norte del volcán de San Vicente, es reducido, aunque éstos muestran una cronología de ocupación prehispánica desde el Preclásico hasta el Postclásico.

El sitio arqueológico Verapaz se encuentra localizado a aproximadamente a 800 m al noroeste de la ciudad de Verapaz, en la orilla sur del río del mismo nombre, frente a los lavaderos públicos (Figura 2).

Figura 1 Mapa de la República de El Salvador, Ubicación del Sitio Arqueológico Verapaz, San Vicente

Figura 2 Esquema de ubicación de la excavación arqueológica del sitio Verapaz, San Vicente,

El Salvador

ANTECEDENTES DE INVESTIGACIONES DE ENTIERROS DEL PRECLÁSICO EN EL SALVADOR

Durante las excavaciones arqueológicas realizadas en el sitio Quelepa, San Miguel, entre 1967 y 1969, Wyllys Andrews (1986:249) afirma que “la única cantidad significativa de huesos provino de un depósito de desechos debajo de la plataforma o terraza de la fase Uapala (500 AC a 200 DC), cerca de la base de la fosa 4”. Durante las investigaciones del Proyecto Arqueológico Chalchuapa, de la Universidad de Pennsylvania, realizadas entre 1968 a 1970 a cargo de Robert Sharer, se registraron algunos entierros, entre los cuales se nombran dos del Preclásico: “…en la excavación de la estructura E3-1, del sitio arqueológico el Trapiche, se registraron los restos óseos de un joven individuo de aproximadamente entre 9 y 11 años de edad, se encontró asociado con un cuchillo de obsidiana, se presume que este entierro pertenece al Preclásico Medio Temprano”. De igual manera se registró en las excavaciones de La Laguna Seca “…varios fragmentos óseos de un individuo que no se pudo determinar la edad, sexo y orientación, sin embargo registró una ofrenda cerámica de 13 objetos y 12 cuchillos de obsidiana”. Este entierro se asocia con cerámica del Preclásico Tardío (Sharer 1978:189-191). Las excavaciones de rescate realizadas entre 1977 y 1978 en la Estructura E3-7, del sitio El Trapiche, Chalchuapa, por William R. Fowler, conducen a concluir que “las excavaciones revelaron que la estructura (E3-7) había sido un montículo funerario de múltiples episodios durante el Preclásico Tardío. Los restos de 33 esqueletos de individuos se encontraron en el relleno de construcción. Estos restos se interpretaron como una evidencia de sacrificios humanos. Estas y otras evidencias sugieren que los entierros del E3-7 pudieron haber sido prisioneros de guerra de alguna población ajena a Chalchuapa” (Fowler 1984:603).

En 1987 se llevó a cabo un rescate arqueológico en Antiguo Cuscatlán, La Libertad, por parte de Gregorio Bello Suazo “…el hallazgo de restos óseos, encontrados al excavar zanjas para instalar tuberías de aguas pluviales. Los restos estaban ubicados a una profundidad de 3.20 m y alrededor de éstos se podía observar huellas de cráneos, húmeros y otros huesos incrustados en las paredes de las zanjas, así como a lo largo de ella”. Estos restos están por debajo de la ceniza volcánica que fue depositada por la erupción del cráter del volcán de Ilopango en el año 260 DC, por lo consiguiente pertenecen al Preclásico Tardío (Bello Suazo 1991:115-121). Durante el rescate arqueológico realizado en el sitio arqueológico Carcagua, Santa Ana, en 1999, por Fabricio Valdivieso, se descubrió un entierro del Preclásico Medio, “El denominado Entierro 1 presenta los huesos en mal estado de conservación, casi pulverizados, el cuerpo está incompleto, se trata de un entierro directo, primario en posición decúbito dorsal aparente, se relaciona con un metate como ofrenda” (Valdivieso 1999:10).

Otros hallazgos casuales de entierros prehispánicos del Preclásico que se han registrado en el territorio salvadoreño son en los sitios arqueológicos Las Bolinas, Chalchuapa, un entierro Preclásico Tardío (Boggs 1966); El Molino, Santa Ana, de 6 a 8 entierros del Preclásico Medio (Amaroli 1985a); Cangrejera, San Juan Opico, La Libertad, entierro del Preclásico Medio con más de 40 individuos (Boggs 1975); San Mateo, San Salvador, entierro del Preclásico Tardío (Valle 1976); La Cima, San Salvador, entierro asociado a cerámica del Preclásico Tardío (Amaroli 1985b); ENA, Ciudad Arce, La Libertad, restos óseos y dentarios asociados con cerámica del Preclásico Tardío (Mata 1975). Además, se han registrado entierros en depósitos subterráneos en Casablanca, Chalchuapa, asociados a cerámica del Preclásico Tardío (Shibata, comunicación personal); Carcagua, Santa Ana, asociados a cerámica del Preclásico Medio (Erquicia 2000a, b); y, últimamente, restos óseos asociados a cerámica del Preclásico Tardío en Casablanca, Chalchuapa (Ito 2002:6).

