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65 Serpiente emplumada y árboles florecidos: Propuesta de secuencia de glifos – Clara Luz Díaz Oyarzábal – Simposio 14, Año 2000

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Díaz Oyarzábal, Clara Luz

2001  Serpiente emplumada y árboles florecidos: Propuesta de secuencia de glifos. En XIV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2000 (editado por J.P. Laporte, A.C. Suasnávar y B. Arroyo), pp.883-891. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

65

SERPIENTE EMPLUMADA Y ÁRBOLES FLORECIDOS:

PROPUESTA DE SECUENCIA DE GLIFOS

Clara Luz Díaz Oyarzábal

La premisa de que el lograr visualizar en secuencia todos los glifos que originalmente debieron intervenir en la composición pictórica de las cuatro Serpientes Emplumadas de Techinantitla contribuirá a lograr la interpretación integral de las pinturas, me lleva a intentar aquí una reconstrucción de la distribución de los mismos sobre los muros de una habitación, que por falta de datos arqueológicos, tendrá que ser hipotética.

La reconstrucción que propongo se inscribe dentro de principios básicos de las expresiones pictóricas y arquitectónicas de la cultura Teotihuacana: simetría, equilibrio y la marcada preferencia por la distribución cuatripartita dentro de edificios y la ciudad en general. Considero además que el contexto numérico que plantean los 9 glifos combinados con 13 árboles en cada Serpiente, y el total de 52 árboles, indica que muy probablemente existió una intención simbólica y un orden interno en la secuencia pictórica de los glifos.

Como es sabido, con la muerte de Harold Wagner y el legado de su colección de murales prehispánicos a los Museos de San Francisco, un gran número de fragmentos de pinturas pertenecientes a las Serpientes emplumadas y árboles florecidos vieron la luz pública. Los murales son producto de saqueos probablemente realizados hacia los años 60, por lo cual la pérdida de algunos fragmentos y del orden original de las imágenes, así como la falta de contexto arqueológico son serios impedimentos en cualquier intento de interpretación.

La composición estuvo formada por cuatro Serpientes distribuidas en la parte baja de cuatro muros. Los fragmentos permitieron reconstruir la llamada Serpiente 1 completa y por ende sirvió de apoyo en la reconstrucción del orden de los fragmentos disponibles debajo de las otras tres Serpientes.

En la Serpiente 1 se observa que existieron 13 árboles colocados en sentido horizontal debajo de cada Serpiente y que estos árboles llevan glifos en el punto en que las raíces se unen con el tronco. Los glifos son 9 y siguen una secuencia en la cual el orden interno no ha sido hasta ahora esclarecido y es el tema de nuestro interés. Detalles sobre el hallazgo, recuperación y algunas interpretaciones de toda la colección Wagner pueden consultarse en la publicación (Berrin 1988) que salió con motivo de la primera exposición de los murales en San Francisco. A esta obra me he de referir repetidamente. En ella, Esther Pasztory dedica un capítulo a los murales de las Serpientes y presenta un ordenamiento hipotético de las Serpientes y glifos de la colección (Figura 1). Pasztory Ilustra seis glifos más que se encuentran en otros museos de Estados Unidos aunque no los incorpora a la reconstrucción que hace, la cual limita a los fragmentos de la colección Wagner. Estos seis glifos serán tomados en cuenta en el presente trabajo a fin de implementar la reconstrucción completa que se pretende.

El equipo de trabajo que en primera instancia tuvo la oportunidad de manejar todos los fragmentos disponibles de las Serpientes y árboles de la colección Wagner, intentó armarlos tomando en consideración detalles físicos y formales de los murales como curvaturas de los fragmentos, color, calidad del trazo de las figuras, y secuencias de glifos de acuerdo a las fracturas en los bordes de los fragmentos, por lo que la reconstrucción lograda, dentro de lo que cabe, es satisfactoria y confiable. Por lo tanto la presente proposición de la reconstrucción del mural completo partirá de aceptar en principio la distribución arriba mencionada.

En la misma obra citada, René Millon propone un pórtico o bien una habitación con dos puertas como las dos formas de estructuras arquitectónicas que originalmente pudieron servir de base a las cuatro Serpientes (Figura 2a). Al respecto optaré por una distribución sobre una habitación de dos puertas. La preferencia por una habitación y no por un pórtico la baso en las longitudes de las Serpientes 2 y 4 las cuales, con sus 4 m y 5 m de largo respectivamente, no quedarían simétricamente dispuestas en los laterales de un pórtico.

