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11 Asentamientos prehispánicos en El Naranjo-Frontera, La Libertad, Petén – Paulino I. Morales – Simposio 11, Año 1997

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Morales, Paulino I.

1998        Asentamientos prehispánicos en El Naranjo-Frontera, La Libertad, Petén. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.128-143. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

11

ASENTAMIENTO PREHISPÁNICO EN

EL NARANJO-FRONTERA, LA LIBERTAD, PETÉN

Paulino I. Morales

A continuación se presentan datos relacionados con el patrón de asentamiento y ocupación del sitio arqueológico ubicado en el caserío El Naranjo, de la jurisdicción de La Libertad, Petén.

Los datos que aquí se presentan son producto de dos viajes de reconocimiento en los alrededores de este sitio y de las riberas del río San Pedro Mártir, en el tramo que va desde El Naranjo hasta el vértice El Ceibo (Morales 1997).

Estas actividades permitieron obtener información relativa al estado de conservación del sitio, la importancia que este tuvo en la época prehispánica y del potencial arqueológico de esta zona.

La interpretación de los textos jeroglíficos presentes en el sitio están basados en las lecturas realizadas por Edwin Shook e Ian Graham publicadas en 1970 y las observaciones hechas por Héctor Escobedo.

GEOGRAFÍA DE LAS TIERRAS BAJAS NOROCCIDENTALES Y SECTOR OESTE DE PETÉN

Las Tierras Bajas Noroccidentales comprenden la región noreste de Chiapas, el oeste de Tabasco y el sureste del estado de Campeche, México y por su cercanía, la región noroeste del departamento de Petén (municipios de San Andrés y La Libertad; Figura 1).

El paso río San Pedro Mártir subdivide el noroeste de Petén en dos regiones geográficas distintas: hacia el norte se localizan los bajos humedales de la laguna El Tigre (con una altura media de 50 m SNM); hacia el sur el macizo montañoso de la Sierra del Lacandón (que sus partes más altas alcanza los 285 m SNM) y la zona de sabana del centro de Petén.

La baja elevación sobre el nivel del mar permiten la formación de extensos bajos humedales en el lado norte y sur del río, formando así una barrera natural que impide en gran parte la circulación por tierra e incluso por agua debido al crecimiento de plantas adaptadas al medio. Las corrientes de aire procedentes del Golfo de México confieren a la zona un clima cálido húmedo, la vegetación autóctona del área de bosque se identifica como de bosque tropical muy variado.

Desde una perspectiva general, esta región se caracteriza por la poca elevación sobre el nivel del mar que permite la formación de un complejo sistema de canales y lagunas rodeadas por extensas llanuras. Este sistema hidrográfico está representado principalmente por las cuencas de los ríos Grijalva, San Pedro Mártir y Candelaria.

Se puede decir que el conocimiento arqueológico que se tiene del oeste de Petén proviene principalmente de los textos jeroglíficos que desde el siglo pasado han llamado la atención de muchos investigadores y viajeros. Los resultados de las excavaciones practicadas en Altar de Sacrificios, Ceibal, Yaxchilan, Palenque y Tonina y la región Petexbatun, han registrado evidencias de ocupación que datan desde el periodo Preclásico hasta el Postclásico y fuerte interacción política a nivel regional (Morley 1937-38; Coe 1959; Willey y Smith 1969; Johnston 1994; Graham 1970). Los monumentos esculpidos registran fechas comprendidas entre 435 al 830 DC del Clásico Tardío.

Los reconocimientos arqueológicos efectuados en los alrededores de la laguna El Tigre, las sabanas de Petén y las llanuras de Tabasco, han permitido identificar múltiples conjuntos habitacionales, pero en la mayoría de casos se desconocen sus características formales y de los centros de poder a los que estuvieron adscritos (Rice y Rice 1979; Leal et al. 1988; Leal y López 1995; García 1996).

