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14 Nueva evidencia escultórica en el suroccidente de Guatemala – Sergio Ericastilla, Edgar Ortega y Juan Luis Velásquez – Simposio 13, Año 1999

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Ericastilla, Sergio, Edgar Ortega y Juan Luis Velásquez

2000        Nueva evidencia escultórica en el suroccidente de Guatemala. En XIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1999 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo, B. Arroyo y A.C. de Suasnávar), pp.158-168. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

14

NUEVA EVIDENCIA ESCULTÓRICA EN EL SUROCCIDENTE DE GUATEMALA

Sergio Ericastilla

Edgar Ortega

Juan Luis Velásquez

La investigación y documentación de petrograbados y pictogramas en el área del Altiplano y Bocacosta guatemaltecos, ha continuado al proyecto de Registro de Arte Rupestre de Guatemala de 1997 (Figura 1; Stone y Ericastilla 1999), actualmente el Departamento de Monumentos Prehispánicos del IDAEH ha incrementado nuevas evidencias escultóricas.

El tema de pictogramas y petrograbados ha sido muy poco estudiado en dicha área, concretándose principalmente en la documentación y descripción, por lo que su asignación cultural, en términos de estilo y cronología, es una tarea que se ha realizado lentamente. Buscando dar una explicación a dicho tema, los hallazgos se presentan año con año, y es de esta manera como se está logrando asociar representaciones iconográficas escultóricas, que por su ubicación, diferencias y similitudes presentan manifestaciones culturales que enriquecen el conocimiento arqueológico del área.

Nuestro propósito es presentar un estudio de los motivos o íconos, mismo que se ha venido realizando en ejemplos localizados en el suroccidente de Guatemala, además de sus implicaciones dentro del estudio de las manifestaciones gráficas en pintura y piedra. Algunas de estas ya han sido reportadas con anterioridad para el Altiplano guatemalteco y Costa Sur (Figuras 2 y 3).

El asentamiento temprano del área suroccidental de Guatemala provino de la Costa Sur, compartiendo rasgos culturales durante el Preclásico Medio y Tardío, útiles en el estudio de las culturas mesoamericanas y el desarrollo de los centros ceremoniales. Algunas representaciones en los ejemplos de este estudio han sido consideradas como manifestaciones tempranas de la ideología prehispánica, apreciando que algunos grafismos trascienden a través del espacio-tiempo, hasta nuestros días.

En el estudio se utilizó el trabajo de Piña Chan (1993) para efectuar comparaciones iconográficas y el análisis de los motivos, así como para mostrar sus similitudes gráficas con estampaderas de cerámicas y los actuales textiles del Altiplano guatemalteco.

DEFINICIÓN DEL PROBLEMA E IMPORTANCIA

Los primeros habitantes de Guatemala (paleoindios) utilizaron dos técnicas para representar sus conceptos y cosmogonía, siendo éstas: la pintura y el grabado en piedra. Es importante mencionar un aspecto que es considerado como constante en tales manifestaciones: su asociación con el elemento agua, sea con manantiales, ríos o lagos; estando las representaciones aludidas en rocas, paredones, abrigos rocosos o cuevas.

Actualmente se han localizado residuos de cera de candela de diferentes colores en los sitios, lo que evidencia que siguen siendo lugares de culto vivo. Lo anteriormente expuesto demuestra la importancia de documentar, registrar y estudiar el tema, mismo que es importante en el estudio de la prehistoria de Guatemala.

MARCO GEOGRÁFICO

Los sitios Los Paz, El Manantial y Las Conchitas, se encuentran entre las partes altas de las micro cuencas de los ríos Pacaya, Talticu y El Rosario en el sur del departamento de Quetzaltenango, los cuales son afluentes del río Ocosito, que drena al Océano Pacífico. Su ubicación está entre el río Naranjo y Ocosito. Debido a la erosión de las partes altas montañosas se propicia la fertilidad de los suelos, ideal para asentamientos agrícolas. No está de más mencionar que el sitio Preclásico Tak´alik Ab´aj se localiza al este de ellos, donde se ha documentado escultura temprana.

EL MANANTIAL

Se encuentra ubicado en el municipio Flores Costa Cuca, del departamento de Quetzaltenango (Hoja 1859 IV, Coordenadas UTM 257183) cerca de la ribera este del río Talticu o río Chiquito. En el cause del río se encuentra una roca con un petrograbado finamente labrado (Figura 4), el cual emerge o se sumerge en el agua, de acuerdo a la creciente del río. Este se encuentra tallado en bajorrelieve en una roca basáltica. Su forma cónica presenta tres lados o caras verticales, y está truncada en su parte superior; su altura de 1.89 m y tiene aproximadamente 0.90 m por lado.

