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58 Lateralidad y mutilación: Significado de la mutilación del pie en algunas imágenes prehispánicas – Liwy Grazioso Sierra – Simposio 14, Año 2000

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Grazioso Sierra, Liwy

2001        Lateralidad y mutilación: Significado de la mutilación del pie en algunas imágenes prehispánicas. En XIV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2000 (editado por J.P. Laporte, A.C. Suasnávar y B. Arroyo), pp.807-817. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

58

LATERALIDAD Y MUTILACIÓN:

SIGNIFICADO DE LA MUTILACIÓN DEL PIE EN

ALGUNAS IMÁGENES PREHISPÁNICAS

Liwy Grazioso Sierra

El presente trabajo tratará los principales aspectos del significado de la modificación o mutilación del pie izquierdo en la iconografía de Mesoamérica. No se pretende hacer un análisis exhaustivo del simbolismo del pie izquierdo y sus alteraciones, sino presentar algunos de sus significados, en particular el de la mutilación del pie.

Debido a los numerosos ejemplos en el arte prehispánico, de imágenes con mutilación o modificación, en su extremidad inferior izquierda, y por su continuidad en el tiempo; creemos que el significado del pie izquierdo, así como el de su transformación es similar entre las culturas mesoamericanas y poseen cierta «universalidad». El tener un solo pie era considerado muy importante en varias culturas, en Mesoamérica existen muchos individuos representados con un pie, no sólo en imágenes plásticas sino también como parte de la mitología y la tradición oral.

No se incluirán dentro del estudio representaciones de malformaciones congénitas o debidas a alguna patología, únicamente las transformaciones o modificaciones culturales hechas a los pies de los personajes, es decir las de carácter intencional. Es posible que las personas que tuvieran alguna deformación o que hubieran perdido su extremidad inferior por causas naturales, tuvieran un significado particular dentro de la sociedad, pero probablemente distinto al de los personajes con modificaciones intencionales.

El simbolismo del pie izquierdo y de su modificación debió tener hondas raíces y un profundo significado ya que es la transformación o alteración de una parte del cuerpo humano, por lo que lleva al plano divino o sobrenatural: deja de ser tan sólo el «otro pie» para convertirse en algo con cualidades mágicas, diferente a su homólogo.

Debido a los ejemplos tan tempranos con este tipo de representaciones se puede pensar que la mutilación o transformación del pie izquierdo, como idea particular en Mesoamérica, se inició desde el periodo Preclásico y continuó durante el Clásico y Posclásico. Debemos considerar que si la mutilación o modificación del pie izquierdo la encontramos representada desde épocas tan tempranas y se continuó representando a través del tiempo, es posible que tenga el mismo significado y que sus significantes hayan sido esencialmente constantes.

En las tradiciones mesoamericanas encontramos también a importantes deidades con este atributo como Juraqan del Popol Vuh. Dos de los más importantes dioses del panteón K´iche´, Juraqan y Kabraqan, llevan en su nombre la palabra aqan, que tanto en K´iche´ como en Kaqchikel significa pie. El nombre de Juraqan, dios de las tormentas, vientos y tempestades, significa «un pie o una pierna». En efecto a esta deidad se le concibe con una sola pierna y pensaban que al mover ésta fuertemente, causaba los fuertes vientos y tempestades. Esta palabra quiché pasó a formar parte de las lenguas europeas modernas, para designar al más fuerte de todos los vientos, el huracán.

A Juraqan también se le llama Kaculha Huracán, que significa «rayo de una pierna» que equivale a «relámpago». Los grupos mayances de las tierras altas de Chiapas llaman rayo al dios de las lluvias; al rayo se le denomina Anjel o Chauk que corresponde a los nombres yucatecos de Canhel y Chaac (De la Garza 1984:293). De la Garza señala que Canhel (Dios K del cetro maniquí) puede corresponder a Caculha Huracán y la pierna a la que hace alusión el nombre de la deidad podría representar el rayo e identificarse con la pierna de Bolon Dz’acab (De la Garza: 1984:291).

