01 PROYECTO KAMINALJUYU / SAN JORGE: ALGUNOS RESULTADOS E INTERPRETACIONES Matilde Ivic – Simposio 01, Año 1987

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Ivic, Matilde

  1994  Proyecto Kaminaljuyu/San Jorge: Algunos resultados e interpretaciones. En I Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1987 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán), pp.1-4. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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PROYECTO KAMINALJUYU/SAN JORGE: ALGUNOS RESULTADOS E INTERPRETACIONES

Matilde Ivic

Después de una etapa de planificación durante 1983, el Proyecto Arqueológico Kaminaljuyu/San Jorge tuvo su inicio oficial en enero de 1984. El sitio San Jorge se encuentra en la esquina sur de un centro ceremonial y administrativo de Kaminaljuyu; más específicamente, San Jorge está localizado al sur de la Carretera Roosevelt entre el Anillo Periférico (yendo hacia la Universidad de San Carlos) y una profunda barranca al sur. Originalmente el sitio fue parte de la Finca San Jorge, de donde se deriva su nombre y en años recientes fue comprado por la compañía constructora PROVISA con la intención de desarrollar un proyecto habitacional en el área del sitio. Por ello, se firmó un acuerdo entre PROVISA y el Instituto de Antropología e Historia para financiar un año de investigación arqueológica en San Jorge, antes de que el proyecto habitacional se materializara. Bajo este contrato, el Instituto retenía la prerrogativa de evaluar el sitio para determinar su importancia y posibilidad de conservación y si fuese necesario, denegar el permiso para construir y dejarlo como monumento nacional.

El proyecto arqueológico fue diseñado para llevar a cabo por lo menos cuatro objetivos básicos:

  1. Cronología: fechar la ocupación del sitio basándose en la tipología cerámica, fechas de hidratación de obsidiana y carbono 14.
  1. Cambio cultural: el análisis de la cerámica y lítica proveerían datos sobre el desarrollo cultural local, la naturaleza de las actividades económicas y su conexión con el resto del sitio Kaminaljuyu, relaciones de comercio e influencia externas.
  1. Análisis de patrón de asentamiento: durante el recorrido superficial del sitio, se notó que contenía muy pocos restos de construcciones superficiales, por lo que se tuvo la hipótesis de que funcionó como zona residencial relacionada con el centro ceremonial administrativo al norte y este. Sin embargo, el descubrimiento de un canal que servía para irrigación indicaba que el sitio estaba dedicado a la agricultura intensiva y procesamiento de comida a gran escala, lo cual será explicado más adelante.
  1. Manejo de agua: este objetivo estaba dividido en dos partes, una relacionada con la barranca en el extremo sur del sitio, la cual fue una importante fuente de agua potable para el área. La proximidad del sitio permitiría estudiar el acceso a dicha fuente, con posibles alteraciones de la topografía para mejorarlo. La otra parte del objetivo consistió en investigar la presencia del canal del que se tenía noticias por proyectos arqueológicos anteriores, los que determinaron la existencia de un lago hacia el norte, el cual se secó aproximadamente en 300 DC. Inicialmente se pensó que el canal funcionaba como drenaje cortando a través del sitio con el propósito de vaciar el contenido del lago en la barranca. Sin embargo, por medio de las excavaciones del arqueólogo Erick Ponciano se descubrió que el canal no vaciaba en la barranca, sino terminaba subdividiéndose en pequeños canales de irrigación. El estudio de manejo de agua también ayudaría a aclarar algunos aspectos de la ecología local durante la ocupación del sitio.

Por lo tanto, para desarrollar la metodología de excavación en San Jorge, debían tomarse en cuenta los siguientes factores:

  1. Se contaba con un año para el estudio.
  1. El sitio tenía un área de 25 manzanas sin rasgos arquitectónicos visibles, a excepción de los restos de un montículo y lo que parecía ser terrazas.
  1. Se tenía el enfoque de investigar la presencia, localización y naturaleza del canal.