Presenta diferentes motivos labrados en la parte superior, es ligeramente plana, y se aprecia una concavidad desde donde descienden cinco acanaladuras; una de ellas llega a un motivo que insinúa al glifo Ahau (Figura 5a) en una forma temprana, evolucionando como representación de los gobernantes del periodo Clásico. En su parte superior se encuentra el motivo «S» (Figura 5b), el cual significa viento o aire; existen asociadas cuatro figuras circulares, con representaciones de ojos y boca, toscamente representados por oquedades circulares. Las representaciones con ojos y boca permean hasta tiempos Postclásicos.

Un grafismo con un ojo entre círculos (Figura 5b) sugiere que representa al Dios de la Lluvia, un posible antecedente del Dios Chak. Este, junto a la unión de las representaciones anteriormente descritas, sugiere una ofrenda de sangre (Nájera 1985) u otro líquido vital como el elemento agua; siendo derramado por el sacerdote del lugar, quien realiza invocación a esta deidad, sirviendo de intermediario entre el plano terrenal y cosmogónico, quien propiciará la lluvia para el cultivo de la tierra y consecuente bienestar de la comunidad. Existen limitaciones de su estudio por el deterioro del petrograbado, por ejemplo la parte posterior está completamente destruida y la complejidad de los motivos es imposible de apreciar en su totalidad.

SITIO LOS PAZ

Se encuentra ubicado en el caserío Los Paz, en el municipio de Génova, departamento de Quetzaltenango (Hoja 1859 IV, coordenadas UTM 242166), a 300 m de la ribera oeste del río El Rosario, como le llaman los habitantes de la aldea El Manantial. El sitio está compuesto de tres rocas basálticas sobrepuestas, de forma ovalada, teniendo aproximadamente 2.50 m de largo, 1.40 m de ancho y un promedio entre 0.40 y 0.50 m de alto. Las dos piedras superiores, una de menores dimensiones, que se localiza en la parte inferior y se aprecia en la parte frontal tiene evidencia de uso actual, tal el caso de candelas, incienso y bebidas espirituosas. Esto conforma un altar de culto vivo, según lo indicó el propietario del lugar, evidenciando con ello una continuidad del ritual, para la buena cosecha.

La roca superior es más elaborada en su superficie; tiene varias oquedades, así como un cuenco (Figura 5c), mucho más elaborado, presentando un reborde así como otros motivos difíciles de describir dado su estado actual. Este tiene 16 cm de diámetro, de donde desciende una acanaladura que conduce a una huella antropomorfa (huella de pie derecho) labrada en bajorrelieve (Figura 5d). Es de mencionar que existen otras huellas similares. La mayor tiene una longitud de 24 cm y la menor 20 cm. Al revisar el altar se nota la posible existencia de otras dos huellas y otros motivos que no se han identificado por el grado de erosión que presenta la piedra.

En un lateral se aprecian dos rostros circulares, similar a los de El Manantial, consistiendo en un círculo concéntrico y dos incisiones verticales. La roca intermedia tiene diseños tallados en un solo lateral donde se aprecian dos figuras geométricas.

SITIO LAS CONCHITAS

Se localiza al noroeste de la ciudad de Coatepeque, donde actualmente se construye la Central de Mayoreo. El lugar está limitado al este por un sistema de pequeños ríos que comienzan a descender hacia el río Ocosito, el cual se dirige hacia el Océano Pacífico. El sitio, donde se encontraron cuatro monumentos (altares), fue ocupado durante el periodo Preclásico y a la fecha sólo se conoce una plataforma baja de barro, recubierta de piedra, sobre una terraza de piedra bola y barro, que sostuvo altares de piedra esculpidos y estelas lisas asociadas a cerámica de dicho momento.

Los Altares 1 y 2 se colocaron al pie de la terraza (Figura 6a, b), frente al arroyo San Francisco, dándole al sitio un carácter ceremonial (Velásquez 1999), similar a ejemplos en los sitios de Izapa (México) y Tak´alik Ab´aj. Es posible pensar que el tamaño de las plataformas existentes haya sido de baja altura y que estén enterradas bajo nivelaciones posteriores, tanto naturales como artificiales. No hay presencia de montículos o plataformas asociadas en su cercanía que pueda relacionarse con la presencia de los altares.

Los Altares 3 y 4 (Figura 6c, d), que estaban en la superficie a orillas del mismo arroyo y de acuerdo a la pendiente del terreno, podrían haber estado expuestos o bien fueron reutilizados en tiempos posteriores, quizá durante el periodo Clásico Tardío o aún en el Postclásico. No se descarta que sean ligeramente posteriores, pero siempre en tiempos Preclásicos.