El rayo se simboliza con una serpiente y las serpientes pueden representar, entre otras cosas, a rayos o relámpagos en la iconografía. También hay un hongo, utilizado por los indígenas de las Tierras Altas, el Amanita muscaria, llamado «solo una pierna», conocido ampliamente por sus propiedades psicoactivas.

Otra relación entre pies y serpientes es la que podemos observar en los cetros maniquíes, considerados una de las insignias más importantes de la elite Maya, y como atributo de poder (De la Garza: 1984:291). En los cetros maniquíes se encuentra representado el dios K y es reconocido un símbolo divino (De la Garza: 1984:291). En algunos ejemplos no sólo una pierna es serpentiforme sino ambas extremidades inferiores se unen en una sola serpiente.

Hay que mencionar que dentro del corpus existen representaciones cuya modificación o alteración ocurre en el pie derecho, que no podemos ignorar, pero el número de imágenes con alteración en el pie izquierdo es mucho mayor que en el derecho. La alteración en el pie derecho se observa en ciertos cetros maniquíes y en algunas representaciones de Tezcatlipoca en el códice Borgia. No obstante, cuando esto ocurre, por lo general se encuentran en relación especular, es decir una frente a la otra como una reflexión de la imagen, con un personaje similar opuesto que lleva la alteración en el pie izquierdo.

En la mitología universal encontramos referencias más amplias de personajes cojos o que carecen de un pie, como Hefesto, que se vuelve cojo después de combatir a Zeus para defender a su madre (Ilíada 1:590-592). Pero no sólo los cojos tienen un significado particular, en otras culturas la referencia es en los tobillos, talones o pies, como en personajes de la mitología clásica en donde encontramos a Aquiles, cuyo talón vulnerable era el izquierdo (Rocher 1845:50), y Jasón de los Argonautas pierde su sandalia izquierda al cruzar el río (Danny Staples, comunicación personal 1998).

Marcas especiales en los talones o tobillos eran consideradas como una señal de predestinación o como huellas de su pasado que quedaron como testimonio para conservar su significado (marcas o huellas dejadas por sucesos en sus vidas o signos señalando el destino del personaje). Muestra de ello la tenemos en Edipo, que lleva marcas en su tobillo que reafirman su destino; en Vulcano, deidad romana y también en Huitzilopochtli, cuyo pie izquierdo era enjuto (Códice Florentino, Libro III, cap. 1, traducción de Miguel León Portilla). El pie deformado (pie hinchado de Edipo), el talón vulnerable (Aquiles), el cojo (Hefesto), toda deformación del pie revela una debilidad del alma (Diel 1976).

Los cojos tienen un significado particular, la universalidad del concepto se advierte en el hecho de que una serie de personajes tanto reales como míticos en diversas culturas se caracterizan por su poder de provocar la lluvia y curiosamente por el hecho de que tienen un solo pie o una sola mano (Hentze 1932:152, citado por Eliade 1972:155).

Todo lo anterior nos lleva a otra reflexión: la mayoría de personas son diestras, el porcentaje de zurdos es muy bajo, por lo que los zurdos son considerados como «diferentes». Los zurdos eran tan especiales en las culturas mesoamericanas que este atributo formó parte de uno de los principales dioses Mexicas, Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra. Su nombre significa «Colibrí Zurdo» o «Colibrí del Sur» (Carrasco y Matos 1992:178). Otra relación entre zurdos y el sur la encontramos en la expresión inglesa «southpaw», que se utiliza para referirse a los zurdos y literalmente quiere decir «garra o zarpa del sur».

Por otra parte, existen datos etnográficos que reportan que entre algunos chamanes el lado izquierdo del cuerpo conlleva una connotación negativa. Hay varios investigadores que señalan que existe una relación entre izquierdo y derecho como oposición entre malo y bueno, negativo y positivo (Schultze Jena; Rodas, Rodas y Hawkins; citados por Tedlock 1982:134). Todas estas referencias están relacionadas a sentir calambres o sacudidas musculares y torceduras o tirones en los brazos y manos.