Sugiero además modificar en el esquema de Millon la posición de las entradas al cuarto de manera que resulte cuadrado en vez de rectangular (Figura 2b). El desconocimiento arqueológico del espacio que ocuparon las Serpientes y la preferencia mesoamericana de reflejar el mundo a través de imágenes cuadradas, hacen esta suposición aceptable.

El primer paso en el análisis de la secuencia de los glifos, se facilita si se distribuyen sobre los muros de un cuarto cuadrado los árboles con glifos de la colección Wagner en el orden propuesto por Pasztory. Con fines prácticos y por claridad en la exposición, esto se esquematiza en la figura 3 en donde en vez de nombre, atribuyo un número a cada glifo. En la búsqueda cuidadosa de indicios sobre el orden interno de los glifos de acuerdo a este ordenamiento en la figura 3 se advierte que:

1.        La secuencia de signos en la Serpiente 1 indica que en ella se presentan los nueve glifos uno detrás de otro y que la misma secuencia comienza a repetirse pero sólo avanza hasta el que ocupa la posición cuatro.

2.        El posicionamiento de los glifos que quedan de las otras tres Serpientes deja entrever que después de tres números o glifos consecutivos, la secuencia brinca tres glifos consecutivos para registrar el cuarto. Por ejemplo, en la Serpiente 2 se tienen los glifos a los cuales le hemos dado los números 1, 2,3 y se pasa al de la posición 7 al igual que en la Serpiente 4 donde se registra el 4, 5,6 e inmediatamente se pasa a registrar el No. 1

3.        La esquina que forman las Serpientes 1 y 4 (donde terminan las colas) se forma con los glifos 4 y 9.

4.        A la izquierda de las dos entradas de la habitación se encuentra el glifo de la posición 1 y a la derecha el 3.

Las regularidades arriba apuntadas servirán de base para las reconstrucciones hipotéticas de las secuencias de los glifos faltantes bajo las Serpientes. Así, sobre el esquema de la figura 3 se apuntan las propuestas que siguen (Ver Figura 4).

PROPUESTAS

Poniendo a prueba en la Serpiente 2 el ordenamiento consecutivo de tres glifos y el omitir tres, tendríamos que si llenamos los espacios vacíos, efectivamente los glifos 6 y 1 apuntados por Pasztory quedarían en su exacto lugar tanto porque el glifo 6 terminaría el supuesto grupo de 4-5-6 como porque después del 6 se dejaría de registrar el grupo de 7-8-9 para continuar con el glifo 1, el cual a su vez indica que a continuación se registrarían el 2 y el 3. Es presumible que esta serpiente terminara con el glifo 4 siguiendo una norma marcada por la Serpiente 1 aunque por razones desconocidas. De igual manera, con los datos que se tienen de la Serpiente 4, este orden de 3 glifos parece corroborarse y es consecuente suponer que los glifos faltantes son el 3 y el 7.

Antes de aplicar esta norma o principio de ordenamiento en grupos de tres glifos a la Serpiente 3 debemos recordar que aparte de los 35 árboles con glifos de la colección Wagner, existen seis más en otros museos de Estado Unidos. Dos de estos árboles se encuentran en un solo fragmento que porta los glifos 9 y 4 en el Museum of Art and Archaeology de la Universidad de Missouri y otros dos glifos en un solo fragmento que porta los glifos 5 y 6 en el American Museum of Natural History de New York. Los fragmentos de ambos museos muestran claros indicios de que estuvieron unidos3 es decir que formaban una secuencia de los glifos 9, 4, 5, y 6.

Otro fragmento más, con dos glifos también, se encuentra en el último museo citado. Estos dos árboles repiten el glifo correspondiente al No. 3.

Debo observar que la secuencia 9-4-5-6 de los dos fragmentos arriba apuntados sigue la regularidad de ordenamiento en grupos de tres glifos consecutivos y la omisión de tres a que me estoy refiriendo. Propongo que la posición original de esta secuencia fue debajo de la cola de la Serpiente 3. Este posicionamiento parece correcto en virtud de que además guarda simetría con la distribución de la esquina opuesta.