ALTAR 1

Es de forma circular y presenta trece triángulos enmarcados por dos circunferencias en su parte superior (Figura 6a). Tal representación es alegórica a eventos celestiales o al calendario solar o Tzolkin, de trece meses de veinte días cada uno, y el personaje asociado sugiere ser un chaman que realiza un ritual relacionado a la siembra (Figura 6e). El está en posición erecta y de perfil, tallado en bajorrelieve, y ligeramente colocado arriba de una banda horizontal. Parece estar danzando en una posición shamánica, y sosteniendo en su mano izquierda un objeto puntiagudo hacia abajo, quizá puede ser un cuchillo de obsidiana para sacrificio. La mano derecha está hacia arriba, y con la palma abierta, su posición es de dar y recibir, en su espalda carga un bulto de semillas, así como porta hacia atrás una barra, quizá un palo plantador o coa.

ALTAR 2

El Altar 2 presenta un zoomorfo (Figura 6b), enmarcado por dos barras verticales al frente. Las barras así representadas son símbolos de agua en la cultura Olmeca. La figura presenta de perfil a un mamífero de cabeza redondeada, hocico largo y ligeramente curvo hacia abajo, tiene dos orejas cortas puntiagudas con una línea en medio, cuello medio delgado, tórax globular, una extremidad delantera prensil, una extremidad trasera flexionada hacia adentro y cola de regular tamaño curvada hacia arriba. Su identificación es complicada, parece ser un pizote, zarigüeya (tacuazín), o un oso hormiguero. El tamaño grande de su cabeza en relación con el cuerpo y su posición flexionada, ha hecho pensar que se refiere a un no nato.

ALTARES 3 Y 4

La presencia de dos zoomorfos representados en los Altares 3 y 4 (Figura 6c, d), sugieren ser tortugas, las que se relacionan con el solsticio de verano, cuando se inicia la siembra, asimismo son de carácter acuático.

SIMILITUDES

Los ejemplos de El Manantial y Los Paz se parecen en cuanto a que ambos presentan como elemento básico en su parte superior concavidades con acanaladuras que descienden hacia diversos motivos. En el caso de El Manantial, las concavidades están asociadas a rostros, mientras que en Los Paz, se asocia a huellas de pies antropomorfos. Ambos ejemplos tienen figuras geométricas, curvilíneas y círculos concéntricos además están asociados al mismo a El Manantial.

Representaciones de pies se conocen desde la cultura Olmeca, y trascienden hasta el Postclásico. Un ejemplo similar, ocurre en Tak´alik Ab´aj, durante el periodo Preclásico, y representa sendero, dirección o ascensión al poder. Otras representaciones de pies aparecen a través del tiempo en sellos de barro, como por ejemplo en Kaminaljuyu (De León 1996) y pinturas en códices del Postclásico.

Un elemento menos conocido en piedra es la representación de rostros circulares con tres círculos indicando boca y ojos, Stone y Ericastilla (1999) considera que es un estilo local para la zona sur de Coatepeque; sin embargo, en la zona del volcán Suchitán en Jutiapa, también aparecen estas representaciones, lo cual infiere ser un motivo de una gran tradición, el cual se relaciona con el culto a la muerte. Tal función la cumplen máscaras de barro y urnas funerarias durante el Clásico y Postclásico respectivamente en la Costa Sur y las Tierras Altas.

COMENTARIOS

Deseamos destacar la práctica ritual contemporánea en sitios prehispánicos como lo apreciado en Los Paz y observado en diversas cuevas como el caso de la Cueva de los Sacrificios, en la cuenca del lago de Atitlán, la cual presenta una tradición relacionada con un ritual mágico religioso. En su interior se encuentran varios quemaderos, con restos de candelas de diferentes colores, copal, corcholatas de envases de licor, evidencia de consumo de bebidas espirituosas, pétalos de flores y una cruz como parte central.

Cerca de la Cueva de los Sacrificios se localiza otra más pequeña, en la cual se aprecia en el extremo derecho de la entrada un grabado representando un personaje. Este tiene un inciso bastante profundo sobre piedra arenisca de muy buena consistencia, por lo que según el esfuerzo, dedicación y cuidado con que se realizó, indica una tradición muy antigua que perdura hasta nuestros días, donde la acción de grabar en roca viva una figura, es la acción principal del rito.

Otro aspecto que puede relacionarse con las representaciones iconográficas tratadas, son los motivos encontrados en los sellos Preclásicos, y recientemente en los textiles que elaboran las diversas etnias en el Altiplano. El complejo y sofisticado diseño de los trajes de los indígenas del Altiplano guatemalteco y Chiapas, han venido a ser motivo de comparación con algunos de los elementos detectados en algunos petrograbados entre los que se puede apreciar diseños abstractos, curvilíneos, batracios, mariposas, grecas, círculos concéntricos, espirales, etc, los cuales se remontan a épocas tempranas y con un significado sincrético.

