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23 Observaciones adicionales sobre las tradiciones Naranjo y Achiguate en la Costa Sur de Guatemala – Marion Popenoe de Hatch – Simposio 6, Año 1992

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Popenoe de Hatch, Marion

1993        Observaciones adicionales sobre las tradiciones Naranjo y Achiguate en la Costa Sur de Guatemala. En VI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1992 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán de Brady), pp.305-309. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

23

OBSERVACIONES ADICIONALES SOBRE LAS TRADICIONES NARANJO Y ACHIGUATE EN LA COSTA SUR DE GUATEMALA

Marion Popenoe de Hatch

Cuando hace veintidós años empecé a trabajar con la cerámica de la Costa Sur de Guatemala, nunca me imaginé que ésta iba a ser una fuente de fascinación duradera que ha continuado hasta el presente. Estos años me han proveído la oportunidad de estudiar y analizar muestras cerámicas recuperadas de excavaciones y recolecciones de superficie provenientes de distintas áreas de la Costa. Con el transcurso del tiempo, comparando estas muestras y enfocándome principalmente en las vajillas utilitarias, me di cuenta que se podían trazar las fronteras de diferentes complejos cerámicos a través del espacio y del tiempo. Hasta el momento ha sido posible identificar tres grandes complejos cerámicos en la Costa Sur, que hemos llamado las tradiciones cerámicas Naranjo, Achiguate y Ocosito. La tradición Naranjo evolucionó en la desembocadura del río Naranjo durante el Preclásico Medio, mientras la tradición Achiguate se desarrollaba en la región de Escuintla. La tradición Ocosito se encuentra hacia el norte del río Ocosito durante el Preclásico Tardío, pero no será incluida en la presente discusión.

En dos publicaciones anteriores (1987, 1989) presenté evidencia que indica que la tradición Naranjo empezó a moverse gradualmente hacia el este a lo largo de la Costa Sur durante la parte final del Preclásico Tardío y para el periodo Clásico Temprano ya estaba al este del río Coyolate, donde parece que finalmente reemplazó a la tradición Achiguate. Alrededor de la mitad del periodo Clásico Temprano, la tradición Achiguate finalmente se retiró del área. Los sitios más importantes de la tradición Achiguate, como Monte Alto, fueron abandonados en ese momento.

La validez de esta hipótesis fue desafiada recientemente por el Dr. Bove en dos simposios anteriores a este y en varios artículos publicados. La última publicación salió este año y fue escrito por Bove, Neff, Medrano y Lou (1992). El escepticismo de ellos se ha enfocado por una parte a la existencia de estas dos tradiciones y por otra, el rechazo de la idea que la tradición Naranjo se movió hacia el este y eventualmente reemplazó al complejo Achiguate en el área de Escuintla. Ahora creo que tengo cierta responsabilidad de responder a estas críticas y las dudas de ellos me han inspirado a investigar la evidencia más extensamente. Por eso organicé un nuevo proyecto arqueológico que se llevó a cabo en junio de 1992. El objetivo fue probar mis hipótesis y averiguar si los patrones que he observado en realidad están equivocados como se dice en el artículo y las pláticas mencionadas anteriormente. Enfatizo que las preguntas de mis colegas son bien recibidas porque nos estimulan a reexaminar más críticamente los datos. El intercambio de ideas es necesario y después de todo, enterarse que uno está equivocado es un paso adelante en el avance de la ciencia.

EL PROYECTO LA GARRUCHA

El Proyecto La Garrucha fue organizado este año con el propósito de ver más a fondo la naturaleza de la tradición cerámica Naranjo en el área de Escuintla. Había tres preguntas básicas para contestar:

1.        Cuándo apareció por primera vez la tradición cerámica Naranjo en la región al lado este del río Coyolate? En contra de mi hipótesis, mis colegas argumentan que la cerámica Naranjo evolucionó localmente y que no refleja un movimiento hacia el este a lo largo de la Costa. Esta objeción podría examinarse por medio de comparar sitios al oeste del río Coyolate con los del lado este y después con los sitios todavía más al este cerca del río Acomé. Hace unos años se estableció que la tradición Naranjo ya estaba presente en el área de Tiquisate al oeste del río Coyolate durante el Preclásico Tardío. Si mi hipótesis es correcta, deberíamos encontrar el complejo Naranjo al lado este del mismo río en un momento posterior al de Tiquisate y aún más tardío en las cercanías del río Acomé.