El proyecto fue organizado en dos fases. La primera fue conducida durante los primeros tres meses de trabajo de campo, durante lo cual se excavaron 125 pozos de sondeo con dimensiones de 2 x 2 m. La selección de las localizaciones de los pozos se hizo al azar utilizando un programa de computadora. El objetivo era explorar y comparar la estratigrafía de toda el área del sitio, incluyendo las plataformas de las posibles terrazas y la inclinación de la barranca, sin prejuicio de lo que en la superficie parecieran ser las zonas más prometedoras. Las excavaciones se iniciaron en el extremo noroeste del sitio, dirigiéndose paulatinamente a través del sitio hacia el sur, en una proporción aproximada de 40 pozos por mes. Los pozos fueron excavados en niveles arbitrarios de 20 cm cada uno, hasta llegar al nivel natural de ceniza volcánica o talpetate. La metodología de muestreo al azar comprobó ser eficiente y produjo suficiente información para lograr una configuración de la estratigrafía del sitio y aún más importante, para indicar en dónde se deberían concentrar los esfuerzos en la siguiente fase.

Durante la segunda fase se excavaron 300 pozos y trincheras para lo cual el proyecto se dividió en cuatro grupos enfocándose en las siguientes áreas.

  1. El canal fue investigado por el arqueólogo Erick Ponciano y su equipo. Con el objetivo de determinar la forma y metodología, incluyó abrir trincheras a través del canal y pozos de sondeo para trazar su ruta.
  1. Las investigaciones de la barranca fueron dirigidas por el arqueólogo Rolando Rubio y su equipo y se continuaron en una temporada posterior guiadas por Edgar Gutiérrez. El estudio incluyó manejo de agua, la barranca como fuente, acceso desde el sitio y modificaciones del terreno en tiempos precolombinos.
  1. El análisis de patrón de asentamiento fue llevado a cabo por la arqueóloga Rita Grignon y su grupo, con el propósito de determinar la densidad y distribución de casas y su relación, si existía alguna, con el canal, la barranca y el centro ceremonial al norte.
  1. El análisis de la cerámica fue dirigido por la Dra. Marion P. de Hatch con la colaboración de otros miembros del proyecto. El objetivo era compilar una descripción de la cerámica del sitio, la frecuencia de cambios, variaciones de estilo, función de vasijas y cronología.

RESULTADOS DE ESTUDIOS CERÁMICOS

Con respecto a la cronología del sitio, las cerámicas excavadas indican que estuvo ocupado aproximadamente de 500 AC hasta alrededor de 900 DC. Afortunadamente existía en el sitio parte de un pequeño montículo, denominado A-VI-5, el cual a pesar de haber sido excavado en el pasado, proporcionó en su periferia excelente estratigrafía para fechamiento. Información más detallada sobre este montículo será proporcionada por Teresa Robles. También, un estudio sobre la función de un tipo específico de vasija relacionada con el Montículo A-VI-5, será presentado por la Dra. Hatch. No obstante, puede adelantarse que su cerámica, al igual que la del resto del sitio, indicó que la mayor ocupación de su zona ocurrió durante las fases Verbena y Arenal (300 AC – 200 DC). Los tiestos del sitio también sugieren que la población alcanzó su máximo tamaño durante la fase Arenal (200 AC – 200 DC). En las fases siguientes, Santa Clara y Aurora, la densidad de población disminuye. Como se observará en el artículo por Donaldo Castillo, las cerámicas evolucionan de un tipo a otro a través de una secuencia. El estudio de su desarrollo se inició durante este proyecto en 1984 y ha continuado hasta el presente. El objetivo fundamental es publicar un inventario completo de los tipos cerámicos en Kaminaljuyu con la secuencia de cambios dentro de cada tipo.

Referente a las relaciones externas, las cerámicas muestran que en la parte más temprana de la secuencia de tipos, las cerámicas de Kaminaljuyu/San Jorge durante el Preclásico son similares a las de la Costa Sur de Guatemala, indicando una relación cercana entre ambas áreas. Estas relaciones cambian en el Clásico Temprano, pero este tema todavía está pendiente de estudio.