TRABAJOS DE PROSPECCIÓN

Los trabajos de prospección comenzaron en octubre de 2000 y continuaron en mayo de 2001, tratándose del mismo lugar de donde anteriormente se habían registrado algunos materiales; sin embargo, debido a los movimientos sísmicos y las primeras lluvias, colapsaron los paredones de las riberas del río Verapaz, trayéndose consigo materiales culturales y exponiendo así en el corte restos óseos y objetos cerámicos. La inspección superficial consistió en un recorrido por los terrenos aledaños al lugar del hallazgo, donde hacia el sureste del sitio se pudo registrar y recolectar material arqueológico cerámico y lítico en baja densidad en la superficie de los terrenos. Lastimosamente, el material recolectado presentaba un alto grado de desgaste por la actividad agrícola, por lo que no fue posible diagnosticar tipología o fechamiento. También se recorrió las riberas del río Verapaz hacia el sur, en donde en los cortes estratigráficos se identificó la capa de ceniza volcánica conocida como Tierra Blanca Joven TBJ, que arrojó el volcán de Ilopango en el siglo III DC (Hart y Steen-McIntyre 1983:14). Cabe mencionar que no se lograron identificar estructuras o algún otro rasgo arqueológico.

EXCAVACIONES Y ESTRATIGRAFÍA

La fase de excavación arqueológica de rescate comenzó a finales de mayo de 2001 y finalizó a mediados de junio del mismo; para esta fase se planificó hacer un pozo de sondeo con dimensiones de 1 x 1 m, con orientación hacia el norte, excavando en niveles estratigráficos (ya conocidos), hasta llegar al nivel del rasgo arqueológico. Esta se denominó Operación 1, la cual se encontraba ubicada por encima del rasgo arqueológico denominado Entierro 1, con el propósito de rescatar y registrar todos los datos posibles.

Como se mencionó anteriormente, el Entierro 1 se encontraba ubicado en el corte de la pared sur de la ribera del río Verapaz a una altura aproximada de 12 m de la superficie. En este corte se podía observar las diferentes capas estratigráficas, incluyendo la capa de ocupación prehispánica en donde se registraba el entierro compuesto por material cerámico que lo componían dos ollas (una con vertedera y otra fitomorfa), un cuenco y los restos óseos (Figura 3).

  • La primera capa tiene un espesor que variaba de entre 0.30 y 0.34 m, consistente en humus que contiene material orgánico como raíces y hojarascas. No se registró material cultural en esta capa.
  • La capa II tiene un espesor que variaba de entre 0.50 y 0.65 m, y se trataba de la capa de ceniza volcánica con inclusiones de pómez, conocida como TBJ, de la erupción del volcán Ilopango, cuyo cráter – hoy convertido en lago – se encuentra a 15 km hacia el oeste de Verapaz.
  • La capa III tiene un espesor que varía entre 0.85 y 1.05 m; es una capa de arena con inclusiones de piedra y piedrín, en esta capa se encontraron tres fragmentos cerámicos que son contemporáneos con el material del Entierro 1, parece que esta capa pertenece a un antiguo caudal que cortó la capa de ocupación prehispánica.
  • En la capa IV, con espesor que varía de entre 0.45 y 0.50 m, se encontró la ocupación prehispánica en donde se encuentra el Entierro 1. La tierra es de color café oscura, con piedrín disperso y semi-compacta.

