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35 Estratigrafía, cerámica y cronología, Pozas de Ventura, Campeche – Luis Manuel Gamboa y Nadia Verónica Vélez – Simposio 17, Año 2003

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Gamboa, Luis Manuel y Nadia Verónica Vélez

2004        Estratigrafía, cerámica y cronología, Pozas de Ventura, Campeche. En XVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2003 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.379-391. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

35

ESTRATIGRAFÍA, CERÁMICA Y CRONOLOGÍA,

POZAS DE VENTURA, CAMPECHE

Luis Manuel Gamboa

Nadia Verónica Vélez

El estudio de la cerámica consiste realizar la descripción, catalogación, clasificación y ordenación de Materiales arqueológicos. El objetivo principal de este proceso se dirige en la reconstrucción histórica- cultual del sitio de Pozas de Ventura en su contexto regional. Al interior del sitio la variabilidad cerámica que hay en cuanto al acabado, decoración y morfología son indicadores de la diferenciación de grupos sociales. De ahí, que en la reconstrucción histórica cultural se asume que la diferenciación de artefactos podría ser también un indicador de cambios en las relaciones sociales.

Un problema que hemos tomado en cuenta a través de la experiencia es que los materiales de estudio provienen de diversos depósitos arqueológicos como rellenos correspondientes a estructuras arquitectónicas. Esto nos lleva a suponer que los materiales cerámicos, no necesariamente reflejan el consumo por parte de los grupos asociados a dichas estructuras, lo que nos lleva a suponer que se podrían usar para correlacionar temporalmente los momentos constructivos de las estructuras y los elementos arqueológicos que incluyan artefactos cerámicos (entierros y las ofrendas).

Los materiales presentes en rellenos arquitectónicos deben ser tratados con relación a la estratigrafía arqueológica, de donde sólo podemos manejar la idea de las relaciones de antes y después, esto es en el caso de las etapas constructivas bien definidas, podemos saber cuando menos que los materiales asociados al interior de determinado relleno arquitectónico tuvieron que haber sido producidos, usados y desechados antes de la construcción final de la etapa constructiva (claro, en un esquema ideal).

El segundo problema que se ha abordado a través de la cerámica corresponde a la esfera de consumo para la diferenciación social. En torno a la esfera de consumo, existe un uso diferencial de los conjuntos cerámicos respecto a grupos sociales diferenciados, que no sólo se define por su asociación contextual con los espacios sociales mencionados en los puntos anteriores, sino por las calidades intrínsecas inmediatas de los tipos cerámicos y de sus formas específicas. Con esto, se evalúa el contenido directo de las formas cerámicas aparentes, para conocer su posible funcionalidad, así como la cantidad relativa de trabajo vivo y pasado invertido en las formas cerámicas que conforman cada tipo cerámico, para adscribirlo tentativamente dentro de la esfera de consumo de dos grupos sociales aquí propuestos.

Cabe resaltar que no planteamos usos exclusivos para todos los tipos cerámicos, ya que existen necesidades compartidas por los grupos sociales, pero en este punto resultan cruciales los contextos arqueológicos en que son encontrados los materiales, por eso la inferencia corre a lo largo de las dos grandes dimensiones: la asignación de uso diferencial de la cerámica y su asociación a espacios sociales definidos en torno a lo urbano y lo rural.

LOS OBJETIVOS PARTICULARES

El proceso clasificatorio de la cerámica tiene como objetivos particulares: 1) Clasificar los materiales cerámicos arqueológicos en atención lógica a la definición de conjuntos cerámicos cuya funcionalidad pueda ser adscrita a la esfera de consumo de grupos sociales diferenciados. 2) Una correlación entre la secuencia cerámica y la secuencia arquitectónica. 3) Conocer la sincronía y diacronía en el uso de las estructuras intervenidas en el caso del proceso de investigación arqueológica de excavación; y 4) Proponer una reconstrucción histórica cultural basada en una secuencia cerámica presente en este sitio.