RESULTADOS SOBRE MANEJO DE AGUA

Los estudios sobre el canal, realizados por el arqueólogo Erick Ponciano, indican que originalmente debió existir un riachuelo natural drenado desde el ahora extinto lago Miraflores. Ponciano descubrió que el canal estaba artificialmente cortado en el talpetate dentro de una ancha depresión que cruzaba el sitio, descendiendo desde el norte hacia el sur. Sin embargo, en lugar de vaciar en la barranca como se había pensado, Ponciano encontró que el canal terminaba subdividiéndose en pequeños canales secundarios en una depresión fértil, por lo que se infirió que era utilizado para irrigación. Durante la fase Verbena o tal vez antes, el canal fue artificialmente modificado, profundizando el nivel de su fondo, muy probablemente debido al descenso del nivel de agua del lago Miraflores, el cual ya se estaba secando. También durante esta época formaron un profundo depósito para retener agua, por medio del cual podían dirigir el flujo de agua y manejar su velocidad utilizando simples esclusas de arcilla. El canal tiene forma de U en corte transversal y alcanza sus máximas dimensiones en el depósito, donde presenta 6 m de profundidad y 16 m de ancho. De este punto en adelante, el agua alimentaba la serie de pequeños canales ya mencionados, los cuales corrían para irrigar lo que pudo ser un sistema de tablones o campos elevados.

Aparentemente, el canal continuó en uso durante la fase Verbena y la parte temprana de Arenal. Sin embargo, de acuerdo con otras investigaciones, durante la última parte de la fase Arenal, el lago Miraflores estaba disminuyendo y terminando su existencia. Se tiene evidencia de que al final de la fase Arenal se construyó un dique a través del canal, en el extremo norte del sitio, presumiblemente para dirigir la poca agua que quedaba hacia una zona diferente. Posteriormente, el canal fue rellenado durante la fase Santa Clara. Es importante notar que la presencia, manejo y mantenimiento del canal en San Jorge, sugiere un nivel complejo de organización social, lo cual es un tema que necesitaba mayor investigación y debe ser estudiado en futuros proyectos de excavación en Kaminaljuyu.

Ahora bien, mientras el canal fue utilizado para propósitos agrícolas, el patrón espacial del sitio indica que sus ocupantes dependían de la barranca para aprovisionarse de agua fresca. Exploraciones en la barranca mostraron una serie de nacimientos que habían sido modificados artificialmente como depósitos para recolectar agua y canales cortados en la fachada de la barranca para dirigir el flujo de agua, la cual todavía era pura al momento del estudio. Es más, en el reporte de la Universidad del Estado de Pennsylvania (Michels 1979:502) se menciona un depósito de agua pura que se localizaba del otro lado del Periférico en la Plaza Giordani y seguramente fue también fuente importante de agua. Las excavaciones también proporcionaron información sobre las anchas terrazas que descendían desde el sitio hasta la barranca. Sin embargo, su naturaleza no fue determinada sino hasta la temporada de campo de 1986, tema del estudio por Edgar Gutiérrez.

Las investigaciones de patrón de asentamiento indican que durante todo el tiempo de ocupación, la población estaba concentrada en la meseta superior, inmediatamente adyacente y periférica con el agrupamiento de montículos al norte. En esta área, los ocupantes del Clásico Tardío limpiaron y nivelaron la meseta, desplazando los restos de la ocupación Preclásica (fases Providencia, Verbena y Arenal). Notoriamente, la ocupación del Preclásico fue mucho más dominante en la meseta que la perteneciente al Clásico. Durante el Clásico Tardío, las zonas al norte y este permanecieron rurales, con cultivos extensivos y una población muy dispersa viviendo en casas simples.