Al llegar al nivel del entierro se registraron siete piezas cerámicas que pertenecían a la ofrenda, las que se encontraban por debajo de los restos óseos, aparentemente el húmero y radio de un individuo. Al verificar que el rasgo arqueológico era mucho más grande y que se extendía hacia el oeste, se decidió ampliar la operación y darle una dimensión de 1.10 x 2.40 m. Al extender la operación se registraron más ofrendas cerámicas y líticas (obsidiana). Se descubrieron los restos de un cráneo que probablemente pertenecía a otro individuo, ya que se encontraba a 0.90 m de distancia del resto de los huesos, éstos no coincidían en ninguna posición anatómica con los demás restos óseos, aunque el nivel en que se encontraban era el mismo. Lastimosamente, no fue posible registrar en qué forma se encontraban enterrados estos individuos, ya que parte del rasgo arqueológico se había perdido inicialmente al desbordarse parte del terreno en que se encontraba el objeto de estudio. Además de los restos óseos mencionados, se registró en tierra revuelta un pequeño diente, el cual después del análisis se concluyó que pertenecía a un infante de aproximadamente 8 a 10 años. El estado de conservación de los restos óseos se encontró en muy malas condiciones, por lo que impidió precisar y obtener una adecuada interpretación del mismo.

La ofrenda en el Entierro 1 registró un total de 22 objetos cerámicos, entre los que se encuentran las formas de cántaros, tecomates, cuencos, platos, objetos ornamentales y misceláneas. En cuanto a la lítica se registraron siete objetos de obsidiana como lascas, navajillas y puntas de lanza. Además, se encontró un objeto ornamental que consiste en un pendiente antropomorfo de piedra verde (Figura 4).

LA CERÁMICA DE VERAPAZ

Aparte de los 22 objetos cerámicos encontrados in situ como ofrenda en el entierro de Verapaz, se recolectaron muchos fragmentos cerámicos durante la operación de rescate. Para el análisis cerámico se seleccionaron los fragmentos diagnósticos que podían servir para identificar su forma y clasificar su tipo. Se clasificaron según el tratamiento superficial, decoración, tamaño y forma (Figuras 5, 6 y 7). Se analizaron un total de 72 bordes, 38 de éstos (es decir, el 53%) son de color naranja sobre crema, con decoración negativa Usulután; pertenecen a las formas de cántaros, cuencos y tecomates; 15 bordes (es decir, el 21%) son de color naranja sobre crema, con decoración negativa Usulután y con pintura roja sobre el borde, con las formas de cuencos y cántaros; otros nueve bordes (es decir, el 13%) tienen engobe crema, con formas de cántaros y cuencos; seis bordes más (es decir, el 8%) son de color rojo sobre crema, de formas de cuenco; y un borde adicional (es decir, el 1%) no tiene engobe, con forma de cuenco.

Figura 3 Vista de corte del Entierro 1 del sitio arqueológico Verapaz. Capa I: humus; Capa II: ceniza volcánica con inclusiones de pómez TBJ (Tierra Blanca Joven); Capa III: arena con piedra y piedrín; Capa IV: estrato de ocupación prehispánica en donde se observan los restos óseos y la cerámica, tierra de color café oscura

Figura 4 Vista de planta del Entierro 1 del sitio arqueológico Verapaz. Se observan los restos óseos, la cerámica y la obsidiana ofrendada

Figura 5 Diferentes vistas del cántaro antropomorfo con vertedera y decoración Usulután, perteneciente a la ofrenda del Entierro 1 del sitio arqueológico Verapaz

Figura 6 Cerámica de la ofrenda Entierro 1 del Sitio Arqueológico Verapaz. a) Tecomate con cuatro pequeñas asas, bicromo con decoración de punzonado e incisiones (21 cm x 14 cm y d= 10 cm); b) Tecomate bicromo con decoración sobre el engobe (26 cm x 14 cm y d= 10 cm); c) Cántaro con vertedera de estilo Usulután (alto= 15 cm y d= 11 cm); d) Cuenco fitomorfo tetrápodo (17 cm x 11 cm y d= 16 cm)

Figura 7 Cerámica de la ofrenda Entierro 1 del sitio arqueológico Verapaz. a) Cuenco tetrápodo de estilo Usulután (alto= 61 cm y d= 17 cm); b) Cuenco de base convexa y paredes curvo convergentes de estilo Usulután (16 cm x 7.5 cm y d= 14 cm); c) Cántaro fitomorfo (ayote) de estilo Usulután (22 cm x 15 cm y d= 11 cm); d) Cuenco de base cóncava y paredes curvo convergentes de estilo Usulután (alto= 10 cm y d=  21 cm; e) Cuenco con dos pequeñas asas de base cóncava y paredes curvo convergentes de estilo Usulután (21 cm x 12 cm y d= 18 cm; f) cuenco de base cóncava y paredes curvo convergentes de estilo Usulután (alto= 9 cm y d= 24 cm)

CONCLUSIONES

Durante el trabajo de campo que se realizó en el sitio arqueológico Verapaz, no se logró identificar ningún tipo de estructura prehispánica; sin embargo, se identificó y registró un entierro prehispánico, al igual que una concentración en baja densidad de materiales culturales en la superficie de los terrenos aledaños al rasgo arqueológico.