También existe una relación entre izquierdo-femenino y derecho-masculino. En cuanto a pies específicamente, Wagley describe a chamanes de comunidades Mam de Santiago Chimaltenango pronosticando con base en los nervios de sus pies, si el nagual es masculino sus pies se mueven a la derecha y si es femenino se mueven a la izquierda; algo similar menciona La Farge entre los Kanjobales de Chiapas (Tedlock 1982:134).

Con respecto al aspecto negativo/positivo de lo izquierdo/derecho, esta connotación no es universal. Para algunas culturas como la griega, Maya y musulmana, para mencionar sólo algunas, el lado izquierdo tiene significado negativo; podría decirse hasta maligno, pero para otras como la romana y la Mexica, el significado era positivo, de prestigio y considerado como buen augurio. Esta situación de negativo/positivo, debe pensarse en el sentido de que representan polos opuestos pero complementarios a la vez, conformando un todo, una unidad. En una cultura este significado puede ser totalmente opuesto al de otra.

Hay un significado que se puede considerar «universal», y es el de lado izquierdo como femenino y lado derecho como masculino ya que esta connotación es constante en todas las culturas revisadas hasta el momento y su origen se remonta a un tiempo inmemorial. Femenino y masculino son aspectos complementarios y necesarios, la dualidad básica de todo ser humano. Al parecer esta connotación ha sido continua, izquierdo-femenino y derecho-masculino, y en ninguna cultura se ha encontrado un significado contrario.

Bachofen (citado por Ania Teillard 1948) afirma la importancia y frecuencia de la ecuación: diestra, masculinidad y siniestra, feminidad, consignando que la potencia mágica reside en la mano izquierda y la racionalidad en la derecha. Señala que en las sociedades matriarcales se encuentra siempre la idea de superioridad atribuida al lado izquierdo y en las sociedades patriarcales es a la inversa. El proceso temporal: no-manifestación, manifestación, se expresa en el espacio, mediante asimilaciones que dan equivalencias como: izquierda, oculto, inconsciente, detrás, abajo, femenino; y manifestando, derecha, consciente, delante, arriba, masculino (Cirlot 1997).

Con respecto al simbolismo del pie, Jung (1952) lo relaciona con la realidad terrestre, dándole un significado fálico; Teillard (1948) lo presenta como un soporte de la personalidad, para Diel (1976) es considerado como un símbolo de la fuerza del alma, al ser el soporte de la postura erguida, característica del hombre.

Para los Dogon, el pie es en principio símbolo de cimiento, es una expresión de la noción de poder, de jefatura y de realeza, por ser el punto de apoyo del cuerpo en el andar (Chevalier y Gheerbrant 1986:826). Los pies son los que nos permiten sostenernos en el mundo de la acción (Ethel Soriano, comunicación personal 1998).

En el presente trabajo se retoma la idea de que los pies son los que nos permiten sostenernos en el mundo de la acción, mantenernos en la realidad y en el plano terrestre y se propone que: por los pies estamos vinculados a la tierra, son nuestra unión con el mundo y si esta unión o vínculo es rota o alterada en cualquier forma, así mismo nuestra relación con el mundo será modificada o alterada de igual manera. Así la mutilación o transformación de uno de los dos miembros que nos sostienen sobre la tierra, tiene un profundo significado y transforma a la persona con dicha modificación en un ser especial.

Es posible que el simbolismo de la alteración del pie izquierdo haya ido generalizándose y cobrando cada vez mayor importancia hasta sintetizarse dentro de la personificación tardía de dos de las principales deidades del panteón Mexica como Tezcatlipoca y Huitzilopochtli, o como parte integral de entidades centrales de la mitología operante hasta la Conquista, como Juraqan, el principal dios K´iche´ plasmado en el Popol Vuh (Gómez y Gación).