RESULTADOS DEL PATRÓN DE ASENTAMIENTO

Con respecto a la investigación de patrón de asentamiento, obviamente la zona más intensamente ocupada era el montículo y su periferia. El área directamente al sureste de este montículo fue estudiada por Elisa Jiménez, Ovidio Navarro y Beatriz Balcárcel. El resultado de las excavaciones mostró que existía en esa zona un área no residencial sino dedicada al procesamiento de comida y cocina. Las excavaciones descubrieron un total de 4 fogones comunales (3 de la fase Arenal y 1 de Aurora), 6 hornos subterráneos (1 de Arenal y 5 de Aurora), 2 basureros en forma de botellón. En el área excavada por Elisa Jiménez se encontró un fogón Arenal y 5 hornos subterráneos fechados en el Protoclásico y Clásico Temprano. En dirección al este de esta área, Ovidio Navarro descubrió un fogón comunal y un horno subterráneo, ambos de la fase Arenal. Hacia el oeste, inmediatamente adyacente al área de Elisa Jiménez, Beatriz Balcárcel localizó un fogón comunal también de la fase Arenal.

Los fogones comunales tienen grandes dimensiones, lo que indica que trascienden el nivel de unidad doméstica. Las orillas están formadas por fragmentos de rocas y barro cocido. Sus contenidos consistieron en un nivel superior negro de tierra quemada de 0.20 m de espesor, sobre un nivel café de aproximadamente 0.10 m de grosor, ambos conteniendo piedras angulosas y fragmentadas; se excavaron 0.60 m más, encontrando que los fogones fueron construidos directamente sobre un estrato natural de pómez.

Los basureros en forma de botellón tienen aproximadamente 2.30 m de profundidad, con un diámetro en el cuello de cerca de 1 m, el cual se amplía paulatinamente hacia la base en donde alcanza entre 1.50 y 2.25 m. El relleno estaba formado por concentraciones de tiestos, obsidiana, roca y tierra suave.

A primera vista, los hornos pueden ser confundidos con los basureros, sin embargo, presentan características que los distinguen y permiten inferir su función como hornos: son completamente de forma cilíndrica, presentando un diámetro de 2.30 m y una profundidad de 1.30 m. El relleno consistió en pequeños estratos de ceniza y tierra quemada junto con restos carbonizados de olotes y semillas de aguacate. Los estratos de ceniza probablemente provienen de restos de hojas con las que envolvían los alimentos que estaban cocinando y los olotes y semillas de aguacate muy posiblemente estaban siendo usados como brasas para calentar el horno y lograr un conocimiento lento.

Resumiendo, al sureste del Montículo A-VI-5 se encontraba un área de actividad dedicada al procesamiento y cocina de comida a gran escala y se tiene evidencia de que dicha área estaba techada. Alrededor de los fogones existen concentraciones de tiestos con y sin huellas de humo, lo que indica que todas las vasijas utilitarias eran usadas sobre el fuego. También hay artefactos de obsidiana asociados con el área, los cuales están siendo analizados por Rómulo Sánchez, con el propósito de hacer inferencias sobre su uso. Finalmente, también se cuenta con información acerca de las plantas que estaban siendo consumidas en San Jorge, gracias a los análisis paleo-botánicos realizados por el Dr. Earle C. Smith, entre las que se encuentran palmas, anonas, aguacates, zapote blanco, ciruelas, cacao, maíz y frijol. Como puede observarse la mayoría son frutas y no cultivos de un año. Esto no es reflejo de la proporción de la dieta de los habitantes, sino más bien que obviamente ocurrió un proceso de preservación diferencial.

Por lo tanto, los artículos que se han reunido sobre Kaminaljuyu/San Jorge son más específicos sobre distintos temas importantes que se han presentado en esta introducción y tienen por propósito presentar una imagen de los procesos físicos y culturales que estaban ocurriendo en este sitio prehistórico.

REFERENCIAS

Michels, Joseph W. (ed)

1979   Settlement Pattern Excavations at Kaminaljuyu, Guatemala. Pennsylvania State University Press, Pittsburgh.