LA CLASIFICACIÓN CERÁMICA

El proceso de clasificación de materiales arqueológicos se basa en la ordenación de fenómenos culturales contemporáneos a nosotros, desvinculados del sistema social que los produjo, y en la medida en que logramos construir sistemas clasificatorios discernimos sobre las culturas arqueológicas. El análisis cerámico lo entenderemos como un sistema tradicional del oficio del arqueólogo. La cerámica es un material de los más estudiados, debido a sus características fundamentales de conservación y por pertenecer a la mayoría de las sociedades agrícolas-sedentarias, aunque no existe liga causal jerarquizada necesaria entre la alfarería y el sedentarismo.

El sistema de clasificación que se aplicó al estudio de la cerámica corresponde al Tipo-Variedad, los responsables del concepto son Wheat, Gifford y Wasley (1958), Phillips (1958), Smith, Willey y Gifford (1960), y Gifford (1960). En cuanto a una aplicación del sistema en la zona Maya se puede consultar a Culbert (1967); también hay exposiciones en español por parte de Robles (1980), y Vossen (1969, 1970).

El sistema de clasificación ha tenido éxito en la zona Maya debido a tres aspectos. Primero, se crean unidades taxonómicas que son comparables entre diversos sitios, en este sentido la aplicación en nuestra colección cerámica se debe a su carácter pragmático, ya que asumimos que la definición de los términos, la homogeneización de los conceptos en los sistemas de clasificación, son primordiales para la comunicación inter-académica. Con esto las referencias bibliográficas que se presentan en la descripción de los tipos cerámicos nos permiten comparar los materiales y evitar renombres.

Segundo, si bien hay una comunicación entre ceramistas, se minimiza la consulta de tipos descritos. Con esto las tipologías cerámicas las concebimos como una herramienta en el ordenamiento de formas culturales. Los sistemas clasificatorios deben responder a los planteamientos específicos de la investigación, según los objetivos del proyecto. Irving Rouse, por ejemplo, plantea dos tipos de clasificación cerámica utilizables obviamente para cualquier caso (citado en Domínguez 1994:13), por un lado la clasificación analítica que da cuenta de la integración de modos, esto es, analizar atributos de cada conjunto cerámico desde materiales, técnicas de manufactura, forma, decoración y funciones específicas; por otro lado está la clasificación taxonómica, la cual pretende a partir de la integración de modos definir los tipos cerámicos.

Tercero, el uso del sistema Tipo-Variedad ha permitido establecer cronologías cerámicas que se usan para la recontracción histórica-cultural, basta por mencionar el trabajo de Tula, Hidalgo, por Cobean (1978: 154), y el de Coba, Quintana Roo, por Robles (1980:23). Como fue expresado por Sabloff (1975:1), el sistema se convierte en un cimiento firme histórico-descriptivo.

CONSIDERACIONES ANALÍTICAS SOBRE LA CERÁMICA

En el estudio clasificatorio de la cerámica se plantearon tres objetivos básicos. El primero correspondió a la identificación de los tipos y variedades que se encuentran representados en la esfera de consumo de grupos sociales que habitaron en el sitio Pozas de Ventura. El segundo objetivo se relaciona con la elaboración de una correlación entre la secuencia cerámica y la arquitectura. Y el tercero es el proponer una reconstrucción histórica-cultural basada en una secuencia cerámica presente en este sitio. A continuación se describe el resultado que se obtuvo con la clasificación y análisis de la cerámica con base a los objetivos propuestos.

LA APLICACIÓN DEL SISTEMA TIPO-VARIEDAD

La propuesta de hacer uso del sistema de clasificación Tipo-Variedad fue debido a que nos permite hacer una descripción minuciosa de características físicas de la cerámica como son morfología, pasta, acabado y decoración, los cuales – al ser comparados con tipos similares – nos permite proponer una correlación cronológica. Esto nos hace ser cuidadosos con el estudio de la cerámica, ya que al ser tratada la clasificación cerámica en forma tradicional, la comparación podría originar interpretaciones históricas-culturales subjetivas, sin apoyo fáctico.