En vista de que lo apuntado hasta aquí corrobora que el ordenamiento básico era en grupos de tres glifos consecutivos (y omisión de tres), el hecho de que en el otro fragmento del museo de New York se repite el glifo 3 parece alterar la norma establecida. Me atrevo a pensar que esta irregularidad puede atribuirse a un error del pintor antes de aceptar que no existía un orden preestablecido y que por lo tanto el orden interno carecía de importancia o significado.

Al respecto señalo y me refiero a las características y deficiente ejecución de las pinturas de la Serpiente 3 a la cual creo perteneció dicho fragmento. Sobre la calidad pictórica de las Serpientes en general Pasztory dice: «It may be that Serpent 1 and its trees were painted first by the master painter and the other serpents and trees were done more hurriedly and/or by assistants of varying skill.» (Berrin 1988). Los glifos de la Serpiente 3 aparecen simplificados.

Regresando a la Serpiente 3 en sí y para repasar los datos que sobre sus glifos se tiene, noto que es indudable que la secuencia terminaba con los glifos 1, 2,3 ya que el glifo 3 está unido en el mismo fragmento al flujo que sale de la boca de la Serpiente y el borde derecho del fragmento que contiene los glifos 1 y 2 parece coincidir con el borde del glifo 3. Por otra parte, este orden repite el de la Serpiente 4.

Si para abordar este problema de la repetición consecutiva del glifo 3 se alinean los glifos en el orden ideal que debieron tener de acuerdo a los agrupamientos de tres glifos que he planteado y en otra línea se colocan los glifos de que se dispone, podremos llegar a una tercera línea donde se podrá reflejar el orden en el que en realidad fueron colocados aunque de manera incorrecta:
Orden ideal

9-

4 – 5 – 6

1 – 2 – 3

7 – 8 – 9

1 – 2 – 3

Se dispone

9-

4 – 5 – 6

– – –

– 7 – 8

1 – 2 – 3

Posible original colocando el fragmento con dos glifos No. 3

9-

4 – 5 – 6

1 – 2 – 3

3 – 7 – 8

1 – 2 – 3

Es muy posible que el error comenzara con la repetición del glifo 3 en vez de pintar 3 – 7. Este error lleva a otro inmediatamente cuando en vez de dibujar 8 y 9 el pintor dibuja 7 y 8. Dicho de otro modo, en vez de pintar 3, 7, 8,9, pintó 3, 3, 7,8. Sin embargo es evidente que el pintor estaba consciente de la importancia de terminar con 1, 2,3 y en eso no hay error.

Así, en la Figura 4 han quedado finalmente reflejados los glifos con el ordenamiento aquí propuesto como el original. Aunque las implicaciones iconográficas de la distribución deberán ser tema de un estudio más amplio, por el momento es posible hacer algunas observaciones y avanzar algunas conclusiones tentativas que pueden servir de hipótesis de trabajo para la lectura integral de la habitación. Estas observaciones finales se reflejan en la figura 5.

CONCLUSIONES

Tal vez lo primero que deba apuntar es que el orden consecutivo ininterrumpido de los nueve glifos de la Serpiente 1 a la vez que marca la totalidad de los glifos a utilizarse, los visualiza en los mismos grupos de tres glifos específicos consecutivos que serán manejados en las otras tres serpientes.

Otro aspecto que merece señalarse es que no es solamente la secuencia interna de los glifos tomando en consideración grupos de tres lo que rige su orden de presentación. También es de notarse que por cualquiera de las dos entradas a la habitación el primer glifo que se presenta a la izquierda es 1 y a la derecha el glifo 3. Estos glifos parecen marcar un principio y un fin.

Inquietante también en el mismo sentido es la colocación de los glifos 4 y 9 en ambas esquinas del cuarto. Esta colocación no parece casual y además de haber servido de ajuste para la secuencia, pues en las esquinas se dejan de registrar 4 glifos entre el 4 y el 9, el diseño también debió tener un significado especial relacionado con los glifos en cuestión.