Al pie puede asociársele con el acto de nacer, en él subyace la idea de origen. Para los Bambara se dice que el pie es «el primer brote del cuerpo del embrión» (Chevalier y Gheerbrant 1986:826). Si bien el tener el pie dentro de un elemento nos da la idea de emerger o salir y puede interpretarse como «nacer», debe señalarse la importancia de realizar un verdadero análisis antes de dar nombres a priori con base en un solo atributo cuando intentamos entender la iconografía.

El relieve Mexica, mejor conocido como «Nacimiento de Tezcatlipoca», que ha sido interpretado, por algunos autores, como la imagen de Tezcatlipoca naciendo del sol (Carrasco y Moctezuma 1992:89), y por otros naciendo del centro de la tierra (Solís 1999, nueva cédula del monumento en la sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, México), debido al elemento circular en su pie izquierdo, presenta un personaje muy similar al que observamos en un códice Mixteco, en cuyo caso para su lectura e interpretación contamos con colores e inscripciones.

Si estudiamos ambas imágenes dentro de su contexto, podemos apreciar que en la página del códice Nuttal, se trata de un personaje histórico llamado Ku Tucha (4 Agua) nacido en el año 5 Casa, día 7 Serpiente (Cuiya Qi Mau, Quevuia Ka Yo). El elemento en donde se encuentra el pie del personaje, similar en ambos casos, no es el sol o el centro de la tierra y ha sido interpretado como una estructura circular (Manuel Hermann, comunicación personal 1998), posiblemente un Temalacatl, la estructura donde los Mexica llevaban a cabo el sacrificio gladiatorio.

La escultura a la cual pertenece el fragmento denominado «nacimiento de Tezcatlipoca», es una representación de Tlaltecuhtli, deidad de la tierra entre los Mexica, y el relieve aparece asociado con elementos de muerte. El personaje puede ser un personaje histórico o una representación de Tezcatlipoca, no por tener el pie izquierdo dentro del elemento circular sino por el nombre que lleva, 2 Caña, que es uno de los nombres calendáricos de dicha deidad.

Se trate de un personaje histórico o mitológico, se sugiere que en ambas imágenes el individuo no está naciendo, sino que se encuentra asociado con elementos de sacrificio y/o de muerte. Este es un buen ejemplo para ilustrar la necesidad de reexaminar algunos aspectos de la iconografía, de replantear los significados preestablecidos y tratar de dar una significación a los elementos en su conjunto. No hay que utilizar los atributos de un personaje sólo para identificarlo. Un caso muy frecuente es el bautizar como «Tezcatlipoca» a todo personaje que presente algún tipo de alteración en su pie izquierdo sin hacer análisis un iconográfico más exhaustivo del personaje en su totalidad.

Tezcatlipoca es el dios de la masculinidad (Felipe Solís, comunicación personal 1999), y guerrero por excelencia. Uno sus principales atributos es la ausencia del pie izquierdo o el llevar algún elemento en sustitución de éste, como un espejo o un cuchillo de pedernal. Sin embargo, esto no significa que todos los personajes con dicho atributo sean representaciones de dicha deidad.

En las imágenes en donde se sustituye el pie por otro elemento, su interpretación dependerá del elemento en cuestión. Proponemos como ejemplo la sustitución del pie por una cabeza, lo que puede interpretarse como una «decapitación simbólica». Esta hipótesis se apoya en el lenguaje, el vocablo Maya para tobillo es kal kuy, mismo que se utiliza para referirse al cuello o la garganta, si tomamos al tobillo como el cuello o la garganta de la pierna, entonces se puede sugerir que, la amputación del pie hace alusión a una decapitación simbólica, a lo cual darían sentido las imágenes que en lugar del pie tienen una cabeza de animal, ya que al tomar al tobillo como «cuello» se justificaría la sustitución de un pie por una cabeza en las representaciones plásticas (Gómez y Grazioso, 1997:226), como se puede observar en la escultura Mexica conocida como «Piedra del Templo», que pertenece a la segunda categoría del análisis.