La navegación a lo largo de los ríos Pasión, Usumacinta, San Pedro Mártir y Candelaria, contribuyó a la interacción social y económica de las comunidades establecidas en el litoral costero y de tierra adentro. Al parecer, Xicalango e Itzamkanac llegaron a constituir importantes puertos de intercambio a nivel regional a finales del periodo Clásico (Arnauld 1990; Vargas y Ochoa 1982). Se puede decir que el conocimiento de las antiguas rutas comerciales facilitó la incursión de Hernán Cortés al centro de Petén (Pincemin 1993).

Actualmente, los sitios más conocidos del noroeste de Petén son: Ceibal, Itzan, Altar de Sacrificios, Yaxchilan, Piedras Negras y en menor grado El Perú, El Naranjo (La Florida), La Joyanca, Mactun, El Progreso y El Ceibo, Itzimte, Polol, Chakantun, San Diego. Entre los sitios asociados al río San Pedro Mártir figuran: Santa Elena, La Resaca, La Revancha, El Tiradero y La Reforma (Figura 1; Anónimo 1986; Perales y Mugarte 1996).

Los asentamientos asociados a los ríos navegables se caracterizan por la presencia de amplias plazas ceremoniales rodeadas por edificios de apariencia piramidal y estructuras notablemente largas. Algunos centros ceremoniales poseen monumentos tallados en piedra, patios para el juego de pelota y complejos arquitectónicos de función específica asociados a amplias nivelaciones artificiales (Ochoa et al. 1978).

UBICACIÓN Y CONFIGURACIÓN DEL SITIO ARQUEOLÓGICO EL NARANJO-FRONTERA

El sitio arqueológico El Naranjo-Frontera descansa a 60 m SNM, en el banco sur del río San Pedro Mártir, en jurisdicción de La Libertad, Petén. Sus coordenadas geográficas 17°13’53 norte y 94°48’36» oeste (IGM, hoja Naranjo 2067-IV; Figura .1).

Los monumentos esculpidos de este sitio llamaron la atención de Sylvanus Morley entre los años 1920 y 1930; en 1943, Edwin Shook se interesa por la distribución de las estructuras; en 1965, Ian Graham dibuja los principales monumentos y publica el levantamiento preliminar de las principales plazas del sitio (Graham 1970:427). Graham registra el sitio como La Florida y Ocultun, a pesar de que Shook ya lo había registrado como El Naranjo (Graham 1970). En el Diccionario Geográfico este sitio recibe el mismo nombre del caserío El Naranjo.

En esta ocasión se ha considerado conveniente referirse al mismo como El Naranjo-Frontera por dos razones: la primera, porque el moderno poblado se localiza en la ruta de paso hacia la «frontera» de México y la segunda para distinguirlo del sitio arqueológico que se localiza en jurisdicción de Melchor de Mencos, Petén y que también recibe nombre El Naranjo.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

En la época actual, estos vestigios arqueológicos muestran claramente los efectos de la incontrolada explotación de los recursos forestales, la depredación arqueológica, el crecimiento demográfico y la falta de protección que le brinda el IDAEH (Ponciano s.f.; Valencia 1987).

Las modificaciones a su configuración original son consecuencia directa de la habilitación de una aeropista y caminos vecinales, utilización de la piedra en construcciones modernas y la habilitación de puestos de vigilancia y construcción de muros de parapeto levantados por el destacamento militar establecido en el sitio.

Los monumentos registran un fuerte grado de erosión debido al intemperismo, su exposición al fuego y los daños causado por los saqueadores y la población actual. Solo algunos de los monumentos registrados en 1965 descansan en su sitio original, los demás fueron trasladados recientemente a la orilla del río para «protegerlos y dar un atractivo turístico» al sitio. Lamentablemente no hay registro alguno de estas disposiciones, por lo que se ha perdido valiosa información arqueológica.