De ahí que las características físicas que se describen en la cerámica podrían indicar diferencia temporal o funcional. Por tal forma, nuestra propuesta es que una de las preocupaciones en arqueología es la reconstrucción de complejos cerámicos que permitan visualizar las formas que se usaron durante un momento concreto, y que estas corresponden con artefactos que solucionan sus necesidades sociales, como sería en el ámbito familiar la preparación y consumo de alimentos; o en el ceremonial, con el uso de artefactos para llevar una actividad ritual.

LA IDENTIFICACIÓN TIPOLÓGICA, CRONOLOGÍA Y

MOMENTOS CONSTRUCTIVOS

El total de cerámica que se ha clasificado dentro del Proyecto de Investigación Arqueológica de Pozas de Ventura y Salto Grande es de 3551 tiestos. Con la identificación cerámica se ha logrado proponer que los sitios en la región de la parte central de la Cuenca del Río Candelaria, están presentes desde el Preclásico Medio (600-300 AC), al Clásico Terminal (800-1000 DC).

En el caso concreto de Pozas de Ventura, los tipos identificados para cada horizonte cumplen comparativamente las características físicas descriptivas, no así su asociación contextual, ya que es observable como la cerámica identificada para el horizonte Preclásico Medio (600- 300 AC), se encuentra revuelta en algunos casos con cerámicas del horizonte del Preclásico Tardío (300 AC-250 DC). Con esto podríamos pensar que tipos cerámicos como Guitarra Inciso, Juventud Rojo, y Muxanal Rojo y Crema, quizá podrían formar parte de una tradición cerámica que continuó hasta el horizonte Preclásico Tardío. De ahí que se encuentren asociados con tipos más tardíos como son Altamira Acanalado, Flor Crema, Polvero Negro, Repasto Negro sobre Rojo, Zapote Estriado y Sierra Rojo.

Es probable que esto mismo pase con tipos del horizonte del Clásico Tardío (600-800 DC), como son Egoísta al Negativo, Infierno Negro, Palmar Café y Palmar Naranja Policromo. Estos tipos se encuentran mezclados con cerámicas del horizonte del Clásico Terminal (800-1000 DC), como son Altar Naranja, Becanche Café, Cambio Sin Engobe, Chinja Impreso, entre otros. La continuidad de una tradición cerámica con el surgimiento de tipos nuevos, probablemente tiene que ver con la misma funcionalidad de la cerámica, ya que formas que se usaron en la preparación de alimentos como son ollas y cazuelas tienden a sufrir un mínimo de cambio morfológico. En cambio, en cerámicas que se usan para servir o realizar actividades ceremoniales, es notorio la aparición de acabados de superficie o decoraciones novedosas que después se convierten en patrones culturales, mas bien que funcionales.

A pesar de la discusión que se ha presentado no pretendemos adjudicarle a los tipos reconocidos una nueva cronología. Por tal forma, en el Cuadro 1 se puede apreciar cómo se encuentran representados los tipos identificados dentro del horizonte en que se han reconocido. Es importante recalcar que durante la primera temporada realizada en Pozas de Ventura, se recolectó material cerámico de superficie, observándose que no se tenían tipos representativos del horizonte Clásico Tardío (600-800 DC). Esto permitió argumentar que Pozas de Ventura probablemente fue abandonado durante estos momentos, reocupándose por grupos de filiación Chontal para el Clásico Terminal (Gamboa et al. 1999b). Con las excavaciones realizadas en diciembre de 1999 en diferentes estructuras, lo que se observó es que sí hay tipos diagnósticos del Clásico Tardío (600-800 DC), lo que nos permitiría proponer que hay una continuidad de ocupación en el sitio (Gamboa et al. 2000b).

Con las excavaciones realizadas en Pozas de Ventura en diciembre de 1999 (Gamboa et al. 2000b), se obtuvo cerámica de cuatro unidades de excavación. Las excavaciones tienen la característica de ser extensivas e intensivas, realizadas en los Edificios 2, 3 y 12 de Pozas de Ventura. Fuera del sitio se eligió un área conocida como El Confite, en donde se realizó la excavación de cuatro pozos. Las excavaciones permitieron obtener datos que se relacionan con la planificación de las estructuras, el uso de determinados materiales constructivos, el conocimiento de los sistemas constructivos y se obtuvieron materiales cerámicos que permitieron verificar la propuesta de superficie.