El rasgo arqueológico más importante y el cual sirvió como objeto de estudio en el sitio arqueológico Verapaz, fue el denominado Entierro 1. Con los datos que se obtuvieron mediante el registro de la excavación arqueológica se pudo interpretar que se trata de un entierro colectivo, probablemente primario, que estaba constituido por dos o más individuos adultos e infantes enterrados simultáneamente, el cual incluye una ofrenda cerámica de más de 22 objetos de diversas formas y funciones. Al mismo tiempo, se registraron varios objetos líticos que van desde puntas de obsidiana hasta un pendiente antropomorfo de piedra verde.

Es importante resaltar que este rasgo arqueológico es el entierro que ha arrojado la mayor cantidad de objetos de ofrenda de todos los entierros del Preclásico que se han registrado en El Salvador.

Basado en la cantidad y calidad de los objetos registrados como ofrenda asociados al Entierro 1 de Verapaz, se puede interpretar que el individuo principal de este entierro era un personaje importante que fue posiblemente enterrado simultáneamente con algunos individuos como un sacrificio de quienes le acompañarían en su viaje hacia el inframundo.

REFERENCIAS

Amaroli, Paul

1985a        Ficha de registro del sitio arqueológico “El Molino” (10-32). Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA. San Salvador.

1985b        Ficha de registro del sitio arqueológico “La Cima” (24-12). Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA. San Salvador.

Andrews, Wyllys

1986        La arqueología de Quelepa, El Salvador. Dirección de Publicaciones e Impresos, Ministerio de Cultura y Comunicaciones, San Salvador, El Salvador.

Bello Suazo, Gregorio

1991        Rescate arqueológico en Antiguo Cuscatlán: Informe Preliminar. Mesoamérica 21, Guatemala.

Boggs, Stanley H.

1966        Ficha de registro del sitio arqueológico “Las Bolinas” (10-7). Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA, San Salvador.

1975        Ficha de registro del sitio arqueológico “Cangrejera” (16-1). Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA, San Salvador.

Erquicia, José Heriberto

2000a        Depósitos subterráneos del sitio arqueológico Carcagua, Santa Ana, El Salvador. Informe de rescate arqueológico en Carcagua, Santa Ana. Inédito en el Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA, San Salvador.

2000b        Los depósitos subterráneos del periodo Preclásico en El Salvador. Tesis de Licenciatura en Arqueología, Escuela de Arte y Cultura, Universidad Tecnológica de El Salvador.

Fowler, William R.

1984        Late Preclassic Mortuary Patterns and Evidence for Humans Sacrifice at Chalchuapa, El Salvador. American Antiquity 49 (3).

Hart, William y Virginia Steen-McIntyre.

1983        Tierra Blanca Joven Tephra from the AD 260 Eruption of Ilopango Caldera. En Archaeology and Volcanism in Central America: The Zapotitan Valley of El Salvador (editado por Payson D. Sheets), pp.14-34. University of Texas Press, Austin.

Ito, Nobuyuki

2002        Informe de la Tercera y Cuarta Temporada en el área de Casa Blanca, del sitio arqueológico Chalchuapa, El Salvador. Proyecto Arqueológico de El Salvador. Universidad de Nagoya, Japón.

Instituto Geográfico Nacional “Ing. Pablo Arnoldo Guzmán”

1971        Diccionario Geográfico de El Salvador. Tomo II, L-Z, San Salvador, El Salvador.

Mata, Ruriko

1975        Ficha de registro del sitio arqueológico “ENA” (17-7). Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA, San Salvador.

Sharer, Robert J.

1978        The Prehistory of Chalchuapa, El Salvador. Volume I, II, III. University of Pennsylvania Press.

Valdivieso, Fabricio

1999        Informe inmediato de actividades, rescate arqueológico en Proyecto Terminal de Buses de Santa Ana. Inédito en el Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA, San Salvador.

Valle, Noe

1976        Ficha de registro del sitio arqueológico “San Mateo” (23-3). Archivo de la Unidad de Arqueología de CONCULTURA, San Salvador.

 

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