CONFIGURACIÓN DEL SECTOR CENTRAL DEL SITIO

Desde el descubrimiento de este sitio, se reconoce la existencia de tres conjuntos arquitectónicos (Complejo Norte, Complejo Este y Complejo Oeste), que fueron construidos en terrenos relativamente planos, estos cubren alrededor de 600 m por lado (Figuras 2 y 3).

Las plazas ceremoniales están delimitadas por altas estructuras de apariencia piramidal y largas plataformas, asociados a estos espacios se han registrado 15 estelas y 9 altares, de las cuales 12 fueron esculpidas.

Todos los monumentos están tallados en piedra caliza; las estelas presentan los lados rectos y las esquinas superiores ligeramente redondeadas, los altares son de formato circular. Los monumentos esculpidos presentan escenas acompañadas con paneles jeroglíficos y fechas escritas en rueda calendárica. Las fechas registradas están comprendidas entre el 9.12.5.0.0 y el 9.16.15.0.0, que corresponde al 677 y 766 DC del Clásico Tardío.

El plano que actualmente se levanta, además de registrar mayor complejidad arquitectónica, permite identificar la posición de las estructuras que han desaparecido en los últimos 30 años y como consecuencia del crecimiento demográfico de la población moderna. Tomando como base el reconocimiento realizado, se puede decir que el asentamiento prehispánico cubría alrededor de 4 km². La posición geográfica, la altura y volumen constructivo representado por los principales edificios, sugiere que sus antiguos habitantes ejercían control sobre las embarcaciones que navegaban a lo largo del río.

COMPLEJO OESTE

La configuración de la plaza principal del Complejo Oeste sugiere la existencia de un patrón de plaza similar al del Grupo E de Uaxactun y que ha sido ampliamente documentado en la región noroeste de las Montañas Mayas por el Proyecto Atlas Arqueológico de Guatemala.

Esta plaza está cerrada en sus cuatro lados, la estructura mayor ocupa el lado norte, tiene más de 12 m de altura, el área útil es de 4900 m². Las cinco estelas y cuatro altares asociados a este conjunto ocupan los lados norte, este y oeste de la plaza. Al parecer la misma distribución de los monumentos fue utilizada en el Complejo Norte.

Esta plaza posee una estructura de apariencia piramidal en el lado oeste y tres edificios sostenidos por una misma plataforma rectangular en el lado este. Su identificación como Complejo de Ritual Público está apoyada por la fila de monumentos localizados frente a las Estructuras Este y Oeste. La línea de los monumentos registra una desviación de 5° al noreste.

Solamente la Estela 1, ubicada frente a la Pirámide Oeste, presenta rasgos escultóricos. Junto a los Altares B, C y D, se identificaron recientemente las espigas de las estelas que los acompañan, pero la erosión impide reconocer rasgos escultóricos. Vecinos de la comunidad moderna indican que la Estela 2 ha sido utilizada por elementos del destacamento militar para prácticas de «tiro».

En la Estela 1, se retrata a dos individuos acompañados con tres paneles jeroglíficos parcialmente erosionados. El personaje principal está de pie y orientado hacia la izquierda del observador, usa sandalias, tobilleras, lleva adherida una cabeza de jaguar a la parte posterior de su cintura y en el tocado ostenta un mascarón narigudo. Cabezas de jaguar también aparecen registradas en la espalda del personaje de la Estela 1 (B1) y en el lado posterior de la Estela 8 (F7). Con sus dos manos sostiene una barra ceremonial bicéfala similar al registrado en el Dintel 1 de Lacanha, se fecha para el 4 junio del año 746 DC (Figuras 2 y 5; Schele y Freidel 1990:89).

El segundo personaje está de rodillas frente al personaje principal, inclina la cabeza hacia atrás y levanta las manos en actitud sumisa, una pequeña capa parece cubrirle la espalda. Los cartuchos jeroglíficos parecen registrar el nombre de ambos individuos.

