Categorías

12 Muerte y orientación norte-sur en el valle de dolores – Andrés Ciudad Ruiz y María Josefa Iglesias Ponce de León – Simposio 9, Año 1995

Descargar este artículo en formato PDF

Ciudad Ruiz, Andrés y María Josefa Iglesias Ponce de León

1996        Muerte y orientación norte-sur en el valle de dolores. En IX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1995 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.174-185. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

12

MUERTE Y ORIENTACIÓN NORTE-SUR EN EL VALLE DE DOLORES

Andrés Ciudad Ruiz

María Josefa Iglesias Ponce de León

Los datos e ideas que se exponen en esta ponencia han de ser considerados de forma muy preliminar y habrán de ser madurados en el futuro ya que sólo hemos tomado en consideración una de la múltiples variables que pueden y deben ser tenidas en cuenta a la hora de analizar las prácticas funerarias existentes en la meseta de Dolores, Petén, durante la etapa prehispánica: la que afecta a la orientación norte-sur de los enterramientos. Asimismo, somos conscientes que desde la presentación de nuestro trabajo hasta su edición la muestra se habrá incrementado en un buen número de casos, dado el volumen de investigaciones que se realizan en el Sureste de Petén por parte del Atlas Arqueológico de Guatemala; ello no obstante, consideramos de interés realizar esta síntesis por la relevancia del tema y por la persistencia de este rasgo en los enterramientos de la región.

A lo largo de la historia de la arqueología Maya, «el mundo funerario» es una de las constantes culturales que aparece de forma más recurrente en el registro arqueológico. Hace unos años, en el III Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, uno de los autores de esta comunicación apuntaba el siguiente comentario al presentar las características de unos entierros singulares de Tikal:

«Hasta el momento el sistema funerario ha recibido un tratamiento muy convencional dentro de los proyectos arqueológicos y apenas ha servido para algo más que ser descrito o, en última instancia, para proporcionar datos sobre la supuesta pertenencia del individuo o individuos inhumados a un status determinado, reflejo de la complejidad de la sociedad a que pertenecía» (Iglesias 1993).

En la actualidad otros investigadores siguen pensando que «no ha surgido ninguna visión cohesionada del tratamiento maya de la muerte a partir de los datos excavados» (Chase 1994:53).

A pesar de lo dicho es cierto que a través de las descripciones de cada proyecto y de los intentos generales (Ruz 1968) o parciales (Welsh 1988) de sistematización, al menos estamos de acuerdo en cuáles son las variables básicas a tener en cuenta a la hora de trabajar sobre el sistema funerario en las Tierras Bajas Mayas: ubicación, ubicación con respecto a referencias puntuales (por ejemplo a un rasgo concreto, a determinada estructura, con respecto al grupo en que se enclava, en relación al centro cívico ceremonial del cual depende), al tipo de inhumación, de depósito, de recinto en el que se aloja, a la posición, orientación, ofrenda, sexo, edad, etc.

El Atlas Arqueológico de Guatemala en su sección Proyecto Sureste de Petén, a pesar de que ha centrado una gran parte de sus trabajos más en el reconocimiento que en la excavación intensiva de los sitios arqueológicos, está proporcionando una variada muestra de inhumaciones que han sido presentadas en diversas publicaciones (López 1990, 1993, 1994); recientemente se ha abordado el estudio de los enterramientos hallados en un sitio específico como es Ixtonton, incluyendo tanto su centro cívico-ceremonial como parte de los grupos periféricos excavados y realizando interesantes apreciaciones que ayudan a clarificar las posibles pautas culturales utilizadas a lo largo del tiempo. Tal muestra se puede considerar ya importante, aunque existen problemas relacionados con su representatividad, debido a que la investigación ha proporcionado primeramente datos sobre enterramientos saqueados y se ha basado más en el clareado y delimitación de la arquitectura que en la apertura de trincheras y de pozos estratigráficos y en el estudio sistemático de estructuras y patios, que pudieran ofrecer mayor cantidad de información. Pero de hecho, cuando se ha excavado con mayor detenimiento, la muestra obtenida es superior y los datos proporcionados resultan de mayor valor para la reconstrucción cultural.

Esta breve contribución surge a partir de los trabajos efectuados en el verano de 1994 en el grupo habitacional Suk Che´ 9, localizado a poco más de 1 km al oeste de la actual población de Dolores (Figura 1), donde la orientación mayoritaria de las inhumaciones halladas (incluidos los recintos funerarios saqueados) es norte-sur.