LA RECONSTRUCCIÓN HISTÓRICA-CULTURAL DEL SITIO

Los tipos diagnósticos reconocidos tanto en superficie y excavación reflejan tentativamente aspectos cronológicos de la ocupación de Pozas de Ventura y su interacción con otros sitios que se encuentran en Petén y en la Costa del Golfo. Las interacciones que pudo tener marcan una diferenciación temporal con ambas zonas mencionadas. Es posible que el sitio, al igual que otros que se encuentran en la región como son Salto Grande, fueran en su apogeo centros que controlaban el flujo comercial por el río Candelaria, por ende durante el Preclásico sería de Petén a la Costa del Golfo. Esto nos permite formular una hipótesis en donde probablemente el fin del Clásico Maya no puede ser generalizado en forma dogmática, ya que aparentemente es notoria la continuidad de asentamientos prehispánicos en la región de la cuenca del Candelaria. A pesar de esto, suponemos que faltan datos que nos permitan corroborar la hipótesis, ya que se requiere de mayores trabajos de reconocimiento de superficie y de excavación que permitan complementar tal visión.

HORIZONTE PRECLÁSICO MEDIO (600-300 AC)

La clasificación cerámica nos ha permitido entender parte de los procesos sociales y de cambio que sufrió la región de Candelaria en el patrón de asentamiento como en la cerámica. Es claro que los asentamientos del Preclásico Medio (600-300 AC), vienen de la región de Petén, ya que las cerámicas que se utilizan presentan características morfológicas, de acabado, decoración y diseño similares a las reportadas en diversos sitios. Las cerámicas identificadas corresponden a la esfera cerámica Mamom. Son lozas cerosas del grupo cerámico Juventud y Pital. Con respecto al primero se cuentan con tipos cerámicos como Guitarra Inciso y Juventud Rojo; en el caso del segundo se cuentan con el Muxanal Rojo y Crema.

El Preclásico Medio (600-300 AC), se ha considerado como un momento de gran importancia debido al aumento demográfico en la zona de Petén que trae consigo la búsqueda de nuevas áreas que presenten ecotonos y ecosistemas diversos (Valdés 2001:44-45). El sistema de comunicación y navegación está representado por medio de los ríos, mediante los cuales desde Petén se puede llegar a la región de Candelaria a través del río San Pedro, el cual se comunica con el río Candelaria. Si quisiéramos ir más al sur de Petén a la región actual del río Pasión, se podría seguir a través del río San Pedro hasta el Usumacinta. A través de este último se puede continuar al norte pasando por sitios como Piedras Negras y Pomona. En contraposición, rumbo a la región del río Pasión, se podría pasar por sitios de suma importancia durante el Clásico, como son Yaxchilan, Altar de Sacrificios, Dos Pilas y Ceibal. Con esta descripción geográfica e importancia de los ríos como sistemas de comunicación y navegación durante el Preclásico Medio, no se descarta entonces la penetración de grupos provenientes de Petén.

HORIZONTE PRECLÁSICO TARDÍO (300 AC- 250 DC)

Los tipos cerámicos identificados para el horizonte del Preclásico Tardío son más abundantes en el sitio Pozas de Ventura. La esfera cerámica que los representa es Chicanel, destacando dos tipos de loza, la de sin engobe y la cerosa. En el caso de la primera, destaca el grupo cerámico denominado Zapote, con el tipo Zapote Estriado, el cual se ha reportado en diversos sitios al sur de Campeche (Sprajc 1995). En el caso de la segunda loza, los grupos cerámicos que se identificaron son Flor, con el tipo Flor Crema; Polvero, con Polvero Negro; y Sierra, con tipos como Altamira Acanalado, Repasto Negro sobre Rojo y Sierra Rojo.