Edwin Shook considera que el estilo escultórico utilizado puede situar la erección del monumento en el Clásico Tardío. Los rasgos de esta escultura son similares a los que poseen los sitios asociados al río Usumacinta.

Un segundo fragmento esculpido se localizó junto a la Estructura Este del Patio Sur. Por su forma y localización se considera que formaba parte de La Estela 6 (Figura 2). Este fragmento mide: alto 0.44 m, ancho 0.82 m y 0.13 m de grosor. Para prevenir su pérdida, este fragmento fue depositado en la alcaldía auxiliar de la localidad por el Inspector del IDAEH Fredy Ramírez.

ESTELA 6

La inscripción de este monumento se encuentra incisa en un panel ligeramente resaltado. La fecha registrada parece ser 12 Ahau y 8 Kankin? (A1, A2); el cartucho (B1) es ilegible por la erosión, el cartucho C1 parece corresponder a la representación de un «espejo de obsidiana» (C1). Es la conmemoración de la completación de medio Baktun (9.14.5.0.0 que corresponde al 8/XI/716 DC) y que lo sitúa en el Clásico Tardío (Figuras 2 y 4). Esta fecha también está registrada en la Estela 22 y la Escalinata Jeroglífica I-3, del sitio arqueológico Dos Pilas. Los dos monumentos al parecer conmemoran la completación de cinco tunes.

En el lado posterior de la Plataforma Este de la Plaza Principal se localizaron recientemente los fragmentos de la Estela 15. Las estructuras ubicadas en el lado oeste son de baja altura y sugieren una función habitacional.

COMPLEJO NORTE

A 25 m de la orilla del río se localiza la extensa plaza ceremonial del Complejo Norte. La plaza estuvo delimitada por cuatro estructuras, las que ocupan el lado este y oeste son las mas altas del grupo y miden mas de 12 m de altura. El área útil de esta plaza es de 6500 m² (Figuras 2 y 3).

De los siete monumentos aquí registrados (Estelas 3, 4, 5, 7, 8 y los Altares E y F), solamente las estelas ubicadas frente a las Estructuras Este y Oeste muestran rasgos escultóricos (Estelas 5, 7 y 8; Graham 1970).

La Estela 5 presenta el tórax de un personaje que sostiene con su mano derecha un objeto no determinado, acompañado de un panel jeroglífico en posición vertical muy erosionado, se desconoce su fecha de erección. El cartucho A2, representa la cabeza de un roedor, como signo principal. El Altar F no presenta rasgos escultóricos (Figuras 2 y 6).

La Estela 7 registra la fecha más temprana del sitio. En ella se retrata a un personaje de pie que tiene los pies diametralmente opuestos y que calza sandalias, en su tocado ostenta un mascarón narigudo (Figuras 2 y 4).

En el panel jeroglífico superior registra la rueda calendárica 7? Ahau 18 Pop que conmemoró el fin de periodo 9.16.15.0.0 (19/II/766 DC); el panel jeroglífico inferior registra seguramente el nombre de un personaje que ostenta el título de Señor de Cuatro Katunes… y el glifo emblema del sitio na Man (C4). Se considera que este glifo emblema identifica a la Entidad Política de El Naranjo y que es el mismo que aparece en uno de los de Piedras Negras (Escobedo, comunicación personal 1997).

La Estela 8, aunque muy erosionada, parece registrar la fecha más tardía del sitio. Este monumento es la única que está esculpido en las caras frontal y posterior (Figuras 2 y 4).

La cara frontal registra varias fechas ligadas por números de distancia relacionadas con la vida de un gobernante de nombre Balam. Este al parecer ostentaba los títulos Batab y Señor de Cuatro Katunes. La fecha dedicatoria pudo ser 9.12.5.0.0 3 Ahau 3 Xul (677 DC).