Una vez sopesadas las coincidencias de glifos a ambos lados de las puertas y en las esquinas, y si se tiene en mente pictografías mesoamericanas posteriores, resulta automático el trazar dos líneas diagonales imaginarias entre ángulos opuestos de la habitación las cuales se cruzarían en el punto central del cuarto. Este esquema es comparable a la representación del cosmos (mundo) que aparece en épocas posteriores como por ejemplo en el códice Fejervary Mayer. Como he mencionado anteriormente las distribuciones cuadripartitas con un punto central indicado por un altar es práctica común en la arquitectura teotihuacana.

De aquí que no sería insólito que una excavación en el sitio revele el centro de la habitación marcado de alguna manera significativa en relación con la iconografía de los murales.

No está por demás señalar que la colocación central del glifo 3 en las Serpientes 3 y 4 hace posible trazar otra línea imaginaria entre ambos, la cual atravesaría perpendicularmente el centro del cuadrado marcado por el punto donde se cruzan las dos líneas anteriores.

Para no pasar por alto temas más amplios de significados generales, quisiera brevemente apuntar lo siguiente. Las dos entradas a la habitación y el ordenamiento de los glifos de la Serpiente 1 marcando la secuencia de la totalidad de los glifos hace de inmediato especular sobre el orden de lectura que a su vez indicaría la dirección del ritual, bien fuera recorrido, procesión o danza. De forma natural se tiende a postular un recorrido que de acuerdo a las entradas a la habitación, siga el orden de las Serpientes 1y 2. La pauta para descifrar el significado de este movimiento, que debió estar de manera importante directamente relacionado al ritual al que estuvo destinada la habitación, deberá buscarse en la propia iconografía teotihuacana, en códices y en los datos etnográficos.

Relacionado con lo anterior, pienso que las dos puertas de entrada a la habitación insinúa visualmente una repetición o un doble recorrido ritual del ciclo de 52 años ya expresado por los 52 glifos que hacen la totalidad del Xiumolpilli, reflejando así un ciclo mayor de 104 años atribuible a Venus representado en este caso por la Serpiente que cubre los árboles.

La importante interacción del movimiento humano con la imagen y el espacio para lograr completar la representación simbólica y la reactualización de los fenómenos cósmicos no ha sido suficientemente valorada en las interpretaciones iconográficas de pinturas y edificios en Teotihuacan. Sin embargo, la relevancia de la intervención humana en el ritual es evidente todavía hoy en día en el «juego del volador» sobradamente documentado como representación de ciclos temporales.

En cuanto a la interpretación de los glifos en sí, debo resumir que la inclusión (a manera de apéndices) en algunas de las flores de elementos utilizados en los glifos que aparecen entre tronco y raíz del mismo árbol llevan a Pasztory a pensar que los glifos son los nombres de las plantas, los cuales a su vez pueden ser los nombres de lugares. Esta función de los glifos como topónimos también ha sido explorada por George Cowgill. Aunque esta línea de pensamiento resulta concordante con ciertos rasgos de algunos sistemas de escrituras mesoamericanos, se me hace difícil explicar la repetición de las mismas localidades o sitios en las pinturas. Por otra parte, cabe la posibilidad de que como topónimos estén referidos a sitios cósmicos. Otra explicación que no debe descartarse y por la cual me inclino es que se traten de signos del sacrificio ritual cíclico representado.

En términos generales la habitación puede concebirse como un códice o escenario en el que se celebraba o reactualizaba el gran ciclo cósmico de Venus. Finalmente, aunque la distribución y secuencia de los glifos que propongo parece coherente y resulta sugerente en varios aspectos iconográficos, quedan pendientes explicaciones de los murales en otros sentidos, especialmente en cuanto al significado propio y último de los glifos y el por qué del agrupamiento de los glifos en tríos.

REFERENCIAS

Berrin, K. (ed)

1988        Feathered Serpents and Flowering Trees: Reconstructing the Murals of Teotihuacan. San Francisco: The Fine Arts Museums of San Francisco.

Figura 1 Sustitución de nombres de glifos por números (adaptado de Pasztory, en Berrin 1988)

Figura 2 a) esquema de habitación con dos puertas (Pasztory, en Berrin 1988); b) modificación

Propuesta

Figura 3 Esquema de la distribución de glifos. Se atribuye un número en vez de un nombre a cada glifo

Figura 4 Secuencia completa que se propone como la original

 

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