En este grupo, de una cierta complejidad (Iglesias y Ciudad 1994), se ha constatado la existencia de siete sectores con un total de 39 estructuras, de las cuales 12 han sido excavadas, habiendo sido definido como una Unidad Habitacional Compleja (Ciudad e Iglesias 1995). Se han hallado un total de siete inhumaciones, de las que dos eran recintos funerarios saqueados que fueron reportados en trabajos previos. Dichos recintos se sitúan en las terrazas altas del Sector A. El localizado en la parte sur del cerro (008) se compone de dos cámaras talladas en la roca natural, en las cuales la inhumación estaba en la segunda que tiene una orientación de 320°. El segundo recinto está ya en la parte plana del cerro, en el lado sur de la pequeña Estructura 3; su forma actual es esférico-elipsoidal. En la zona sur de su interior se ven restos (al menos 1 m) de una cista que corre norte-sur. Un posible tercer recinto localizado en el mismo nivel, pero más al norte, es el que presenta un hundimiento bien redondeado que en la actualidad está colmado de tierra.

Las cinco restantes estaban depositadas en cistas; dos de ellas (097 y 100), en buenas condiciones de preservación, otras dos (098 y 099) muy depredadas -pero con algún resto óseo- y una quinta (sin número, en la Estructura 1 del Sector E), totalmente saqueada en el momento de su excavación.

Las cistas están localizadas en el interior de estructuras rectangulares, que tienen diferencias formales y de orientación entre ellas. Los enterramientos debieron ser -por afinidad con los no saqueados 097 y 100 (Figura 2)- en todos los casos individuales, primarios e indirectos con posición en decúbito supino y cabeza quizá mirando al este; las cistas que los contuvieron, también rectangulares, estuvieron cerradas en su parte superior por medio de lajas.

El hecho de que también existan recintos funerarios en el cerro -de carácter inequívocamente ritual- que sostiene al Sector A, lo ponen en relación con prácticas funerarias elitistas que han sido detectadas en algunos de los centros rectores de la región, como Suk Che´ Central, Ix Ak Central e Ixtonton Central.

Solamente en dos casos tenemos evidencia de la ofrenda que se asoció con los enterramientos en Suk Che´ 9, la cual está definida por vasijas cerámicas que datan el contexto en que fueron halladas para los inicios del Clásico Tardío. Aunque el análisis de los restos óseos está aún en proceso, no se ha detectado ninguna modificación cultural en el cráneo o los dientes de los individuos (Iglesias y Ciudad 1994).

Como hemos adelantado, todas las inhumaciones halladas en Suk Che´ 9 tenían una orientación norte-sur y fue ello lo que movió nuestra curiosidad a la hora de tratar de buscar nuevas vías de análisis en el campo de lo funerario. El resto de los datos correspondientes a los enterramientos bajo comentario han sido extraídos en su mayoría de los trabajos realizados por López Olivares (1990, 1993, 1994), a partir de los cuales hemos obtenido los siguientes resultados genéricos expresados en la Tabla 1.

El total de inhumaciones halladas en la región de nuestro interés hasta el mes de septiembre de 1994 es de 116, las cuales se organizan de esta manera según su orientación:

Orientación este-oeste:44 =37.93%

Orientación norte-sur:24 =20.68%

Orientación «otras»:5 = 4.31%

Orientación indeterminada: 43 =37.06%

Como se puede apreciar a partir de los datos que se ofrecen, la cifra de inhumaciones orientadas de norte-sur alcanza un porcentaje ligeramente superior al 20% frente a casi el 38% que supone la mayoritaria este-oeste. Una buena parte de los enterramientos entra, según la categoría utilizada en la catalogación, en el apartado de «Indeterminados», cuya imposibilidad de precisión se debe casi siempre a la acción del saqueo.

Hemos simplificado los contextos con los que se relacionan los depósitos funerarias a tres: cívico-ceremonial (aparecen en cinco ocasiones: Ixtonton Central (2), Ix Ek´ Central, El Chal Central, Ix Ak Central), ritual-funerario (detectado en Suk Che´ 9 (2) e Ixtonton 18 y 19 (2)) y habitacional (14) de distribución más generalizada (Figura 3).

En referencia exclusiva al tratamiento arquitectónico de los enterramientos norte-sur, vemos que siguen pautas comunes en las Tierras Bajas Mayas (Welsh 1988): Simples: 6; Cistas: 11; Criptas o recintos funerarios: 5.

Suelen tratarse de inhumaciones individuales (salvo dos excepciones en que se asocian los restos de dos individuos), en las que la posición mayoritaria es extendida en decúbito dorsal o supino -decúbito lateral en el caso de una doble-, aunque evidentemente en ciertos casos de saqueo aparece como indeterminada, si el recinto que lo contiene no nos «marca» la orientación; estas pautas también tienen una amplia distribución en las Tierras Bajas durante el Clásico Tardío y Clásico Terminal.