2.        Si es correcto que la población asociada con la tradición cerámica Naranjo penetró el territorio al este del río Coyolate, ¿podría determinarse si esta población tomó la región a la fuerza?, o por el contrario, como mis oponentes han propuesto, ¿existe evidencia que hubo relaciones pacíficas e intercambio entre ellos y la población Achiguate? En otras palabras, la cerámica indica que las dos tradiciones, ¿se mezclaron y formaron un complejo mixto, o permanecieron separadas y diferentes una de la otra?

  1. Si las dos tradiciones permanecieron separadas y diferentes, ¿existe evidencia de que el grupo Naranjo impuso su control sobre la población Achiguate, o es que la población Achiguate se retiró del área completamente?

Para poder contestar estas preguntas fue necesario excavar un sitio no muy lejano del lado este del río Coyolate que pudiera proveer estratigrafía bastante clara, esto es, un sitio todavía sin investigar y sin demasiado disturbio por la agricultura moderna y otras actividades. El pequeño sitio de Marinala, localizado a medio camino entre los ríos Coyolate y Acomé era ideal para la investigación. El permiso de organizar una pequeña excavación en Marinala fue obtenido del Instituto de Antropología e Historia y del dueño del sitio, a quien por su apoyo y ayuda le damos nuestros sinceros agradecimientos.

El financiamiento para la investigación fue suministrado por la Cátedra Kidder de la Universidad del Valle y también de la Asociación Tikal. A estas instituciones estamos profundamente agradecidos porque estos fondos hicieron posible realizar los estudios. El proyecto se llevó a cabo con la ayuda de cuatro estudiantes de la Universidad del Valle, durante el mes de junio de este año. Estos estudiantes son Tomás Barrientos, María Antonieta Godoy, Carol de Herrera y Mariana Sánchez.

El sitio de Marinala se compone de dos grupos de estructuras. El Grupo Oeste, fechado para la parte final del Preclásico Tardío hasta el Protoclásico, se compone de cuatro montículos bajos orientados hacia los puntos cardinales. Directamente hacia el este, a aproximadamente 150 ó 200 m, se encuentra un montículo un poco mayor frente a dos muy bajos hacia el norte. Este complejo está fechado para el principio del periodo Clásico Temprano. En el mes de trabajo de campo, excavamos una serie de pozos de sondeo con dimensiones de 2 x 2 m cada uno. También hicimos recolecciones de superficie de toda el área y visitamos otros sitios vecinos. El Dr. Bove muy amablemente nos permitió estudiar sus muestras cerámicas de los sitios Bonampak, Anna y Bonanza, los cuales se localizan al oeste de Marinala.

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Los resultados de la investigación se pueden resumir de la siguiente manera:

1.        El Grupo Oeste de estructuras en Marinala fue ocupado primeramente durante la parte final del Preclásico Tardío por una población que usaba cerámica de la tradición Naranjo. La ocupación continuó hasta el principio del Clásico Temprano, cuando la misma población construyó las plataformas del Grupo Este. La ocupación de estas estructuras no continuó durante el Clásico Tardío, a pesar de que hay una estructura del Clásico Tardío (probablemente residencial) al sur de estos dos grupos principales de montículos. Está claro, por lo tanto, que Marinala es un sitio de un solo componente, ocupado por una población Naranjo a lo largo del Preclásico Terminal hasta el Clásico Temprano.

2.        La cerámica de Marinala pertenece a la tradición Naranjo y no está mezclada con la de la tradición Achiguate. A pesar de ello, se encontraron dentro de la muestra unos pocos tiestos de cerámica Achiguate del Preclásico Medio y la primera parte del Preclásico Tardío.

3.        No apareció cerámica Achiguate del Clásico Temprano en ninguna de las muestras examinadas. Esto incluye el sitio de Marinala, San Antonio Río Seco al norte, Oro Blanco al sur, ni en las muestras disponibles de los sitios Bonampak, Anna y Bonanza hacia el oeste.

INTERPRETACIONES

Fue una gran sorpresa que la población de la tradición Naranjo ya estaba presente en Marinala al final del Preclásico Tardío. Esta cerámica está fechada para poco tiempo después de la ocupación de Sin Cabezas en el área de Tiquisate. Las fechas están basadas en las formas usuales del Preclásico Tardío y Clásico Temprano y además en:

1.        La cerámica con decoración Usulután está presente en el complejo del Grupo Oeste de estructuras que data del Preclásico Tardío.

2.        La cerámica con decoración Usulután se encontró en frecuencias menores en el Grupo Este del Clásico Temprano y hay evidencia de que ésta empezaba a evolucionar hacia la vajilla Tiquisate.

3.        La cerámica utilitaria presente en el complejo Clásico Temprano en el Grupo Este muestra evolución de los tipos del Preclásico Tardío. Estos son la vajilla Nahualate y cántaros y cuencos con engobe café o negro.