En la cara posterior se definen 54 cartuchos que no pueden ser leídos por la erosión. Sin embargo en el cartucho C9 parece registrar también el Glifo Emblema del sitio (Escobedo, comunicación personal 1997). La mención de estos títulos junto a los nombre de los gobernantes es muy común en las inscripciones de los sitios asociados a la cuenca alta del río Usumacinta, principalmente en Palenque, Altar de Sacrificios y Yaxchilan.

Un grupo de estructuras sostenido por una plataforma basal de mediana altura se localiza sur de la Estructura Oeste. El edificio más alto ocupa el lado sur del patio y parece orientarse hacia el río (Figura 2). Por su configuración se le atribuye una función habitacional al servicio de la élite.

En los lados este y sur de la Estructura Este, se localizaron los fragmentos de la Estela 14, que será descrita más adelante (Figura 2).

COMPLEJO ESTE

El Complejo Este está conformado por dos patios cerrados por plataformas mayores de 5 m de altura que se unen en sus esquinas, tres estructuras de apariencia piramidal que superan los 10 m de altura y varias estructuras de baja altura ubicadas al este del conjunto (Figuras 2 y 4; Graham 1970).

Frente a las estructuras del sector oeste se localizaron previamente cinco estelas y tres altares (Estelas 9, 10, 11, 12, 13 y Altares G, H y J). Solo la Estelas 9, 14 y el Altar G muestran rasgos escultóricos.

La Estela 9 y el Altar G se localizaron frente a la estructura más alta (Estructura 22 del plano de Graham). Este monumento además de ser el más grande, es el mejor conservado. Retrata posiblemente a una mujer ricamente ataviada y acompañada con tres paneles jeroglíficos. Desafortunadamente algunos cartuchos glíficos y la parte superior del monumento fueron destruidos por los depredadores en un intento que hicieron por extraerla del sitio (Figuras 2 y 5; Graham 1970).

El panel superior izquierdo registra la rueda calendárica 4 Ahau 13 Yax, la completación de una lunación no determinada que conmemoró el fin de periodo 9.15.0.0.0 (agosto 22 del 731 DC); esta misma fecha fue registrada en la Estela 5 de Dos Pilas por el Gobernante 3, supuesto esposo de la señora de Cancuen y el captor de Yich’ak Balam de Ceibal, así como en la Estela 2 de Arroyo de Piedra por el Gobernante Chacbi quien gobernó al mismo tiempo a Tamarindito (Houston 1992:35; Proskouriakoff 1950:Figura 61b). El panel superior derecho parece mencionar el nombre de un personaje femenino y la relación de parentesco de ésta con otro personaje no determinado; el panel inferior parece mencionar a un personaje femenino o bien a un objeto sagrado.

Es interesante mencionar que frente a los pies del personaje, se observa con claridad la caparazón de una tortuga, sobre la que descansa una «caja atada colocada sobre una manta». Estos artículos parecen constituir una ofrenda o tributo y podrían corresponder a los objetos a los que hace referencia la inscripción del Altar G.

El Altar G estuvo situado frente a la Estela 9. Los fragmentos recuperados conservan 12 cartuchos jeroglíficos muy erosionados. La inscripción parece registrar una fecha en Rueda Calendárica y hacer mención de un objeto o lugar no determinados (Escobedo, comunicación personal 1997; (Figuras 2 y 5).

La Estela 14 retrata a un individuo que está de pie, calza sandalias y tiene los pies diametralmente opuestos que ve hacia la izquierda del observador. De su cintura cuelga un taparrabo y una larga banda sencillamente decorada, en su tocado ostenta un mascarón narigudo. Se considera que la escena pudo estar acompañada de alguna inscripción pero de ella no se recuperaron evidencias (Figuras 2 y 5).

Aunque no se conoce con exactitud la procedencia de la Estela 14, se considera que pudo corresponder al monumento que Graham sitúa en el lado norte de la Estela 13, pero al que no asigna número alguno (Graham 1970). No está demás indicar que el perfil de la nariz del personaje es semejante al que muestran las esculturas de Palenque y que la vestimenta de este personaje difiere notablemente de las que usan los personajes de los otros monumentos.