Un aspecto importante a considerar en esta relación es la costumbre que se tenía en tiempos prehispánicos de pintarse el cuerpo, tal y como lo indica fray Toribio de Benavente, en su Relación de la Nueva España (Villegas y Escalera s.f.). Además de pintarse el cuerpo, se plantea que los sellos dentro de sus múltiples usos también funcionaban para estampar telas o sus vestimentas, con motivos que a través de los años algunas de sus representaciones sobrevivieron en el arte indígena, plasmados en las telas bordadas de sus trajes, indicando así, un proceso que se inicia con el estampado y finaliza en el bordado. Es oportuno mencionar que las representaciones de vestidos en las estelas del Clásico, también representan finos bordados con una gran variedad de motivos.

Finalmente, podemos proponer que la elaboración de pictogramas o ideogramas en petrograbados, paredones y abrigos rocosos afines al elemento agua, se relacionan en sus inicios a cultos y rituales de fertilidad y siembras, los cuales desarrollan a formas más elaboradas como el componente altar-estela, cumpliendo estos una función ritual, relacionada con el inframundo. En cuanto a los petrograbados, independiente a su ubicación y forma, se les puede asignar una función de altares rituales y conmemorativos, presentando motivos que continúan en los sellos o estampaderas y en los textiles. Esto muestra una larga tradición que permean hasta nuestros tiempos, partiendo de motivos simplistas y naturalistas, a ejemplos actuales como la representación de personajes, cruces, casas e iglesias, entre otros.

CONCLUSIONES

Los monumentos encontrados en los sitios El Manantial, Los Paz y Las Conchitas, relacionados a las vertientes que descienden de las partes bajas de las Tierras Altas produjeron un estilo local, propio pero sin embargo utilizando la iconografía y motivos existentes en dicho momento en el sur de Mesoamérica. Estos son antecesores de la escritura Maya, tanto en las Tierras Altas como en los orígenes de dichas manifestaciones en las Tierras Bajas. Es claro que el área en cuestión recibió estímulos y compartió rasgos culturales con sitios como Tak´alik Ab´aj y El Jobo, sin embargo sus manifestaciones son anteriores al denso poblamiento de la región en tiempos Clásicos cuando las relaciones de intercambio produjeron un aumento de población y mayores relaciones culturales.

El propósito de estas manifestaciones rupestres era plasmar un mensaje, objeto, o la idea de un evento particular o de conocimiento sincrético del grupo cultural al cual estaba dirigido el mensaje. El carácter ritual de los petrograbados es innegable, ya que estos representan altares propiciatorios para conmemorar distintos eventos, pudiendo ser dedicados a la agricultura, eventos astronómicos, nacimiento o ascensión al poder de algún gobernante o sencillamente rituales cotidianos de la población, haciendo ofrendas a sus múltiples dioses.

REFERENCIAS

De León, Francisco

1996        Proyecto de Rescate y Salvamento Arqueológico, Kaminaljuyu. FUTECA.SA. Informe entregado al Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Nájera, Marta Ilia

1987        El don de la sangre en el equilibrio cósmico. Instituto de Investigaciones Filológicas, Centro de Estudios Mayas, UNAM, México.

Piña Chan, Román

1993        El Lenguaje de las Piedras. Fondo de Cultura Económica, México.

Stone, Andrea y Sergio Ericastilla Godoy

1999        Registro de Arte Rupestre en las Tierras Altas de Guatemala, Resultados del Reconocimiento de 1997. En XI1 Simposio de Arqueología Guatemalteca, 1998 (editado por J.P. Laporte, H.L. Escobedo y A.C. de Suasnávar):775-790. Museo de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Velásquez, Juan Luis

1999        Los altares del sitio Las Conchitas. Casa de La Cultura de Coatepeque, Quetzaltenango. Informe, Urbanizadora Las Conchitas. S.A.

Villegas, Rosa María y José Escalera Chagoyán

s.f.        Gráfica Prehispánica, México. Facultad de Arquitectura, Universidad de Guanajuato y Centro Regional INAH, Guanajuato.

Figura 1 Localización del registro rupestre, área sur de Guatemala

Figura 2 Listado de sitios con arte rupestre en Guatemala

 

Figura 3 Mapa de registro de arte rupestre en Guatemala

Figura 4 El Manantial, calco de la cima de la piedra

Figura 5 Grabados de los sitios El Manantial (a, b) y Los Paz (c, d)

Figura 6 Altares del sitio Las Conchitas, Coatepeque

 

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