El tipo cerámico Sierra Rojo se ha identificado en casi todos los sitios reportados durante el reconocimiento de superficie en el río Candelaria por Pincemin (1989: 537). La importancia de dicha cerámica es que es un marcador cronológico de la esfera cerámica Chicanel, el cual se encuentra asociado a su vez con arquitectura. Es posible que esto se relacione con un notorio aumento demográfico y ocupación de nuevas tierras. A través de los reconocimientos de superficie se apreció que los asentamientos se ubican lo más próximo al agua de los ríos y las lagunas (Pincemin 1989:538). Tomando en cuenta que el horizonte Preclásico Tardío abarcó una temporalidad de 300 AC al 250 DC, existen datos indicando que el nivel del río Candelaria bajó entre 450 y 150 AC, y además hacia 250 DC (Jun, Folan y Robichaux 1990, citado por Folan 1994:11). Con estos datos podemos notar que con las sequías, los asentamientos buscan las áreas óptimas para establecerse, de ahí la probabilidad de descubrir vestigios arqueológicos sumergidos en sitios grandes como es El Tigre.

En el caso de Pozas de Ventura, el patrón de asentamiento permite proponer que su población se encontraba dispersa a lo largo de las márgenes de la laguna y de la parte norte del río Candelaria. Quizá el patrón disperso tenga que ver con las actividades agrícolas, en donde el suelo se agota fácilmente, lo que requiere de un tratamiento de tala y quema, o la rotación de la gente en áreas óptimas para actividades agro-artesanales.

HORIZONTE CLÁSICO TEMPRANO (250-600 DC)

La esfera cerámica que se identificó dentro del horizonte Clásico Temprano (250-600 DC), es la Tzakol en donde hay dos tipos de lozas la lustrosa y la sin engobe. La loza lustrosa presenta grupos cerámicos como Águila, con el tipo Águila Naranja; Balanza, con el tipo Balanza Negro; Batres, con el tipo Batres Rojo; Discordia, con el tipo Discordia Negro; Dos Arroyos con el tipo Dos Arroyos Naranja Policromo; y Pucte, con el tipo Chorro Acanalado.

El tipo Águila Naranja se encuentra representado en una vasija que se descubrió en el Entierro 2 proveniente de la Estructura 3, el cual se registró como objeto 2 (Gamboa et al. 2000b). La forma consiste de un cuenco con pared recto divergente, con soporte anular (Figura 1). En el caso del tipo Dos Arroyos Naranja Policromo (Figura 2), de alguna forma es el que sustituye al tipo Sierra Rojo del Preclásico Tardío, y su distribución está generalizada en el área Maya durante el Clásico Temprano (Sprajc 1995, 1998). En nuestro caso se descubrió una vasija del tipo Dos Arroyos Naranja Policromo en el Entierro 2.

En la loza sin engobe, los grupos cerámicos que se identificaron fue Paila con tipos como Morfín Sin Engobe y Triunfo, con tipos como Quintal Sin Engobe y Triunfo Estriado. Con respecto a este último tipo, en el Entierro 2 descubierto en la Estructura 3 se identificaron varios fragmentos de una olla con cuello de pared recta de labio evertido, que nos hace pensar que forma parte de una vasija completa asociada a la ofrenda (Figura 3). El objeto se registró como número 3 (Gamboa et al. 2000b).

En cuanto al patrón de asentamiento, el horizonte Clásico Temprano (250-600 DC), se ha considerado como un momento de transición en donde algunos sitios de Petén comienzan a ser abandonados, surgiendo una creación de nuevos asentamientos de poder y reajuste poblacional, esto conllevó al surgimiento de ciudades-estado. Como un proceso de transición se ha tratado de analizar el surgimiento de las ciudades-estado vinculándolo con indicadores que se relacionan con exaltar la presencia de complejidad social y política a través de la arquitectura, el registro escrito, los sistemas funerarios, los artefactos de uso ritual, entre otros.