La Estela 10 se encuentra muy erosionada, de sus rasgos escultóricos tan solo se aprecian las siluetas de probables cartuchos jeroglíficos escritos en forma de petate. Es interesante mencionar que en Tonina, Quirigua y Copan, también se registra este formato (Figuras 2 y 6).

En el sector sureste del conjunto se localiza una pequeña plaza. La forma y disposición de las estructuras parecen constituir un segundo Complejo de Ritual Público de menores dimensiones, con un área útil de 1200 m² (Figura 2).

Vecinos del lugar indican que al construirse la moderna escuela en 1996, fueron destruidas varias estructuras de mediana altura. Estas se localizaban en el espacio que aparece vacío en el sector norte de este conjunto.

OTROS GRUPOS HABITACIONALES EN LA ZONA

Aunque por ahora no se han mapeado las estructuras ubicadas en el lado sur de la aeropista, puede mencionarse que éstas descansan sobre una pequeña elevación natural que corre de este a oeste. Algunas estructuras están saqueadas o casi destruidas. En algunas se observan grandes rellenos constructivos hechos con piedra caliza de distinto tamaño sin amarre de tierra y gruesos pisos de estuco.

En el reconocimiento efectuado hacia el sitio arqueológico El Ceibo, se identificaron pequeños varios grupos de similar altura y configuración, en terrenos relativamente elevados y dentro de las áreas de anegamiento estacional. En las fincas Santa Rosita y El Progreso, ubicadas la orilla norte del río San Pedro Mártir, se localizan varias estructuras notablemente largas, algunas sostenidas por altas plataformas basales. El sitio El Progreso ocupa una posición equidistante entre El Naranjo y El Ceibo (Morales 1997).

FECHAMIENTO PRELIMINAR DE LA OCUPACIÓN DEL SITIO

Excavaciones de sondeo realizadas por E. Shook y los materiales cerámicos recolectados en la superficie registran evidencias de ocupación desde el Preclásico Tardío hasta el Clásico Terminal (Graham 1970).

De 76 tiestos recuperados en la superficie, el 15% se adscribe al Clásico Temprano y 85% al Clásico Tardío. Las formas cerámicas más representadas son las ollas, los cuencos y los platos. Los grupos representativos de la clase Petén Lustroso son Tinaja (19), Máquina (10), Zacatal (11) y los grupos minoritarios Águila (9), Dos Arroyos (4) e Infierno (1).

CONSIDERACIONES PRELIMINARES

Desde un punto de vista regional, los sitios asociados a la cuenca media del río San Pedro Mártir son similares en su configuración. Es evidente que la existencia de la sierra del Lacandón y los bajos humedales de la laguna El Tigre constituyeron una barrera natural para la comunicación por vía terrestre de los pueblos asentados en la región central de Petén y aquellos ubicados en la cuenca media del río Usumacinta y la cuenca alta del río Candelaria. Esta aparente limitación fue superada por medio de la navegación por río y los corredores naturales.

Los sitios registrados en las márgenes del río San Pedro Mártir y en su confluencia con el río Usumacinta, se caracterizan por la presencia de altas estructuras de apariencia piramidal y largas plataformas elevadas que suelen definir amplios patios abiertos o cerrados. Algunos edificios descansan sobre plataformas basales, que suelen disminuir al alejarse del centro ceremonial. Los grupos habitacionales sugieren un patrón relativamente disperso, algunos de estos grupos se localizan en terrenos sujetos a anegamiento estacional.

Además de los patios para juego de pelota, los centros ceremoniales al parecer participaron de la tradición arquitectónica plasmada en los Complejos de Ritual Público, patrón que identifica a las entidades políticas que gobernaron en el centro de Petén y en el noroeste de las Montañas Mayas. Este patrón parece formar parte del centro ceremonial de Santa Elena, La Resaca, Itzamkanac (Vargas y Teramoto 1996) y en Finca Acapulco (en el río Candelaria).