Algunos autores apuntan la existencia para las Tierras Bajas Centrales de un determinado patrón en torno a una mayor localización de estructuras con enterramiento en el este (Patrón de Plaza 2 de Becker 1986) para el Clásico Tardío y Terminal, el cual está definido tanto en grupos habitacionales como en áreas cívico-ceremoniales; en el caso de la zona prospectada por el Proyecto Sureste de Petén (y tratando siempre de los casos en que la orientación es norte-sur), este es el resultado: Central (o plaza): 3 (2 en plaza). En el Norte del grupo: 3. En el Sur del grupo: 5. En el Este del grupo: 7. En el Oeste del grupo: 4.

No se puede decir que la localización al este -según se ha postulado relacionada con creencias cosmológicas como el sol naciente y el renacimiento del sol después de su paso nocturno a través del inframundo- sea muy determinante, a pesar de contar con una representación superior que el resto, pero sería interesante constatar si estos porcentajes funcionan igual en los de orientación este-oeste.

Una vía no explotada de manera suficiente y que puede abrir caminos de interés es la localización del grupo en relación con el centro cívico-ritual del cual depende, de utilidad como es natural cuando no se encuentran en el propio centro. Quizá aún no tenemos una muestra lo suficientemente amplia o quizá ésta se halle algo sesgada por las estrategias seguidas por el Atlas Arqueológico, pero de forma tentativa las inhumaciones norte-sur están presentes en cinco sitios centrales: de ellos sólo tres tienen grupos asociados con enterramientos de este carácter (Ixtonton -7-, Ix Ek´ -1- y El Chal -2-). Independientemente de ello, los grupos de inhumaciones con esta característica orientación se encuentran, en al menos tres casos, localizados al norte de su centro rector.

-El Chal: El Chal 18: 2 inhumaciones

-Suk Che´: Suk Che´ 9: 5 inhumaciones

-Ix Ek´: 1 inhumación

-Ix Kol: 1 inhumación

-El Tzic: 1 inhumación

El caso contrario y de la misma forma interesante, es el de los grupos dependientes de Ixtonton (18, 19 (2), 29A, 29B, 36 y 103), que en ninguna ocasión están por encima de una raya imaginaria que pasara por su sitio central (Figura 4).

En lo que respecta a la ofrenda depositada junto a los enterramientos, la cerámica es mayoritaria en aquellos que no han sido depredados y existen claras evidencias de diferenciación social sobre todo en algunos recintos funerarios de lugares centrales en los que están presentes otro tipo de objetos, como utensilios de piedra verde, de concha y de hueso trabajado.

La cronología es francamente clara, con una presencia masiva de inhumaciones correspondientes al Clásico Tardío y al Clásico Terminal, cosa natural si tenemos en cuenta que la evidencia ocupacional mayoritaria corresponde a esta etapa, aunque contamos tres ejemplos para el Preclásico Tardío y dos para el Clásico Temprano.

Como se puede apreciar, la investigación está en una fase previa de la que aún no cabe deducir un patrón claro y prefijado en relación con las causas por las cuales prevaleció la orientación norte-sur para determinadas inhumaciones, pero sí pueden concretarse determinadas reflexiones:

1.        La práctica se inicia en el valle desde los primeros momentos de su ocupación a lo largo del Preclásico Tardío, tanto en lo que respecta a grupos habitacionales como en lo que se refiere a construcciones de tipo elitista-funerario (por ejemplo en el caso de las terrazas de Suk Che´ 9); es decir que está presente desde tiempos muy tempranos, como por otra parte sucede en otras regiones del centro y sur de Tierras Bajas.

2.        Las evidencias de su continuidad durante el Clásico Temprano son muy débiles, lo cual se halla en armonía con lo que sucede con la evolución de la población en el valle; las que se disponen así en este periodo han de tratarse sólo de manera tentativa. Es posible que nos encontremos aquí con un problema de muestra, dada la naturaleza de las investigaciones en el marco del programa del Atlas Arqueológico de Guatemala, pero sin duda coincide con la escasez detectada en otras inhumaciones con una orientación distinta.

3.        Su utilización culminante es durante el Clásico Tardío y el Clásico Terminal, relacionándose de forma prioritaria con grupos de función habitacional, pero estando presente también en unidades de carácter ritual y elitista. Esta culminación es coincidente con la que aparece en el centro-sur de las Tierras Bajas Mayas, donde la cista con cuerpos extendidos es el método de enterramiento más habitual durante esta etapa.