A pesar de que la mayoría de la cerámica muestra una evolución continua de un periodo al siguiente, ciertos tipos desaparecen y algunos entran en el periodo Clásico Temprano. Por ejemplo, la vajilla San Carlos Negra Incisa, tan común en Sin Cabezas, está representada por una pequeña cantidad en el Grupo Oeste del Preclásico Tardío, pero ya no forma parte del Grupo Este del Clásico Temprano.

Los comales con el borde reforzado en el interior se encontraron entre la vajilla negra del Grupo Este del Clásico Temprano, pero no están presentes en la ocupación del Preclásico Tardío. Estos comales continuarán en la segunda mitad del Clásico Temprano en el sitio de San Antonio Río Seco al norte, cuando llega una fuerte influencia teotihuacana a la zona. Los engobes negro y café pasaron a ser más cremosos y veteados en el Clásico Temprano. Finalmente, la transición entre el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano está bien representada en un entierro que tuvimos la suerte de encontrar en el sitio. El entierro era intrusivo en la ocupación del Preclásico Tardío, acompañado de vasijas con modalidades Protoclásicas como son los tetrápodes mamiformes.

Como la cerámica Usulután y vajillas negras incisas son estilos populares dentro de las vajillas finas de ambas tradiciones, Achiguate y Naranjo, éstas no fácilmente pueden ser usadas como mecanismos para distinguir las dos tradiciones. Es por esta razón que las vajillas utilitarias son tan importantes para la identificación de los diferentes complejos.

La reciente crítica de mi hipótesis por Bove, Neff, Medrano y Lou (1992) está basada en el hecho que el análisis de activación de neutrones muestra composiciones minerales semejantes para ambas vajillas utilitarias, Naranjo y Achiguate y por eso proponen que la población Naranjo evolucionó localmente. Sin embargo, es muy lógico y de esperar que estas vajillas utilitarias estuvieran siendo manufacturadas localmente con el barro que había en el área. Es obvio que cuando la población Naranjo se movió a la región al este del río Coyolate, la gente empezó a manufacturar sus vasijas para la cocina, que usualmente son grandes y pesadas, cerca de donde estaban viviendo en vez de importarlas de su lugar de origen. Por esta razón es necesario analizar la cerámica visualmente, así como químicamente, para poder determinar las diferencias entre complejos.

Una vez más se enfatiza que, aparte de lo que ahora en la costa generalmente se llama Vajilla Osuna Coarse (que se discutirá a continuación), ninguna vajilla utilitaria de la tradición Achiguate del Preclásico Tardío estaba presente en las muestras de nuestro estudio. Tampoco, con excepción de un solo tiesto al fondo de un pozo de prueba en Marinala, ninguna vajilla fina ni utilitaria de esta tradición del Clásico Temprano apareció en las colecciones. El patrón que ahora sale a luz demuestra que la cerámica Achiguate en la región entre los ríos Coyolate y Acomé pertenece al Preclásico Medio, no al Preclásico Tardío ni al Clásico Temprano. Esto es cierto en las muestras de Bonampak, Anna, Bonanza, Marinala, Oro Blanco, La Garrucha, Río Seco y otros sitios.

La vajilla Osuna Coarse requiere discusión especial en este momento, porque es con base en la presencia de estas vasijas que mis colegas proponen que los complejos cerámicos Achiguate y Naranjo ocupaban la misma región simultáneamente y que la relación entre ellos era amigable y basada en intercambio e interacción mutua. La presencia de la vajilla Osuna Coarse en la muestra Naranjo también me provocó dudas. Mientras que toda la otra cerámica Achiguate del Preclásico Tardío estuvo ausente en nuestras muestras, una sola, la vajilla Osuna Coarse, estuvo obviamente presente. A pesar de ello, después de otro estudio, fue entonces evidente que las vasijas Osuna Coarse del complejo Naranjo se diferencian un poco de las del complejo Achiguate. Las vasijas Osuna Achiguate por lo general no tienen engobe o tienen un auto engobe del mismo color que la pasta. La superficie es de un color beige claro sin pulir, o puede tener un baño blanco. Las vasijas Naranjo por lo general tienen un engobe pulido negro o café, típico de la tradición Naranjo. Ambos tienen pasta con pómez, con la misma forma de maceta y con el mismo rango de decoración incisagruesa.