Frente a las estructuras principales de estas plazas pueden localizarse monumentos lisos o esculpidos. La fecha de erección de estos monumentos comúnmente está escrita en forma de Rueda Calendárica y parecen conmemorar la completación de uno o medio Baktun y parte de la historia política del sitio.

A pesar del considerable daño que ha sufrido el sitio, los datos recopilados permiten hacer algunas interpretaciones preliminares que deberán ser tomadas en consideración al momento de efectuar excavaciones sistemáticas en este sitio.

Los materiales recuperados indican que el lugar fue ocupado desde del periodo Preclásico hasta el Clásico Terminal y que es durante el Clásico Tardío que logra su máximo apogeo. La ubicación del centro ceremonial a orillas del río San Pedro Mártir, sugiere que la base de subsistencia de esta comunidad provenía principalmente de los recursos del río y el control de una de las rutas fluviales que permitía la comunicación directa desde el litoral costero con el centro de Petén. La posición geográfica, la monumentalidad arquitectónica, la cantidad de monumentos tallados y la calidad escultórica registrada, sugiere que el sitio arqueológico El Naranjo-Frontera, jugó un importante papel en la región durante el Clásico Tardío.

Este sitio al parecer sostuvo relaciones a larga distancia con sitios localizados en la región del alto Usumacinta, algunas quizá de tipo bélico, situación implícita en el aparecimiento de las «cabezas de jaguar» que aparecen Estelas 1, 7 y 8. Los lados norte, sur y este son los únicos en que se erigieron los monumentos y con mayor frecuencia en el frente de la altas estructuras que ocupan el lado este de cada plaza. En las inscripciones se enfatiza en los títulos que poseían los gobernantes (vale decir Señor de Cuatro Katunes», etc) y que las fechas parecen conmemorar la completación de uno o medio Katun, tradición registrada en la región del alto río Usumacinta.

Por ahora el rango de fechas se sitúa entre el 677 y 766 DC. Aunque se desconoce en qué momento este sitio llegó a poseer Glifo Emblema propio, la importancia de sus gobernantes está registrada en las relaciones de parentesco referidas en la Estela 9.

Para concluir, necesario recalcar que es necesario realizar reconocimientos arqueológicos en el noroeste de Petén que permitan rescatar la valiosa información que se pierde como consecuencia del crecimiento demográfico y las obras de infraestructura pública, ya que estos datos deben ser tomados en consideración en las interpretaciones regionales de las Tierras Bajas Mayas.

AGRADECIMIENTOS

Los gastos de transporte y estancia fueron sufragados con fondos propios y pequeñas aportaciones hechas por el Comité de Ecoturismo de la comunidad de El Naranjo, especialmente Emilio Eguizábal, Manuel Alvarado y Freddy Morales. El Centro de Estudios Conservacionistas (CECON) proporcionó sus instalaciones para el alojamiento del equipo de trabajo. Los reconocimientos contaron con la autorización del Instituto de Antropología e Historia y la supervisión de Fredy Ramírez, inspector de esta institución. También se contó con la participación de los excavadores Gerardo Aguirre y Pedro Quetzal del municipio de Dolores, Petén.

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Figura 1 Mapa del Departamento de Petén y localización del sitio arqueológico El Naranjo-Frontera

Figura 2 Sector central de El Naranjo-Frontera; A) localización de monumentos registrados por Ian

Graham (1970); B) mapa levantado por Paulino Morales (1996)

Figura 3 Sitio El Naranjo-Frontera, reconstitución en perspectiva

Figura 4 Estela 1, Estela 7 y Estela 8 (Graham 1970)

Figura 5 Estela 9, Altar G (Graham 1970) y Estela 14

Figura 6 Fotointerpretación de la Estela 5 y la Estela 10 (Graham 1970); fragmentos esculpidos de la

Estela 6 y la Estela 10

 

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