Figura 1  Águila Naranja, variedad con engobe aparente

Figura 2  Tipo Dos Arroyos Naranja Policromo, variedad Opuesto

Figura 3  Tipo Triunfo Estriado, variedad Triunfo

No hay duda que durante el horizonte Clásico Temprano (250-600 DC), efectivamente es notorio un surgimiento de jerarquización entre sitios, en donde las interacciones que se dan se relacionan con actividades económicas o políticas, tal y como se encuentran documentadas en los registros escritos por medio de estelas. Por otra parte, iniciar un proceso de fragmentación política entre asentamientos hegemónicos como serían Calakmul, Palenque, Tikal, Kaminaljuyu, entre otros, tal fragmentación se ha querido ver como un proceso de fragmentación extrema (Sharer 2001:66).

En el caso de Pozas de Ventura es notario un crecimiento poblacional que conlleva a la modificación espacial de la Acrópolis con el surgimiento de nuevas estructuras tal y como se evidenciaron con la Plataforma Sur del Conjunto A, y de los Edificios 4 y 5. De esta manera, la importancia de Pozas de Ventura es que se trata de un asentamiento del horizonte Preclásico con una continuidad al Clásico Temprano, que es de interés en la investigación arqueológica regional ya que esto permitiría comprender la importancia que pudo tener con otros sitios al norte de Petén durante el Preclásico Tardío (300 AC-250 DC), y su transición al Clásico Temprano (Hansen 1994:46).

HORIZONTE CLÁSICO TARDÍO (600-800 DC)

La situación estratégica y privilegiada del asentamiento permitió que se reocupara por grupos de tradición cerámica de la esfera cerámica Tepeu 1-2, en donde se identificó una loza lustrosa en donde los grupos cerámicos corresponden a Infierno, con el tipo Infierno Negro; Palmar, con el tipo Palmar Naranja Policromo y Palmar Café; y uno no especificado con el tipo Egoísta al Negativo.

El patrón de asentamiento regional en el río Candelaria permite reconocer durante el Clásico Tardío (600-800 DC), una jerarquía de asentamientos en donde destacan sitios de primer orden como son Cerro de los Muertos y San Enrique (Pincemin 1989:538). La propuesta de estos sitios es que controlan las rutas comerciales provenientes de la Costa del Golfo hacia Petén. En el caso de San Enrique, su posición geográfica permite controlar el flujo entre este-oeste del río Candelaria; en Cerro de los Muertos está la confluencia de tres ríos que permitían también el flujo comercial, como son el noreste (Isla Civiltuk y Río Bec), el sur (Petén y Tierras Altas de Guatemala).

Aparentemente los datos que se tenían desde la perspectiva de trabajos de superficie permitían proponer que en la región de la cuenca del río Candelaria los asentamientos surgieron durante el Preclásico Temprano, pasando por un hiato durante el Clásico Temprano y la reocupación en el Clásico Tardío (Pincemin 1989: 539). En estos momentos, con los nuevos datos que se presentan, es notorio que sitios como San Enrique y Cerro de los Muertos comienzan desde el Preclásico Medio con una continuidad hasta el Clásico Terminal; al menos suponemos esto a partir de las evidencias que se han obtenido de Pozas de Ventura y Salto Grande, los cuales se consideran que durante el Clásico Tardío son centros de segundo orden (Pincemin 1989: 536). Es probable que Pozas de Ventura, durante este horizonte, dependa de un sitio rector de mayor tamaño, quizá por su acercamiento de San Enrique.

Al parecer, durante el Clásico Tardío (600-800 DC), la cuenca del río Candelaria demuestra que los asentamientos se relacionan con el control del flujo comercial. Comparado con otros sitios de la región de Petén, la guerra jugó un papel predominante en la hegemonía de un asentamiento, las cuales se evidenciaron a través de pinturas murales y registros escritos en donde se aprecia una iconografía militar.

HORIZONTE CLÁSICO TERMINAL

La identificación de tipos cerámicos para el horizonte Clásico Terminal (800-1000 DC), comprende dos esferas cerámicas: la primera es similar a Spanish Lookout de la cuenca del río Belice, representada con una loza pulida en donde se ha identificado un grupo cerámico denominado como Jimba Pasta Fina. Los tipos cerámicos que la conforman son Altar Naranja, Trapiche Inciso y Tres Naciones Gris.