4.        Su asociación fundamental es con cistas, que son alargadas y estrechas debido a la posición extendida del muerto, en contraposición a otras más tempranas cuya posición flexionada del inhumado obligaba a otra forma de «arquitectura funeraria». Pero también existen entierros con orientación norte-sur en fosas, relacionados con diversas variedades de cistas, en cámaras talladas y recintos; lo que manifiesta que no sólo se utilizó por los segmentos campesinos y periféricos de los núcleos urbanos, sino que fue una inhumación que se extendió a otros niveles de la sociedad, si bien con un énfasis menor.

5.        Los entierros son básicamente primarios e incluyen, salvo en muy escasas ocasiones, entierros individuales.

6.        Prioritariamente, la ofrenda que se ha asociado a los entierros con orientación norte-sur consiste de cerámica, a la que en ocasiones acompañan utensilios líticos; sin embargo, también contamos con objetos de concha, obsidiana, jadeíta y hueso, aunque son bastante más escasos y reducidos básicamente a contextos elitistas.

7.        La distribución geográfica de esta orientación norte-sur resulta interesante ya que existe una concentración muy superior en la sección de Dolores donde se ha podido verificar (Ix Ak, Ixtonton, Suk Che´ e Ix Ek´); fuera de ella su aparición es muy esporádica, habiéndose detectado en El Tzic al norte de la zona y próximo a ella y de forma especial en El Chal. Resulta lógica la existencia de una muestra muy superior en la zona de Dolores, donde el muestreo se puede considerar más intensivo, pero llama la atención la total ausencia en la mayoría de las zonas del noroeste de las Montañas Mayas; de manera que tal vez estamos ante un sub-patrón funerario en relación al área de nuestro interés. Por otra parte, su constatación fuera de la sección de Dolores no implica connotación funcional especial ya que está presente tanto en grupos habitacionales como en contexto cívico ritual en El Chal.

8.        Esta orientación no mantiene, hasta donde podemos llegar, ninguna ubicación absoluta a la hora de emplazarse con respecto a su centro del que depende; si bien existe preferencia por la localización al norte y al sur-sureste de los núcleos urbanos. Existen casos sin determinar y en una ocasión está demostrada su localización al oeste.

9.        En relación a su ubicación con respecto a su grupo, la variedad es mucho mayor, sin que podamos establecer con claridad una preferencia por un emplazamiento determinado, siendo el este la dirección que cuenta con una muestra superior.

Figura 1: Localización de enterramientos con orientación norte-sur en la Unidad Habitacional Compleja

Suk Che´ 9

Figura 2: Planta del Enterramiento 97, Suk Che´ 9D

Figura 3: Localización de los sitios arqueológicos del área de Dolores con entierros orientados norte-sur

Figura 4: Grupos dependientes de Ixtonton en los que existen enterramientos con orientación norte-sur

TABLA 1

1 Entierro

2 Procedencia

3 Contexto

CC = cívico-ceremonial

HT = habitacional

RT = ritual

FE = funerario de élite

4 Ubicación

G = grupo

E = estructura

P = plaza

5 Ubicación relativa por punto cardinal y C = central, P = plaza

6 Ubicación respecto a su centro, por punto cardinal

7 Tipo de entierro

D = directo

I = indirecto

8 Tipo de inhumación

P = primario

PS = primario saqueado

S = saqueado removido

SC = secundario

9 Posición

IN = indeterminada

E = extendido

DE = decúbito dorsal extendido

VE = decúbito ventral extendido

LE = decúbito lateral extendido

LF = decúbito lateral flexionado

10 Cantidad de individuos

11 Tipo de recinto

FL = fosa con lajas

SM = fosa simple

CT = cista

CM = cámara

12 Cronología

PRC = Preclásico Tardío

CTP = Clásico Temprano

CTR = Clásico Tardío

CTM = Clásico Terminal

1        2                3        4        5        6        7        8        9        10        11        12

003        Ix Ak                CC        G-A/E-11        C        –        D        SS        IN        2        FL        CTR

006        Ixtonton 36        HT        E-1        E        SO        I        PS        DE        1        FL        CTR

008        Suk Che´ 9A        RT        Terraza        S        N        I        PS        IN        1        CM        PRC

010        Ixtonton 18        FE        E-1        N        SE        I        PS        IN        1        CM        CTR

012        Ixtonton 19        FE        E-3        S        SE        I        PS        IN        1        CM        CTR

013        Ixtonton 19        FE        E-4        O        SE        I        P        LE        2        CM        CTR

LF

022        Ixtonton                CC        P-O        S        –        I        P        VE        1        FL        CTM