Opino que las vasijas de la vajilla Osuna Coarse tenían una función especial común en todos los complejos. Esto sería análogo a los cántaros Monte Alto Rojo que los hacían de la misma forma en las regiones de Kaminaljuyu, Quiché y Atitlán. Pero cabe mencionar que en su reciente publicación, Bove y sus colegas formularon una sugerencia interesante. Ellos propusieron, basado en el análisis de activación de neutrones, que pudo haber habido un solo centro de manufactura que surtía de estas vasijas a los diferentes centros de Tierras Altas y Tierras Bajas. A pesar de que indican que la información es tentativa, esto me da la impresión de ser una contribución importante que puede ofrecer el análisis de activación de neutrones, siempre y cuando los resultados sean interpretados correctamente. Entonces, en este momento podemos considerar tres explicaciones de la presencia de cuencos de la vajilla Osuna Coarse en el complejo Naranjo:

1.        Diferentes centros estaban manufacturando estos cuencos para una función especial, pero seguían ciertas reglas estándar en relación a su forma y decoración.

2.        Ambas poblaciones, la Achiguate y Naranjo, estaban adquiriendo cuencos del mismo centro manufacturero.

  1. Los cuencos Osuna Coarse venían del complejo Achiguate como tributo o porque se transportaba en ellos algún producto usado como tributo para la población Naranjo. Los cuencos pueden representar medidas específicas.

No obstante, el punto importante aquí es que la vajilla Osuna Coarse en el complejo Naranjo constituye la única posible vajilla Achiguate presente en su inventario cerámico. Esta información no es suficiente para poder afirmar que los dos complejos cerámicos estaban mezclados y que las dos poblaciones estaban interactuando libremente la una con la otra.

CONSIDERACIONES GENERALES

El Proyecto La Garrucha contestó las preguntas que teníamos en mente al principio. La hipótesis predecía que la cerámica Naranjo aparecería progresivamente más tarde a medida que se avanzaba hacia el este del río Coyolate y éste ha sido el caso. A pesar de ello, fue una sorpresa encontrar que llegaron a la región aún más temprano de lo que se había predicho, es decir, el final del Preclásico Tardío en vez del principio del Clásico Temprano.

La evidencia concuerda con mi hipótesis que la región entre los ríos Coyolate y Acomé estaba ocupada durante el Preclásico Medio por personas que usaban la cerámica de la tradición Achiguate. En algún momento en la primera parte del Preclásico Tardío esta población se retiró del área y la población Naranjo entró. Esto sugiere que la relación entre las poblaciones Naranjo y Achiguate fue de naturaleza hostil. Más al este, pasado el río Acomé, la población Achiguate permaneció en los sitios como Balberta, Monte Alto y Bilbao, durante la primera parte del Clásico Temprano, pero alrededor de la segunda parte, su situación fue intolerable porque ellos también se retiraron de la zona. Entonces, la población Naranjo ocupó y dominó el área hasta el río María Linda al final del periodo Clásico Temprano.

Ahora, para el Clásico Tardío hay todo tipo de indicaciones que fue de nuevo una época de trastorno y grandes cambios en la Costa. Mis observaciones preliminares en la cerámica sugieren que en este periodo sí se va a encontrar una mezcla de los complejos Clásico Tardío Naranjo, Achiguate y de Tierras Altas. Este periodo urgentemente necesita estudio.

Para finalizar, el objetivo de este estudio era examinar cuidadosamente la evidencia arqueológica con el interés de ver si apoyaba o rechazaba mi hipótesis original. En este momento, parece que la hipótesis sigue siendo válida. Queda entonces proseguir con el estudio científico a futuros estudiantes interesados en la arqueología de la Costa Sur. Son ellos quienes tendrán que evaluar lo más objetivamente posible la validez de todas las hipótesis formuladas hasta el presente y establecer hasta qué punto será necesario modificarlas. De todas maneras, esperamos que el tiempo diga la verdad.

REFERENCIAS

Bove, Frederick J., Hector Neff, Brenda L. Lou y Sonia Medrano

1992        Terminal Formative and Early Classic Ceramic Traditions of Pacific Coastal Guatemala. En Chemical Characterization of Ceramic Pastes in Archaeology (editado por Hector Neff):189-202. Madison, Prehistory Press.

Popenoe de Hatch, Marion

1987        La Importancia de la Cerámica Utilitaria en Arqueología, con Observaciones sobre la Prehistoria de Guatemala. Anales de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala 61:151183.

1989        Observaciones sobre el Desarrollo Cultural Prehistórico en la Costa Sur de Guatemala. En Investigaciones Arqueológicas en la Costa Sur de Guatemala (editado por David S. Whitley y Marilyn P. Beaudry). Institute of Archaeology, Monograph 31. University of California, Los Angeles.

 

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