En el caso del tipo Altar Naranja se descubrió una vasija en la Estructura 12. La forma consiste de un vaso de pared recta y fondo cóncavo, el cual fue registrado como elemento 1, objeto 1. El contexto de la vasija evidenció una ofrenda que se dispersó en un área de 2 m debido al esparcimiento de las raíces. La vasija presenta una serie de glifos (Figuras 4, 5 y 6).

La segunda esfera comprende dos lozas: la lustrosa y la sin engobe. La lustrosa está representada por el grupo Becanche, con tipos como Becanche Café, y el grupo Tinaja, con tipos como Chinja Impreso, Pantano Impreso y Tinaja Rojo. En el caso del tipo Tinaja Rojo se descubrió una vasija completa asociado al Entierro 1 proveniente de la Estructura 12, el cual consiste de una forma de cuenco de pared recta divergente con reborde basal. Dicha vasija fue registrada como objeto 1 (Gamboa et al. 2000b). En el caso de la Estructura 2, durante la excavación de la cala oeste se descubrió en el desplante de la escalinata, una ofrenda que contenía una vasija del tipo Tinaja Rojo, la forma que lo representa consiste de una olla de cuello de pared recta, el cual fue registrado como elemento 2, objeto 2 (Gamboa et al. 2000b). La loza sin engobe está representada por el grupo cerámico Cambio, con tipos como Cambio Sin Engobe y Miseria Aplicado; el otro grupo cerámico que lo representa es Encanto, con tipos como Encanto Estriado.

En cuanto al patrón de asentamiento tampoco hay reporte de la presencia de sitios que correspondan al horizonte Clásico Terminal, se hace mención de un hiato del Clásico Tardío al Postclásico Temprano. En este último horizonte, la cerámica que se identifica corresponde a tiestos de Naranja Fino, siendo abundantes en El Tigre y Santa Clara. La visión que se tenía de la ausencia de ocupaciones durante el horizonte Clásico Terminal cambia a través de los materiales cerámicos que se describen, señalando que su presencia está evidenciada en los últimos momentos constructivos en Pozas de Ventura.

Figura 4  Tipo Altar Naranja (o Trapiche Inciso)

Figura 5  Tipo Tinaja Rojo, variedad Nanzal

Es probable que los saltos que son mencionados en la literatura por Scholes y Roys (1997), se construyeran durante el fin del horizonte Clásico Terminal. La hipótesis de tal propuesta se basa en la mayor sequía que tuvo la cuenca del río Candelaria durante el 900 DC (Jun, Folan y Robichaux 1990, citado por Folan 1994:11). Tal sequía pudo originar que el flujo comercial de la Costa del Golfo a través de la cuenca del río Candelaria hacia Petén quedara incomunicado (Lowe 1985).

En la literatura se reportan asentamientos que prevalecieron desde el Clásico Tardío hasta el momento de la Conquista, uno de estos es El Tigre (Pincemin 1989:539). Dicho sitio ha manifestado incluso evidencias de ocupación desde el horizonte Preclásico (Vargas et al. 1987). Con esto, se ha propuesto que mientras en la región de Petén se está dando un colapso, en donde ya no se reocupan los sitios, en la cuenca del río Candelaria sobresalen sitios que probablemente son controlados por diversos sitios rectores como son El Tigre que sustituye a Cerro de los Muertos (o probablemente se trata del mismo sitio), y el de Tixchel.

CONCLUSIÓN DEL ANÁLISIS CERÁMICO

Los tipos cerámicos identificados permiten proponer la historia cultural de Pozas de Ventura y el tipo de interacción que este pudo tener con otros sitios importantes. En cuanto a la propuesta cronológica del sitio, éste comienza en el horizonte Preclásico Medio, con una continuidad hasta el Clásico Terminal. En el aspecto de filiación étnica, suponemos que los primeros habitantes provienen de la región de Petén, los cuales debido a las sequías ocurridas durante el Preclásico Tardío y posteriormente durante el Clásico Terminal, abandonan el sitio.

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