Otro ejemplo de sustitución de los pies por la cabeza es el encontrado a principios de los años sesenta por Víctor Segovia en Izamal, México. Consiste en una serie de entierros en donde los pies de los individuos están mutilados hasta el tobillo y en su lugar se colocaron los cráneos (Carlos Navarrete, comunicación personal 1000). Este ejemplo refuerza la propuesta de la mutilación del pie como decapitación simbólica expresada en la sustitución de los pies por la cabeza.

Por último, de la tercera categoría que es el objeto central de este trabajo y corresponde a la mutilación del pie izquierdo. Los personajes que tienen alguna alteración o modificación en el pie izquierdo, son masculinos, y si se acepta entonces que una constante a lo largo del tiempo y en diversas culturas es la de izquierdo-femenino, derecho-masculino, se propone como interpretación que la mutilación del pie equivale a la «mutilación de la parte femenina» del personaje, intensificando así su carácter masculino y las cualidades asociadas a él.

Si aceptamos esta interpretación que de cortar el aspecto femenino del individuo, intensificando así sus cualidades o atributos masculinos; entonces estas representaciones pueden ser, en un nivel simbólico, la mutilación de la parte femenina del personaje en particular y sería una sustitución simbólica muy adecuada en casos como el de los guerreros, deidades o seres sobrenaturales. No es por azar que este atributo lo encontramos únicamente en personajes masculinos y forma parte de imágenes de guerreros y de las deidades que hemos mencionado.

Se debe remarcar que todas las imágenes con algún tipo de alteración en su pie izquierdo son individuos masculinos, lo que refuerza la idea de que la mutilación del pie izquierdo es la mutilación de la parte femenina del individuo.

CONSIDERACIONES FINALES

Encontramos varias asociaciones entre entidades cojas que son «propiciadores de lluvias», y tienen el poder de producir tempestades, tornados y viento. El lado izquierdo está asociado con el sur y con Huitzilopochtli y Tezcatlipoca, implica un aspecto negativo, oscuro, inconsciente y lunar, en la mayoría de culturas, pero en un espectro más amplio es la parte femenina.

Se considera que las alteraciones o modificaciones de las partes del cuerpo, deben estudiarse como elementos particulares con significado intrínseco y no sólo como parte de los atributos que identifican a ciertos personajes ya que por lo regular cuando se hace referencia a ellas es como un atributo más que permite identificar o diferenciar a los personajes. Se debe tratar de entender qué significado tiene esta alteración, transformación o mutilación para poder explicar por qué forma parte de personajes tan importantes.

En los ejemplos de individuos de la mitología clásica del Viejo Mundo, con una marca o distinción especial en su pie izquierdo, la lateralidad corporal puede ser interpretada como negativa o positiva de acuerdo con cada cultura, y esta marca o diferenciación generalmente tiene que ver con esta connotación, como en los casos de Edipo y Aquiles. Independientemente del significado positivo o negativo, en un sentido más profundo, se propone que estos individuos presentan dicha marca en su lado femenino, lo que les conferiría cualidades extraordinarias.

El único significado que por ahora parece universal en cuanto a la lateralidad, es el del lado izquierdo como la parte femenina y el lado derecho como la parte masculina. Esta es la connotación que se le puede atribuir a la lateralidad en Mesoamérica, como se puede observar aún hoy en día, en algunas de las creencias populares y prácticas chamánicas en el área Maya.

REFERENCIAS

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Figura 1 Estela 90 de Izapa, Preclásico (Gómez y Grazioso 1997)

Figura 2 Dintel 3 de Yaxchilan (Mathews 1997)

Figura 3 Tezcatlipoca, Sala Mexica, MNA, México

Figura 4 Página 9, Códice Nuttall

Figura 5 «Piedra del templo», Sala Mexica, MNA, México

 

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