023        Ixtonton                CC        P-O/E        E        –        I        P        DE        2        CT        CTR

IN

038        Ix Kol 22        HT        E-7        P        O        D        P        LF        1        SM        PRC

047        El Tzic 39A        HT        E-1        N        NO        I        PS        IN        1        CT        CTR

052        Ixtonton 29B        HT        E-7        E        O        D        PS        DE        1        SM        CTR

053        Ixtonton 29A        HT        E-E        E        O        I        P        IN        1        CT        CTR

055        Ixtonton 103        HT        E-3        S        S        I        PS        E        1        CM        CTM

067        El Chal                CC        P-NE/E-2        E        –        D        P        DE        1        CT        CTR

068        El Chal 18        HT        P        P        N        D        P        DE        1        SM        PRC

069        El Chal 18        HT        E-2        E        N        D        P        DE        1        SM        CTR

079        Ix Ek´                CC        P-C/E-5        O        –        D        P        DE        1        SM        CTP

088        Ixtonton 36        HT        E-5        SE        SE        I        P        DE        1        CT        CTM

097        Suk Che´ 9D        HT        E-1        N        N        I        P        DE        1        CT        CTP/CTR

098        Suk Che´ 9D        HT        E-6        O        N        I        S        E        1        CT        CTR

099        Suk Che´ 9D        HT        E-6        O        N        I        S        E        1        CT        CTR

100        Suk Che´ 9A        RT        E-2        E        N        I        P        DE        1        CT        CTR(in)

105        Ixtonton 35        HT        E-5        O        SE        D        SC        –        1        FL        CTM

113        Ix Ek´ 12A        HT        E-4C        SO        NE        D        P        DE        1        FL        CTR

REFERENCIAS

Becker, Marshall J.

1986        El Patrón del Asentamiento en Tikal, Guatemala, y otros Sitios Mayas de las Tierras Bajas: Implicaciones para el Cambio Cultural. Mayab 2:7-20. Sociedad Española de Estudios Mayas, Madrid.

Chase, Arlen F.

1994        Maya Veneration of the Dead at Caracol, Belize. En Seventh Palenque Round Table (editado por M. Green Robertson y V.M. Fields):53-60. Precolumbian Art Research Institute. San Francisco.

Ciudad Ruiz, Andrés y Mª Josefa Iglesias Ponce de León

1995        Suk Che´ 9: Una Unidad Habitacional Compleja del Valle de Dolores, Petén, Guatemala. Journal de la Société des Américanistes 81:79-103. París.

Iglesias Ponce de León, Mª Josefa

1993        Reflexiones en Torno a Ciertos Enterramientos en Tikal. En III Simposio de Arqueología Guatemalteca, 1989. En III Simposio de Arqueología Guatemalteca, 1989 (editado por J.P. Laporte, H.L. Escobedo y S. V. de Brady):183-196. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Iglesias Ponce de León, Mª Josefa y Andrés Ciudad Ruiz

1994        Exploraciones en el Grupo Suk Che´ 9. En Reporte No.8: Reconocimientos y Excavaciones Arqueológicas en los Municipios de Dolores y San Luis, Petén (editado por J.P. Laporte):341-366. Atlas Arqueológico de Guatemala, IDAEH y Escuela de Historia, USAC, Guatemala.

López Olivares, Nora Mª

1990        Los Restos Óseos. En Reporte No.4: Reconocimientos Arqueológico de los Valles de Sacul y Dolores, Petén (editado por J.P. Laporte):138-152. Atlas Arqueológico de Guatemala, Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

1993        Los Restos Óseos: Parte 2. En Atlas Arqueológico de Guatemala, Reporte No.7: Exploraciones Arqueológicas en los Municipios de Dolores, Sayaxché y San Luis, Petén (editado por J.P. Laporte):557-616. Instituto de Antropología e Historia y Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala. Reporte Nº 4 del Atlas Arqueológico de Guatemala.

1994        Normas de Inhumación en los Restos Humanos en Ixtonton. En Ixtonton, Dolores, Petén: Entidad Política del Noroeste de las Montañas Mayas (editado por J.P. Laporte):171-180. Revista No.2 del Atlas Arqueológico de Guatemala, Ministerio de Cultura y Deportes, IDAEH y Area de Arqueología, Escuela de Historia, USAC, Guatemala.

Ruz Lhuillier, Alberto

1968        Costumbres Funerarias de los Antiguos Mayas. Universidad Nacional Autónoma de México, México.

Welsh, W. B. M.

1988        An Analysis of Classic Lowland Maya Burials. BAR International Series, 409. Oxford.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *